ConciertosCrónicasDestacadaFestivales

Contempopranea 2024 (Olivenza, Badajoz)

La existencia de un festival como Contempopranea cerca de tres décadas después de su nacimiento, sigue siendo un auténtico milagro. Una gesta que subsiste gracias a la persistencia y el olfato de un Agustín Fuentes que año tras año, sigue colocando Extremadura en el mapa de los mejores eventos nacionales, con unos carteles de autor en los que se puede encontrar lo mejor de la escena independiente del país.

Conscientes de sus limitaciones geográficas y de las dificultades que los desplazamientos pueden suponer para quienes acuden desde diferentes puntos de España, siguen en una gesta que no deja de sumar ingredientes que la hacen especial. Aquí no encontrarán «la experiencia» que te vende la marca de turno, ni norias, carpas de circo o trapecistas, les basta colocar un escenario en un emplazamiento tan singular como el Baluarte de San Blas de Olivenza, uno de los pueblos más bonitos de España y dejar que las canciones empiecen a sonar.

En su cartel de 2024 se miraba a presente, pasado y futuro, con una mezcla de artistas de distintas generaciones bastante alejada de las propuestas clónicas que inundan el verano festivalero patrio. Una serie de apuestas que complacían a todas las sensibilidades, haciéndolas confluir en ese amor a la música que hemos visto alejarse de algunos populares eventos, pero que sigue siendo el motor que alimenta Contempopranea.

Sólo aquí han sido capaces de juntar a Surfin’ Bichos, Chucho y Mercromina, el sueño imposible para muchos veteranos que abrazaron sus canciones desde antes de la existencia del festival y que volvieron a vibrar con «Gente Abollada», «Cacharros de cocina» o «Un Ángel Turbio»; pero también de acompañar en su explosión a Karavana, Melenas o La Paloma, de descubrirnos a los emergentes Balarrasa y Las Yhadys, invitarnos a la fiesta de Sidonie, Mujeres, Rocío Saiz o Vosotras Veréis, o hacernos vibrar con Nada Surf, Sr. Chinarro, Los Punsetes o El Columpio Asesino.

Desde el jueves con la fiesta de bienvenida en la Plaza de Santa María de Olivenza y hasta el sábado, se celebraron 19 conciertos, tres sesiones de djs y una serie de actividades paralelas. La fiesta se abrió con un discurso reivindicativo a cargo de Irene Fuentes, que reclamó mejores transportes para la región y recordó que a pesar de que en España hay 800 festivales, Contempopranea sigue manteniéndose fiel a la esencia indie que lo vio nacer en 1996 alejados de lo comercial y manteniendo la llama de un género minoritario, pero con un alma inquebrantable. La frescura de Nadie Patín y los antes mencionados Balarrasa y Las Yhadys, colocaban todas las miradas en la localidad pacense, que ya trasladando su escenario al Baluarte de San Blas, iniciaba el viernes con la actuación de Jordana B, el grueso del festival. Un concierto de lo más divertido, en el que se repasaron muchas canciones de su debut Tú y cuántos más (2022), aparte de los nuevos sencillos que anticipan el que será su nuevo trabajo, como «No te voy a besar» o «Demasiada mujer». Su versión de «Common People» de Pulp, «Gente corriente», puso la guinda.

Era el turno de Melenas, que siguen recorriendo media Europa con el inapelable Ahora (2023) y continúan creciendo en directo. Como dije en su reseña, gracias a este disco han terminado de explotar, marcando el rumbo definitorio de una nueva etapa que esperamos les ayude a seguir ganando alcance y popularidad. No faltaron «K2», «1986» o «3 segundos» ni por supuesto «Bang» o su versión del “Eisbär” de Grauzone «Osa Polar».

Tras ellas, viajamos al pasado de la mano de los albaceteños Mercromina, que tras separarse en 2005 han tenido contadas reapariciones para recuperar esas canciones de andar por casa que nos dejaron durante una década en sus cinco discos de estudio. Nuevos ángulos que brotaron tras la desaparición de Surfin’ Bichos en 1994, de la mano de Joaquín PascualCarlos Cuevas y José Manuel Mora junto a la guitarra de Carlos Sánchez y los teclados de Enrique Borrajeros (¿sabían ustedes que suya era la sintonía de La Hora Chanante?). Su concierto fue muy similar al que vimos el año pasado en Visor Fest, trayendo de vuelta las geniales «Huracán» o «Lo que dicta el corazón», recuperando algunos momentos de esa joya llamada Bingo (2002) como «Entrevista a un abducido» y «El libro de oro de la congelación»; y por supuesto, emocionando al personal con la sobredosis de amor final de «En un mundo tan pequeño» y «Evolution». Tan hipnóticos y personales como siempre.

Apenas un cuarto de hora después, Pascual, Cuevas y Mora se unían a su hermano carnal Fernando Alfaro para uno de los pocos viajes de redención que nos ha traído el convincente Más Allá (2023), y es que por desgracia el impacto y los conciertos que han acompañado a su lanzamiento no han sido los esperados. A pesar de ello y de ciertos problemas de sonido al inicio, pudimos volver a disfrutar del colmillo de «¿Qué clase de animal?», del amor vigilado por el Arcangel exterminador de «Rifle de repetición» o de la crepuscular «El final de una quimera». El presente asomó con «Máquina que no para» y la sentida «Señales», mientras que el pasado retumbó con fuerza en la perturbadora «La oración del desierto», nos estremeció con ese «Abrazo en un terremoto», nos sacudió con «Comida china y subfusiles» y nos hizo saltar en «Efervescente», estas últimas con los coros de Lea Leone. Por supuesto, «Gente Abollada» y «Fuerte!» no faltaron a la cita.

Con el pico emocional bien alto, llegó la despedida de El Columpio Asesino a tierras extremeñas. Dos años de esa gira Amarga Baja recorriendo todos los rincones del país, sobrellevando la triste pérdida de su bajista Daniel Ulecia, el pasado febrero. Su concierto fue el mejor del festival. Contundente, afilado, peligroso y desafiante. Un sonido apabullante y un repaso nada complaciente a una discografía que quedará ahí para siempre.

Con el fantasma de Alan Vega sobrevolando, despachaban «Babel», «La lombriz de tu cuello» y «Ballenas muertas en San Sebastián». A partir de ahí, iniciaban un recorrido con más oscuridad que luz, con los latigazos de «Ye Ye Yee», «Motel», «Your Man Is Dead», «Floto» o «Escalofrío». Llevaron «Diamantes» y «Perlas» a otra dimensión con un finísimo Raúl Arizaleta dándole al shoegaze más hipnótico, y dejaron para el final un trío ganador como «Huir», «Preparada» y «Toro». Una actuación memorable con un pero muy grande: que no tenga continuidad una vez terminado el tour.

Relevo generacional con Niña Polaca que presentaban Que adoren tus huesos (2024), pero no se olvidaban de Asumiré la Muerte de Mufasa ni mucho menos. Rock con un toque castizo con puntos fuertes como «Travieso» o esa «Alfredo el canallita» con un aire The Vapors, sin dejarse en el tintero «Pinta Malasaña», «Ivona (Voy a decirle a mi madre que la quiero)», «San Francisco el grande», «Los Días Malos» y «La muerte de Mufasa».

Por si no había sido suficiente, aún había tiempo para vibrar con el rock retorcido e irónico de Los Punsetes, con su impertérrita Ariadna Paniagua, que abriendo con «Opinión de mierda», nos llevó por los momentos más conocidos de su reciente y pasada carrera. Ya son 20 años de carrera que pronto celebrarán con Que le den por culo a tus amigos, un recopilatorio en el que la formación ha invitado a versionar sus mejores canciones a bandas y artistas que conocen y admiran. Himnos como el que le da título sonaron en su concierto de Contempopranea, además de «España Corazones», «Mabuse», «Cerdos»…. Dejando todo listo a Vosotras Veréis que cerraron la primera jornada en una divertida y comprometida actuación.

El segundo día se abrió con Chucho, en un concierto que congregó a bastante público a pesar de su hora. La dosis de cariño y expectación que había generado la presentación y firma de libros que tuvimos con Fernando Alfaro ese mediodía se filtró en la acogida de un cancionero que quizá por edad, levantó al menos bajo mi percepción, más emociones entre el respetable que Surfin’ Bichos un día antes. Ese «Corazón roto y brillante» abrió la veda a momentos del inapelable Tejido de Felicidad (1999) que está cumpliendo 25 años estos días. De «Cirujano patafísico» a «Revolución» y por supuesto, «Magic», cada una de sus canciones fue una fiesta.

foto: Manuel Pinazo

También sonaron la siempre genial «Un ángel turbio», la oda de «La mente del monstruo», una primorosa «Abre todas las ventanas» de nuevo con el apoyo en los coros de Lea Leone, la brumosa «El detonador EMX-3» y la retorcida «Flores sobre el estiércol». En el tramo final, después de que que todo el mundo bailara «Magic», las letras de la etapa 78 (1997) con fondo azul celeste que presidían el escenario, se sustituyeron por las de la primera etapa, la del chucho que muerde y escupieron una «Perruzo» enlazada con el casi doom metal de «Inés Groizard», que desencajó más de una mandíbula.

Sr. Chinarro llegaba a Contempopranea con su convincente nuevo trabajo Cal Viva (2024) e iniciaba su actuación centrándose en su última etapa. Al igual que pasa con esa conexión Albacete, no es muy frecuente ver a Antonio Luque y los suyos en un festival y sobre ello bromeaba en alguna actuación inicial. Sus giras siguen congregando un buen número de fieles que le llevan acompañando tres décadas, pero él prefiere -con todo el derecho- seguir reivindicando su presente o si acaso, los discos de su etapa más exitosa. Intenté después del concierto hacerle entender el peso de la nostalgia para quienes crecimos con esos primeros discos, pero no hay manera, oye.

Foto: Manuel Pinazo

La actuación arrancó con canciones de su último álbum y los dos anteriores, con momentos como «Escorpio», «Aplauso», «Sexo, mar y sol», «El detector», «Exvoto» o «V de Victoria»; terminando con una recuperación de las memorables «El rayo verde», «Los ángeles», «Tímidos», «Del montón» y «Babieca». Tenía que sonar «Una llamada a la acción», pero el tiempo no lo permitió. Esperaremos a escucharla en su gira de salas.

El momento fiesta llegó con Sidonie. Y es que ya saben ustedes lo que supone tener en el escenario a Marc, Alex, Jes y compañía. Su hora y pico de actuación fue un repaso por sus éxitos más granados, desde las recientes «Cedé» (con la que abrieron) a «No salgo más» (con la que cerraron), a ya saben: «Me llamo ABBA», «Fascinado», «El peor grupo del mundo», «Me gustas todo el rato»… o una «Estáis aquí» con la presencia de una Rocío Saiz on fire. Lo dieron todo y el público lo agradeció en la actuación más abarrotada de todas.

Nada Surf eran el único grupo internacional de esta edición, un regalo con el que redondear su cartel. La banda estadounidense de Matthew Caws, Daniel Lorca y demás, están a punto de entregar un nuevo disco del que ya hemos escuchado algún tema, pero prefirieron centrar su actuación en lo más esperado. Abriendo con la exitosa «Popular», ese sencillo de su debut, High/Low (1996), producido por Ric Ocasek de The Cars. Y dejándonos con hora y pico del mejor powerpop a través de sus grandes himnos.

Sonó «Popular», pero también esa gran «Inside of Love» de Let Go (2002), del que también tocaron «Blonde on Blonde» o «Killian’s Red». Todo un viaje con paradas en «So Much Love», «In Front of Me Now» y «Always Love». Perfecto título para definir el que siempre ha sido espíritu de su propuesta.

La Paloma siguen creciendo y son sin duda uno de los grupos más interesantes de su generación. Ese sonido deudor del mejor noise rock noventero, esas guitarras con mucho de J. Mascis y esas letras llenas de compromiso les han convertido en una seria realidad que en directo no hace sino engrandecer todas sus virtudes.

Pronto llegará su esperado segundo disco, del que ya hemos oído «La edad que tengo» y «Vuelta a casa», que por supuesto sonaron en Olivenza, aunque su actuación se centró en el rocoso Todavía No (2023). Acompañados por Ade Martín (Shanghai Baby) en el bajo, los madrileños no dejaron nada en el tintero y nos despacharon las grandes «Sigo aquí», «Tiré una piedra al aire», ese «Cosquilleo» que les han pseudoversionado Alcalá Norte, y como no podía ser de otra forma, «Algo ha cambiado». La fiesta final llegó con «Bravo Murillo» y «Palos» y su «quiero que me vuelvas a explicar lo que ha pasado». Grandes.

El final de la noche llegó con unos Karavana en claro ascenso, el habitual arrase de Mujeres y la siempre divertida Rocío Saiz. Tres conciertos a los que por desgracia no llegamos, pero hablamos de lo que ya hemos podido presenciar en otras ocasiones.

Nos fuimos del festival con la mejor de las sensaciones. Contempopranea es especial y todo el que va repite. Por algo será.

Fotos: Contempopranea

WP-Backgrounds Lite by InoPlugs Web Design and Juwelier Schönmann 1010 Wien