Conciertos

Goran Bregovic – Palau de la Música (Barcelona)

Todavía siento escalofríos de emoción al recordar el concierto que Goran Bregovic (Sarajevo 1950) dió en el Palau de la Música Catalana el pasado 19 de abril. Y ya ha pasado casi un mes.

Cuando uno tiene la sensación de haber vivido el mejor concierto de su vida, en el día perfecto, el lugar perfecto, y con el artista perfecto, se hace difícil explicar y dar una visión objetiva de lo que vió, pero lo intentaré.

A Goran lo acompañaban sus inseparables compañeros/as de la banda de Bodas y Funerales, la Orquesta de Cuerda de Polonia, 3 voces búlgaras, y el coro masculino de voces de Belgrado. 40 músicos encima del escenario.

Para empezar, Ognjan Radivojevic, director de orquesta y percusionista durante el concierto, dirigió las primeras 2 canciones en las que los violines y violas brillaron en el marco incomparable del Palau.

Minutos después, bajo los aplausos de su público, Goran Bregovic apareció en escena, para comenzar la interpretación de una de sus canciones más conocidas, coreadas y bailadas, «Kalasnjikov».


A partir de ahi, la mezcla de sonidos balcánicos hicieron del concierto un torrente de sensaciones dificiles de olvidar, en los que se juntaban las extraordinarias voces masculinas del coro de Belgrado (sublime interpretación de «Cantonero»), la 3 voces búlgaras femeninas, y la excelente interpretación de cuerda por parte de la Orquesta de Polonia, además de la orquesta de Bodas y Funerales que siempre acompañan a Goran, y que en algunos momentos se permitieron el lujo de bromear con él y con el público.

La música de Bregovic tiene una característica única. Es una música que desprende el mismo nivel de dolor que de alegría, el mismo nivel de belleza que de ternura. Sin duda, es una música en la que se notan las huellas de la guerra que sigue azotando Bosnia. Se nota y mucho.

Pero al mismo tiempo, la música de Bregovic emite un mensaje positivo, y tiene un ritmo al que es imposible no subirse.

Después de finalizar la primera parte del concierto, y ante la atronadora ovación del público (7-8 minutos), Bregovic salió al escenario junto a la banda de Bodas y Funerales para interpretar canciones típicas eslavas. Entre ellas, destacó una canción «para beber», como la describió él, en la cual la gente disfrutó y rió cada una de sus bromas.

A continuación, nos deleitó con una demostración de las canciones que se cantan en los entierros de los ricos y los pobres. Divertidisimo.

Y después de un intento de marcharse por 3ª vez, y ante la insistencia de un público entregado como yo nunca había visto, volvió al escenario para interpretar de nuevo «Kalasnjikov» y cerrar así el mejor espectáculo que un servidor haya visto nunca.

Sr. Bregovic, a sus pies.

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