Entrevistas

Entrevistamos a la mexicana Jessy Bulbo

Jessy Bulbo ha demostrado que su personalidad es tan rara y versátil como su música. En sus tiempos de pandemia concibió colaboraciones, grabo cosas propias, regresó a los orígenes con su proyecto como dueto, ensayo como banda de quinteto, se adentro al punto de la locura en el beisbol y, ahora, hasta se mueve por las trincheras de la locución. Hace poco presentó un single llamado “Hola” al que le ha seguido “Los feos”.

Disfrutamos de una charla en exclusiva con ella donde nos llevó por un viaje a lo largo de los periodos más intensos de su recorrido musical, hablamos de sus insatisfacciones dentro de la industria musical, de la búsqueda eterna e interna de las personas, de su momento cumbre con “Maldito”, de la etapa con Las Ultrasonicas, de brotes psicóticos y hasta de la película Joker de Joaquín Phoenix.

“La música solo es un pretexto para encontrarse a uno mismo” 

¿Cómo definirías la trayectoria musical de Jessy Bulbo?

La definiría como una búsqueda, una búsqueda de mí, de mi propia voz. La visión que tiene uno de uno mismo es limitada y muchas veces negativo. No creo que algún pensamiento negativo de ti mismo te vaya a servir de algo; a pesar de que exista ese pensamiento de que debes autocriticarte para avanzar, yo estoy convencida de que eso es una mentira y que eso no es cierto. Yo empecé quizá por ahí, en una búsqueda de ser lo mejor que yo pudiera ser, de competir contra mi propia persona y todas esas tonterías, pero en el camino me fui encontrando que nada de eso me hacía feliz; en esa búsqueda de felicidad todo mundo te dice que si te dedicas a algo creativo no tienes, prácticamente, que cobrar por que eres tan feliz que no necesitas nada más, y eso es mentira. El camino creativo es muy bonito, pero no está relacionado precisamente con lo que la mayoría llamamos arte. Puedes ser creativo en cualquier aspecto de tu vida, puedes ser una mamá creativa o un contador creativo o un barrendero creativo. Tenemos la idea de que los artistas son entes superiores y que tienen un talento que nadie más tiene, que dios los consagró con una carrera y que por eso son más felices y no es cierto. Encontrar la persona que soy, encontrar la persona que quiero ser y tener la vida que quiero ha sido a base de prueba y error. He pasado por muchos momentos tristes, por muchos momentos geniales y he conocido excelentes personas.

¿Siempre ha sido la música tu vehículo para esa búsqueda?

La búsqueda no tiene tanto que ver con lo que haces, la creación más importante de las personas es tu propia vida, tu propia personalidad. Eso hace que construyas tu mundo, esa búsqueda yo la empecé desde muy niña, desde niños empezamos con lo que queremos ser de grandes y yo quería ser bailarina o escritora; nunca creí que pasaría por la música. La música me llego en la adolescencia, tampoco fue como que lo tomara como algo muy serio y me pusiera a estudiar música, lo tome como puro hobbie, pero de repente ya estaba firmando con una disquera transnacional. Pase años sin dejar de tocar, todos llegaban a ofrecerme proyectos, me buscaban para armar bandas y yo aceptaba; yo me sentía un poco frustrada por que la música es una de las cosas que menos entiendo de todas las cosas que yo hago, no tengo facilidad armónica, me cuesta mucho trabajo entender las notas; tengo ritmo y alguna sensibilidad melódica. A mí las críticas me dolían muy fuerte, yo misma me sentía muy insegura del trabajo que yo hacía musicalmente, decidirte a dejar estándares que no te vienen bien es una de las cosas que he aprendido. Disfrutar el hacer las cosas y ver el resultado final, debes renunciar al estándar de los demás, muchas veces piensas que eso es lo que quieres y realmente deberías querer algo que te encante a ti, ser feliz en tu mundo, en un mundo que te guste. Luego ni sabes lo que quieres, cuando tienes algo que pensabas querer te dices a ti mismo «esto ni era». Toda esa confusión es a la que me refiero, la música solo es un pretexto para encontrarse a uno mismo.

 

¿Cómo crees que afectó a esa búsqueda tu época con Las Ultrasónicas?

A mi lo que me atrapó de la etapa con Las Ultrasónicas fue el instrumento, escuchar el sonido del bajo, al tocarlo, escuchar ese sonido que sale de él me atrapo. Me gusta mucho la sensación de la emisión de notas. Con Las Ultrasónicas era esa emoción adolescente de que tienes amigos que te entienden, que les guste lo mismo que a ti, el descubrir que hay más gente que le gusta algo que pensabas que solo tu conocías o que pensabas que era muy raro que a alguien más le gustara.

La búsqueda nunca termina. Uno siempre está buscando ir a lugares que te hagan sentir mejor contigo mismo, con tu vida, con todo; eso jamás se va a acabar. Ejercer un oficio que te haga feliz es importante para esa sensación de que estas logrando lo que te propusiste.

¿Cómo fue reiniciar o emprender tu carrera fuera de una banda que ya tenía un éxito considerable y ver que ahora todo dependía de ti misma, de tu talento?

Cuando me salí de Las Ultrasónicas pensé que ya habían pasado mis cinco minutos de fama, que me iba a ir lejos y que no volvería a hacer algo dentro de la música. Fue algo que no estudie, lo agarre de hobbie, pensé que no iba a funcionar sola, pero meses después ya estaba tocando con Alexis con el Mustang 66. La música vino a mí y ya no me dejaba descansar. Muchas veces yo decía “Ya no quiero hacer esto”, más que inseguridad me daba flojera, me sentía incompetente, sentí que yo no sabía cómo hacerlo bien. Pensé en meterme a estudiar a la facultad de música y ahí me enseñaban a hacer cosas que no podía o no entendía y me desalentaba muy rápido, me daba mucha flojera pensar en estudiar muchos años cosas que yo pensaba en ese momento que yo ya no quería hacer.

¿Poseías una relación tóxica con la música?

La música me gustaba, pero yo sentía que no quería meterme tanto en ella, pero esa cosa me volvía a buscar y durante muchos años tuve una relación muy conflictiva con la música. No tenía una claridad con ella, mucha gente me decía que estaba muy bien lo que hacía, que siguiera, y yo no lo disfrutaba nada. Muchos años lo sufrí demasiado, empezando desde Las Ultrasónicas. Hasta hace poco, hace tres o cuatro años, puedo decir que le encontré el gusto. La mitad de mi experiencia en la música ha sido nada agradable, inconforme, no la he disfrutado, ha sido de mucha insatisfacción.

 

¿Cómo fue combinar o acarrear esa batalla de insatisfacción con el éxito inmediato de tu single “Maldito”?

Estuvo loco. Pensé que era algo que nunca iba a bajar, pensé que eso solo era el principio de algo que siempre iba a ser así. Era mi primer disco, era mi primer sencillo y de repente ya estaba tocando por todo el mundo, quizá decir todo el mundo es demasiado, pero si me llevo a tocar por todos los continentes, en el Vive Latino y otros festivales importantes. Para mí era muy gracioso porque no lo veía como algo tan grande y todo mundo me decía lo contrario. Estuvo genial mientras estaban pasando esas cosas, pero yo no tenía conciencia de que era muy importante lo que estaba sucediendo. Y cuando ese éxito se empezó a ir, yo pensaba que eso estaba bien, yo no tenía para sostenerlo.

¿Pensaste que ese había sido tu punto más alto, tu límite?

Yo quería más, se me hacía poco, yo sabía que era un hit, pensé que eso iba a seguir pasando todo el tiempo. Nunca pensé que iba a ocurrir un bajón de éxito. Pensé que había más, era ver que después del éxito de Ultrasónicas, después de “Maldito”, después de “Muñequita Sintética”, yo pensaba que había más para arriba. Cuando empezó todo a descender fue pensar «Entonces lo que único que les gusto fue “Maldito” y ahora ya nada».

 

¿Estar en grandes escenarios te hizo extrañar en algún momento al público de los pequeños bares, ese público de lugares pequeños donde hasta se comparte el sudor con los fans?

El público está muy increíble, todo es muy bonito. Y me costó trabajo decirlo, aceptarlo y decirlo en voz alta, pero a mí eso es algo que no me importa. Eso que todo mundo dice del público, del aplauso; a mí nunca me dio todo eso que dicen, eso de que te llena y te hace feliz. Si uno no está contento con lo que hace, te pueden estar aplaudiendo diez mil personas y puedes estártela pasando fatal, y eso fue algo que aprendí casi cada día. Yo quería hacer cosas que realmente no me salían y no importaba cuánta gente me aplaudiera, eso nunca me hizo feliz. El día que me gusta lo que hago, después de verlo en el video y me digo “Ya me salió”, ese día soy feliz y no me hace falta nadie; ni mi mamá, ni mi maestro, ni la persona que más admiro en el mundo, ni mil millones de personas, ni un pequeño público sudoroso, nadie. No hay nada que se compare con que a ti te guste lo que estás haciendo y que estes satisfecho de que sepas que tienes poder y control de lo que haces con tu vida. Yo siento que el público está hiper sobrevaluado demasiado, la gente se vuelve loca tratando de conseguir aprobación, es una gran tontería. Todos están muy bonitos, yo los quiero mucho, pero si no quieren volver a pagar un boleto, pagar una descarga, o pagar un disco mío, está bien. La tranquilada de ver que todos se pueden ir al demonio y no pasa nada no te la da nada más en el mundo. Cuando llegan y te dicen que algo está muy bien hecho no es para que te vuelvas loco. Si te gusto que bueno y si no te gusta no me importa y si no te gusta tanto también no me importa. Veo mucha gente esforzándose por no hacerme sentir tan mal de que no son mis fans o que no les gusta mi música, me escriben cosas justificándose, yo sé que no les gusta, y no me escuchan, y no me importa. Me caen bien de todas formas, no me tienen que demostrar que son mis fans para que alguien me caiga bien. Todo eso me parece una gigantesca estupidez.

¿Opinas que hay excesiva adulación barata?

La adulación no es barata, nunca es barata. Si yo soy tu fan y te lo digo es de corazón, pero que a ti no te importe, lo entiendo perfecto. Si mañana cambio de opinión no te vas a morir, quizá se siente feo en ocasiones, pero no debe importarte.

¿Te molestan los mensajes excesivos de tus seguidores o de extraños por medio de redes sociales?

Eso este maravilloso, la gente que te manda diario mensajes y buena vibra está bien. Hay otros que se enojan demasiado porque no tienen de ti lo que buscan. Se me hace muy estúpido la gente que te empieza a ofender porque no le das lo que quiere y te dicen que es por ego o que te sientes superior.

¿Quiere decir que si eres muy tolerante en esos rubros, sabes detectar gente con buenas intenciones y los que se ponen más intensos?

Yo que soy paciente de psiquiátrico me doy cuenta que hay gente que tiene brotes psicóticos y que es en un mundo donde yo juego un papel. Para mi es muy importante ese tipo de comunicación, cuando uno sabe y detecta que se puede ayudar a alguien que lo necesita para alivianarlo se siente muy bien. Yo empecé a hacer videos contando mi experiencia como paciente psiquiátrica y tuve muchas consultas de gente que estaba pasando por algo similar y eso si me parece muchísimo más importante, tener el contacto con la gente para ayudarla en salud mental y emocional. Y eso me tiene muy contenta.

¿Cómo fue tu experiencia con la pandemia y el encierro?

Yo nos veo, como humanidad, que estamos en la creencia de que en la vida se sufre mucho y que eso es normal. Muchas veces nos reunimos para contarnos nuestras penas y sufrimientos; la monserga del trabajo, la monserga del dinero, nos sentamos a hablar de cosas que no nos gustan; cada año pensamos que es el peor año, decimos que es el peor por que pasa algo o por que se muere alguien famoso. Yo dejé de creer en la muerte, cuando hablan de eso yo ya los veo como si solo hablaran de que se les cayo su juguito.

 ¿Es ver las cosas desde un punto de vista externo?

No es un punto de vista externo, es un punto de vista diferente, porque desde afuera hay mucha gente que apoya tus mal viajes, te empiezan a decir que te equivocaste, que te tienes que concentrar más. La mayoría de la gente no sabemos cómo hacer sentir mejor a alguien. Muchas veces la otra persona termina en silencio, solo nos dice que sí, pero no la ayudamos en nada.

¿Crees que mucho de eso se deba a la nueva normalidad en la que vivimos, que la gente ya no le gusta ayudar desinteresadamente?

Es un trabajo, hay muy poca gente que ayudar lo hace natural. Todos deberíamos saber hacerlo. La naturaleza nos estaría dictando que somos lo máximo, que somos lo mejor, que somos el ser más importante de la tierra, que eres el centro del universo, eso es importante. Cuando eres niño los adultos te dicen que no eres el más importante, que tú no eres el centro del mundo. Los adultos te bajan de ese pedestal en el que tú te pones a ti mismo cuando eres niño. Si no nos hicieran eso, de grande podríamos decirle a otra persona que en el mundo es la persona más importante y maravillosa, y que tiene todo el derecho de ser el centro de su universo. Pero lo común es que te digan que tienes que sufrir demasiado, que eres imperfecto, que no eres el centro del mundo, etc. Eso es lo que prácticas a diario y cuando quieres hablar bien de ti no puedes, quieres pensar bien de ti y no puedes. Revertir todo lo negativo que te dicen los demás, revertir todo eso es muy difícil y esa es la búsqueda de la que hablaba.

 

¿Musicalmente te sirvió de algo el encierro para hacer cosas nuevas en tus proyectos?

El ocho de octubre sale una nueva rola que se llama “Los feos”, lo más reciente que ya se presento es el single de “Hola”; actualmente volví a ensayar y armar cosas en formato dueto con Alexis, así fue como empezó Jessy Bulbo, en formato dueto. El disco de Saga Mama estaba grabado en ese formato de bajo y batería, yo tocaba la mitad de los shows el bajo y la otra mitad la guitarra, solo “Maldito” tiene guitarra y bajo. Todas las otras rolas son en formato dueto, hasta el segundo disco fuimos quinteto, pero por ahí empezó el asunto del COVID. “Los feos” es música de Alexis Ruiz, todo es electrónico, no hay instrumentos, salvo algunas percusiones, todo es sampleado. Obviamente lleva mi voz.

¿En esta etapa encontraste más alternativas a la música? Eres cantante, escritora, locutora, bailarina y ahora hasta beisbolista.

Una de las cosas que sucedió fue que comencé a jugar beisbol y empecé a dedicarle todo mi tiempo a esa actividad; es un deporte muy demandante, necesitas practicar muchísimas habilidades, desarrollar muchas destrezas y entender muchas cosas. Le dedicó mucho tiempo al beisbol, casi el mismo tiempo que le dedico a la música. La posición que más me gusta es primera base y es lo que veo en la televisión y lo estudio, eso es lo que he estado haciendo en estos dos años prácticamente.

¿El beisbol se convirtió en algo primario para Jessy Bulbo y la búsqueda que mencionabas?

El beisbol lo primero que hizo fue volverme loca. Literal. El beisbol entro a mi vida no de forma ligera, yo literalmente estaba alucinando con jugadores de la MLB; después todo eso se manifestó en mi realidad actual.

¿También te sirvió como un escape a las locuras y presiones de ser parte importante en el medio musical?

Lo que la gente le llama enfermedades mentales realmente son cualidades naturales de la mente que muchos doctores no saben o no entienden y lo único que hacen es bloquearlos, al bloquearlos te enferman más y terminas muriéndote, no te mueres de esquizofrénico, si no de que te bloquean tu impulso vital y te llenan de pastillas.

¿Se podría decir que es algo como lo que le pasó al Joker?

Al Joker lo que le sucedió es que terminó poniéndose triste él solo, no logro una forma de hacerse feliz a si mismo. Eso es una de las cosas que uno no busca. Muchas veces si te dan a escoger entre que prefieres, si triunfar en la televisión haciendo tu acto cómico o ser feliz, él decía que quería y prefería triunfar en la televisión. Muchos pensamos que la felicidad no es importante, que no es conseguible y que es una ilusión. Pensamos que lo de la televisión si puede pasar, que quizá eso si te haga feliz. entonces terminas eligiendo mal y terminas siendo un energúmeno, te la pasas horrible, sufres demasiado, estas muy lejos de ti mismo y no encuentras el regreso. Creo en esa película no hay pelea entre el bien y el mal, todo es el drama psicológico. 

¿Qué podrías decirle a la gente del otro lado del continente, a la gente que no te conoce, como pueden acercarse a la música de Jessy Bulbo?

He hecho cosas tan diferentes que a algunos les gustan unas cosas, otras no tanto y a otros lo contrario. Yo no les recomiendo nada, si algún día me escuchas o escuchas una rola mía y te gusta pues que bien. Si tienen ganas de ver lo que tengo de música, pues tengo discos muy raros y muy locos, hay muchos que les gusta mi disco Changuemonium porque es mi disco menos raro. En ese disco me quitaron todo lo raro y a mucha gente le gusta por eso. A mí me gusta mucho ese disco, lo amo. Mis discos raros también los amo y me encantan, verse a uno mismo a través de esos discos en ocasiones es bien bizarro y bien difícil y da miedo. Amo esos discos porque hablan de mi momento y de la persona que realmente soy, aunque a veces eso no me encante. Yo lo que les recomiendo es que se la pasen bien, que, si no les gusta que lo quiten, ya llegara otro momento.

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