Discos

The Gift – Explode (LaFolie)

¿Puede un grupo mezclar en sus canciones pop de nueva escuela a lo New Pornographers, pianos melancólicos a lo Radiohead, épica de campamento a lo Polyphonic Spree, experimentos sonoros a lo Animal Collective, y salir victoriosos del laberinto? La respuesta es: sí. El grupo es The Gift y proceden de Portugal, el país con el que compartimos más kilómetros de frontera pero que nos es más desconocido a la mayoría que Cuba o China. ¿Y cómo consiguen que esa mezcla no suene a pastiche? Con un concepto detrás. Y ese concepto se llama Explode.

Explode, su primer disco en cinco años, es el resultado de una reinvención sonora y estilística. Es también la palabra que mejor puede describir el disco: una explosión de música, color y vida. La portada deja bien claro de qué va el tema: fotos de gente de la India en una fiesta que celebra la primavera, todo color y luminosidad, fotos que se complementan con otras, también del propio grupo (pintados con colores vivos), en el interior y en el DVD que acompaña la edición lujosa del álbum.

Las canciones, por supuesto, son el soporte principal de todo el invento. “Let it be by me” abre con una insistente invitación al viaje que supone el resto del disco, y es una buena muestra de lo que le espera al viajero: estrofas repetidas hasta la saciedad, cambios de ritmo inesperados, subidas y bajadas vertiginosas… Siguen las dos canciones que ya conocíamos: “Made for you”, un grito de esperanza que empieza en Panda Bear, acampa unos segundos en la música de carrusel y termina en New Pornographers, y “RGB”, que sigue la senda del pop explosivo y colorido (“You painted all in grey and I’ll be running out”) donde acaba la anterior.

“Mermaid song” es otra canción basada en la repetición constante de tres estrofas, soportada esta vez por una instrumentación mínima, apenas un piano y una percusión que suena lejana. Junto a “Primavera” (la única en portugués), “Aquatica”, “Suit full of colours” y el melancólico bonus track “The mother of my mother”, sirven de contrapunto tranquilo a tanta excitación vital suelta. Una excitación que vuelve a desatarse en “My sun” (muy en el estilo de grupos comunales como Polyphonic Spree o incluso Arcade Fire) y en “Race is long”, una canción de pop galáctico que por momentos puede recordar a Grandaddy, a la ELO, a Radiohead

Pero el verdadero “tour de force” del álbum es la suite “The singles”, una canción de 12 minutos dividida en cuatro partes: la primera empieza como si The Strokes fueran la banda de acompañamiento de Michael Jackson en “Billie Jean”; la segunda es una balada que podrían haber firmado Radiohead o Mercury Rev; la tercera hace un giro brusco que recuerda a las canciones más bromistas de Zappa antes de volver a terreno pop conocido, y la cuarta recupera la melodía más animada de la primera para hacer toda una apología de los 80 y los 90, y una (auto)crítica de la música actual (“..at the end, we’re all a shadow of The Beach Boys”).

Un álbum repleto de colores, de luces, de mensajes de amor y esperanza. Canciones que levantan el ánimo, que corren alocadas en todas direcciones sin dejarse alcanzar. Pero qué gusto da perseguirlas.

ESCUCHA en Spotify: The Gift – Explode

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