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Water From Your Eyes + Heal (Sala Clamores) Madrid 06/12/25

Hay noches en las que Madrid parece un videojuego en modo difícil, demasiados conciertos, demasiada oferta y, por lo tanto, pocas salas de aforo medio disponibles. Algo así debió pasar para que Water From Your Eyes fueran ubicados en Clamores, en un concierto organizado por Primavera Tours, una sala con capacidad aproximada de 220 personas que se quedó pequeña en esta ocasión. Entradas agotadísimas y un goteo constante de gente intentando conseguir la suya en la puerta. Viendo el panorama, cualquiera diría que el dúo (convertido en cuarteto en directo) podría haber llenado sin problemas otra sala bastante más grande.

Antes de ellos dispararon sus temas los catalanes Heal, quinteto muy shoegazer (aunque ellos huyen de las etiquetas) con tres guitarras al frente y una base rítmica más que sólida. El comienzo no pudo ser mejor, un trallazo guitarrero totalmente atrapante y con un sonido envolvente. Sin embargo, al poco rato tuvieron que enfrentarse a problemas técnicos, propiciados por un cable y un pedal rebelde que casi dan al traste con su actuación.


Ayudados por su pericia y – también – por un público muy receptivo y comprensivo, todo salió adelante, no sin alguna que otra parada que restó algo de impulso a su set. Lo importante es que Heal tienen temas que funcionan y suenan como un auténtico cañón en directo. Hasta ahora solo tienen un único L.P de título The Shiver (Primavera Labels 2024). Banda muy a considerar.

Para cuando se apagaron las luces para recibir a Water From Your Eyes, el ambiente era el de los conciertos que saben a descubrimiento, público joven en primeras filas, entusiastas que se sabían todos los temas, y en retaguardia, gente más mayor mostrando avidez por ver a una banda que se ha dejado caer poco por Madrid últimamente (telonearon a Interpol hace un par de años).

Venían a presentar su último disco, It’s a Beautiful Place (Matador) un álbum que consolida esa mezcla de art-rock, pop marciano y capas de guitarra que los ha ido distinguiendo, siempre caminando – afinando el equilibrio – en esa delgada cuerda floja que separa la jeta de la experimentación. En directo, el disco cobra un sentido más físico, urgente y a veces abrupto. La guitarra de Nate Amos es más que un instrumento, un arma para construir capas sobre capas – todo trabajado en directo con un pedal de loops – sobre sobre las que se sustenta gran parte del sonido del grupo. Rachel Brown, con una voz mitad mantra, mitad arrebato, capta la atención y dirige perfectamente al resto.

Con un setlist conciso pero contundente; “Born 2”, “Structure”, “Barley”, “Out There”, “Life Signs”… Water From Your Eyes fueron encadenando temas sin concesiones a los espacios muertos ni a que la energía decayera. La interpretación a nivel técnico fue prácticamente matemática, pero sin perder la sensación de espontaneidad, como si fuesen cuatro colegas pasándolo bien en el escenario.

Hubo solo dos pausas, totalmente justificadas. En el primer bloque de canciones, Rachel paró la música para lanzar un pequeño speech en forma de discurso frontal contra los totalitarismos, el colonialismo y el propio gobierno de su país, rematando con un “Free Palestine”, al que se sumó gran parte de la sala. Más adelante llegó la otra parada, esta vez para presentar a la banda, la bajista/guitarrista Bailey Wollowitz – pieza capital en directo – y el batería Al Nardo, que sostiene gran parte del armazón rítmico del combo. Ambos miembros, además, de la intrigante banda Fantasy of a Broken Heart, un grupo al que merece la pena dedicar algunas escuchas.

“Playing Classics” fue, como era de esperar, uno de los puntos álgidos y bailables de la noche, un pequeño terremoto que comprimió a Clamores en un salto conjunto tanto arriba como abajo del escenario. También “Nights in Armor” demostró que el grupo vive un momento especialmente dulce, el nuevo material funciona, pero – y eso es lo más importante – lo hace en directo, donde cada segundo de canción se tensa hasta casi romperse. Entre medias, otro de los que ya podrá considerarse un “clásico”: “Buy My Product”, con fardos de baile para la galería.

Para la recta final dejaron parte del cancionero más pretérito, haciendo un guiño a los más conocedores con canciones como “True Life” o “Quotations”, que mezclaron hábilmente con cortes nuevos como “It’s a Beautiful Place” o “Blood on the Dollar”, demostrando mucha valentía al ir cerrando con un tema casi acústico.

Tras unos cincuenta minutos de actuación – de verdad que no hace falta más en la vida; que tomen nota otros – Water From Your Eyes regresaron para despedirse con “Track Five”, que fue cerrando la noche logrando algo casi imposible, mezclar la emoción y la sensación de amateurismo con la concisión cuasi quirúrgica de su técnica; agua y aceite.

Clamores se quedó pequeña y, viendo la ascensión de la banda, probablemente la próxima vez los veamos en un lugar mucho más grande. Por eso, en la noche del pasado sábado hubo una doble sensación, la de un concierto que se recordará con el paso del tiempo y la de poder decir aquello de: “yo estuve allí”.

Fotos Water From Your Eyes + Heal: Fernando del Río

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