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Sleater-Kinney – Path Of Wellness (Mom + Pop Records)

La gran noticia que supuso el regreso hace ahora ya seis años a los escenarios y al estudio de grabación de Sleater-Kinney, una de las mejores bandas íntegramente femeninas de todos los tiempos, se torna agridulce hace dos cuando tras la publicación del segundo disco producto de dicha reunión –The Center Won’t Hold– la batería Janet Weiss da por terminada su colaboración con la banda. Diferencias en cuanto a la dirección musical que tomaban con ese disco, producido por Annie Clark (St. Vincent), rompían la sinergia lograda por la solidez de un funcionamiento como trío que se remontaba al tercer disco de la banda, publicado en 1997.

El proyecto volvía a ser algo compartido a medias entre Corin Tucker y Carrie Brownstein, las dos compositoras, cantantes y guitarristas de la banda y sus miembros originales. Un dúo de creadoras que sin embargo parecía requerir de una tercera cabeza detrás que las equilibrara. Janet era ese gran catalizador para que todo sonara cohesionado, en su sitio y las ideas cristalizaran en grandes discos. Algo que, pese a su participación en él, no sucedió con The Center Won’t Hold, que resultó un fiasco para muchos fans de la banda. No entendían su endeble deriva hacia un sonido quizá excesivamente pop para la fiera personalidad de la banda.

Quedaba en cuestión, por tanto, su continuidad y si, de seguir funcionando, sabrían volver a poner en circulación algo que estuviera realmente a la altura de su legado. Path Of Wellness es la apuesta post-lockdown de Tucker y Brownstein para mantener a flote la banda que lo ha sido todo tanto para ellas como para una nutrida legión de fans que las adora como músicas y como símbolo de poder femenino. Y que todavía las espera con los brazos abiertos.

Lo primero, basta de productoras externas. Se producen ellas mismas. Y a falta de power-trío, han contado con un buen montón de músicas y músicos que las han ayudado a encontrar el feeling que ellas consideraban adecuado para cada uno de los cortes de un disco en el que se nota que mandan las canciones. Unas composiciones que pretenden tener un espectro variado: van del post-punk al pop, a los guiños a la electrónica e incluso al funk. Y ahí, quizá resida el problema. O no. El caso, es que esto, de nuevo, no es lo que cabía esperar de ellas.

El conjunto de lo que aquí se ofrece se encuentra, básicamente, carente de alma, de feeling, de la mordida habitual que solían tener las canciones de una pareja cuya sinergia provenía en parte del gran amor que se profesan la una a la otra y en parte de la rivalidad existente entre ellas. Quién sabe si al hacerse mayores, al madurar, todo eso se ha perdido, pero el caso es que aquí la chispa necesaria para que un producto resulte excitante, es prácticamente inexistente. Las canciones suenan deslabazadas, carentes de gancho y de la pegada que quizá era la tercera en discordia, ahora ausente, la que la imprimía en unas canciones que ahora suenan tan endebles como el primer single del disco, un guiño al confinamiento bastante pueril responsabilidad de Brownstein y titulado “Worry with you”, de lo más guitarrero del disco, junto a una “High in the grass”, que va perdiendo fuelle con el minutaje o la más apreciable y bastante oscura “Tomorrow’s grave”.

Es quizá en los momentos más introspectivos o melancólicos en los que el disco remonta un poco el vuelo, como en el caso de “Method”, uno de los mejores recordatorios de lo que fueron, la insólitamente breve “No knives” o la final “Bring mercy”, con una gran exhibición vocal a cargo de Corin. No obstante, nada de eso logra dar la sensación de que estemos ante un disco de Sleater Kinney. Es más bien un estéril intento de dos mujeres que se niegan a dar por perdida una segunda oportunidad de hacer música juntas e intentan a toda costa reinventarse ahora que a la mesa le falta una pata y cuesta mantenerla en pie. Lo malo es que nadie nos previno respecto al hecho de que las responsables de una de las mayores apisonadoras en formato banda de rock aparecidas en los 90-00’s, a las que todas y todos creímos absolutamente infalibles y vitales, serían capaces de traer al mundo medianías como esta. ¿Merecerá la pena esperar a la próxima cita?

Escucha Sleater-Kinney – Path Of Wellness

 

 

 

2 comentarios en «Sleater-Kinney – Path Of Wellness (Mom + Pop Records)»

  • Hay bandas más jóvenes que pueden reivindicar este sonido como suyo más que ellas. Han caído en la complacencia.

    • Sí. Es una pena, la verdad. Porque a mi me parecen una banda fundamental para entender una forma determinada de hacer rock. De lo mejorcito surgido en los noventa. Y eso que el primer disco que sacaron tras la reunión fue un bombazo. Muy a la altura de sus mejores obras. Además, tuve la suerte de verlas presentarlo en directo en Amsterdam y fue uno de los conciertos de mi vida. Pero Janet era mucha Janet, y su marcha ha dejado un vacío irremplazable.

      Gracias por comentar y un saludo!

      Juanjo

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