Seefeel – Everything Squared (Warp)
Una larguísima espera de casi tres lustros ha sido más que suficiente para celebrar por todo lo alto la vuelta a las grabaciones de una de las formaciones más angulares de ese mundo onírico entre el ambient, el shoegaze y el dream pop que fue creándose en los 90. Seefeel vuelve como si no se hubieran ido. O, por lo menos, en lo que el estilo que arroja Everything Squared se refiere. El esperado regreso de los ingleses tiene forma de mini álbum, algo que, de por sí, pareciera querer decirnos que su delicadeza y su esencia está en esos preciosos detalles a los que nos tenían acostumbrados y que, por ese motivo, más vale calidad que cantidad.
Desde que en 2011 abandonasen la actividad de estudio tras la publicación de su álbum homónimo y que, por entonces, suponía asimismo el final de la espera desde 1996, Seefeel parecía verse abocado ya esas referencias bibliográficas de constructores de sueños y melodías hipnóticas. Sin embargo, este lanzamiento recupera su esencia más absoluta. Podríamos precisar que, a pesar de que exista cierta producción avanzada y acorde a la época que vivimos, esta no desentona en absoluto con una certeza: Seefeel siempre suenan a Seefeel.
Compuesto en su integridad por el núcleo duro de Mark Clifford y Sarah Peacock, rescatan de nuevo para un par de ocasiones el bajo de Shigeru Ishiha, con quien ya trabajasen en la década anterior. Aun así, la escucha intensa parece hacernos saltar más atrás, a mediados de los noventa, a la génesis de su sonido, el plasmado en ese Quique (Too Pure, 1993). Por mucho que “Sky Hooks”, la apertura de este álbum, reclame la voz como principal atractivo de la estructura mágica que encierra, esa reivindicación más evidente reaparece como sustrato fundacional en “Multifolds”, una secuela de incesante diálogo entre texturas y sugestión en bucle, arrastrando a quien se deje a esos fondos tan descriptivos.
Y es que la tensión contenida y la pérdida de consciencia son los elementos comunes que los unen también a “Lose the Minus”, una pieza que se adentra en las posibilidades de esa sugerente maraña de guitarras narcóticas, a “Antiskeptic”, donde ese instrumental recae más en las posibilidades de la electrónica y la percusión, o a la indescifrable atracción de “Hooked Pawn”. “End of Here”, nominal y literal, ofrece un final no sabemos si de esperanza o definitivo, un paisaje trazado por esas líneas casi paradigmáticas que se reencuentran para decir adiós a ese halo al que agarrarse para no tener que esperar tanto, por mucho que el cierre de este hiato —con perspectiva— haya merecido la pena.