Kyle Kidd – Soothsayer (American Dreams)
Son tiempos de odio, individualismo, de negación de cualquier atisbo de solidaridad y piedad. En este limbo de extrañeza nos vamos alimentando de migajas que hace que vivamos el presente, porque el futuro ya nos lo han arrebatado desde hace mucho tiempo. Hace un par de años el colectivo de músicos Mourning [A] BLKstar consiguieron que me estremeciera con su quinto disco The Cycle. ¿Por qué tanto impacto? Porque en la soledad del confinamiento de la era Covid, escucharlos me dio la oportunidad de fantasear con un futuro -sí, un mero simulacro- en donde reinase la solidaridad, el compromiso y la colaboración entre todas. Un cancionero tejido con mimo por unas personas que, sin ser conscientes, estaban ampliando los límites de la tradición musical afroamericana hasta caminos insospechados.
Una de vocalistas integrantes de esta banda de Cleveland, Kyle Kidd, debuta a lo grande con el que, para quien esto suscribe, es el mejor disco de música negra de este año. Quizás es aventurarse mucho con esta aseveración, pero es que Soothsayer (American Dreams, 2022) es una barbaridad. Un trabajo que integra arrolladores ritmos, espiritualidad, riesgos formales, y una voz que es un torrente de emociones y sabe comunicarlas como nadie.
Kydd se hace acompañar por una gran banda, y así, a lo grande se mete en acción con “Salvation”, una fantasía que remite a Nina Simone y a Alice Coltrain. Un arranque de disco para poner las cosas en su sitio por si hubiera alguna duda.
“Temple” es un tema en la que le canta al amor desde un prisma no binario, y su voz se queda detenida entre unas bases de sintetizador que me recuerdan a cuando Massive Attack se dejaban arrastrar por la potencia vocal de Shara Nelson. Un tratado majestuoso de hipnosis sonora, de la misma forma que el siguiente tema, “Scars Alight”, es funk de cadencias repetitivas y de tornasolada belleza.
Otros dardos de disco funk con poderes sanadores son “TMS” y “Last Time”, y Kyle Dudd los canta con tal energía que ya apunta maneras para ser la Betty Davis del siglo XXI. Tribalismo, tecno, y afrofuturismo en hermandad.
El soul de “Inside My Love” es un regalo de dioses, y finaliza este maravilloso viaje con “Dreama”, una coda final que rebosa espiritualidad y amor por un mundo más hermoso.
Escucha Kyle Kidd – Soothsayer