Reverend Horton Heat – Rev (Victory Records)
Como si entráramos al taller del invicto e indiscutible dueño de la carreta, el Reverendo Jim Heath nos muestra su más reciente construcción, un humeante y brillante bólido que sin cabida para la duda no es más que otro alarde de grandeza de alguien que permanece invencible por su velocidad, gallardía y fiereza.
Desde el día 1, Reverend Horton Heat llegó para ocupar la silla del rey, del sheriff, del alcalde y hasta del clérigo, ya son más de veinte años que su primer LP, Smoke ´Em If You Got ´Em (1990) vio la luz como una bomba que acabó con todo a su paso, y mediante otras armas letales durante los subsecuentes años como It´s Martini Time (1995) y Revival (2004) acabó con la competencia, deconstruyó el garage, engendró cosas como el hellbilly y el psychobilly para que las subsecuentes generaciones se adaptaran a él y no al revés; este onceavo trabajo llamado simplemente Rev, es un paseo del Reverendo por sus dominios para recordarle a los novatos quién manda.
Muy rápido, de carrocería pesada y de intenciones totalmente destructivas, el nuevo bebé del reverendo es tan letal como sorprendentemente joven; no obedece a esa ley de los viejos rockeros que hacen baladas introspectivas, sino que las arrugas, canas, litros de whiskey y toneladas de heroína en el sistema obedecen solo a una furia eterna ni siquiera muerto desaparecerá; «Smell of Gasoline», «Spooky Boots» y «Scenery Going By» poseen una fiereza y agresividad insólita para alguien con ya más de NUMERO de años encima, tal vez Jello Biafra, Bob Mould y hasta el mismo Morrissey se han amargado y vuelto más agresivos con los años, pero el Reverendo sigue conduciendo para chocar y arrollar todo a su paso; sigue tirando a matar.
El Reverendo se detiene; mira su alrededor y una vez mermado a los valientes y cobardes por igual con sus inseparables compinches, Jimbo Wallace en el bajo y Scott Churilla en la batería; son más rápidos que la mirada en «Victory Lap» y «Let Me Teach You How To Eat», se roba a las mujeres que más le gustan y las saca a bailar en «My Hat» y «Mad Mad Heart» ¿quién podrá detener a este forajido? ¿Será que aún no nace el que pueda vencer a este rufián?
Parece que no.