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Festival Río Babel 2023 (La Caja Mágica) Madrid

Y la fiesta llegó a Madrid con la quinta edición del festival Río Babel, que se ha celebrado en La Caja Mágica arrancando de la mejor manera, en una primera jornada que nos dejó con ganas de más. Además, este año el festival coincidió con el fin de semana del Orgullo, lo que le dio un ambiente aún más especial y reivindicativo.

El telón se abrió con 31 FAM, Daniel, me estás matando y Sen Senra, que presentaba su nuevo álbum P02054AZ por primera vez en directo. Un disco que repasó prácticamente al completo, pero también volvió a Sensaciones con «Ya no te hago falta» y a singles como «Euforia», «Perfecto», «Tumbado en el jardín viendo el atardecer» o una «1000 canciones» en la que Álvaro Díaz se unió al gallego.

Julieta Venegas fue otra de las triunfadoras de la primera jornada, regalándonos un viaje en el tiempo con clásicos como «Me voy» y «Limón y sal», pero también trayéndonos al presente con las canciones de su último álbum, como la pegadiza «Dime la verdad», «Brillaremos», «Despechada mexicana», «Mismo amor» o «Pura fantasía».

Pero el momento álgido de la noche llegó cuando Álvaro de Luna se adueñó del escenario levantando al público de sus asientos que se dejó llevar por himnos como «Juramento eterno de sal», «Portarse mal» y «Todo contigo» y anticipando alguna canción del que será su nuevo trabajo, Uno, a publicarse el próximo septiembre.

The Guapos y Morat continuaron fiesta. Los colombianos no dejaron ni un alma quieta con sus éxitos incendiarios como «No se va», «Salir con vida» y «Debí suponerlo». Con Morat el escenario se convirtió en una explosión de música y alegría, centrándose en sus discos Si ayer fuera hoy y Balas perdidas y culminando con un estallido de fuegos artificiales y su éxito indiscutible, «Como Te Atreves».

 

 

Mar Rubio Boné

Festival Río Babel – 1 de julio

El sábado solo había dos motivos principales para salir a la calle con el sofocante calor madrileño: manifestar el orgullo o asistir al Río de Babel. La cantidad de gente dirigida al festival era tal que no me hizo falta ni siquiera mirar el mapa, con seguir a la masa que se bajaba del metro, fue suficiente.

El día comenzó con los conciertos de La Santa Cecilia y Aterciopelados que tuvieron la difícil tarea de caldear el ambiente a esas horas tan difíciles. Por cuestiones de logística, para mí el festival comenzó con el concierto de Mr. Kilombo, no oculto que era mi favorito y mi motivación principal para estar en la capital ese sábado primero de julio.

No faltaron canciones del último LP Cortocircuitos (2020) como “Todo Cambia”, “Contra Todo Pronóstico” y, por supuesto, la aclamadísima “Cabecita Loca”.

Tuvimos la suerte de ser el público que estrenara por primera vez en directo su tema más reciente, “Palabrería”.  En la que todos, arriba y abajo del escenario, la cantábamos, aunque solo saliera hace un mes. La banda disfrutó visiblemente del ambiente festivo, con la sana energía que se respiraba y que caracteriza los conciertos del madrileño.

También hubo espacio para su disco anterior, Invencibles (2016) del que compartimos “Sinmigo”, quizás la favorita del público (con más de 20 millones de reproducciones en Spotify) que, incluso, comenzó a cantar antes de tiempo, sin esperar a que terminara la intro de guitarra. “Es una gozada”, reconoció Miki Ramírez (ese es su nombre real), y la gente le correspondió.

Con “Tiempo al tiempo” las primeras filas aprovecharon para montar un pequeño pogo disfrutón. La verdad es que los conciertos de Mr. Kilombo son una delicia para los sentidos y para el espíritu: buen rollo, simpatía y una música de altísima calidad. Terminó su turno con “Invencibles” en un bis muy pedido y aplaudido.

Llegó el turno de Guitarricadelafuente que, ataviado (por algún motivo que escapaba a los que sudábamos como pollos) con un jersey de lana y por supuesto su guitarra se enfrentó a una masa deseosa de escucharle y adentrarse en su mundo. Comenzó, sin mediar palabra, con “Ya mi mamá me decía”, de su último LP La Cantera (2022) y siguió con “Redondico (como los albaricoques)”, “Agua y mezcal” y “La Filipina”.

El cantautor consiguió que todo el público entrase en su universo intimista y tranquilo sin casi despeinarse un rizo. La cuidada escenografía del escenario, con una piedra estelar en mitad del escenario que parecía salida de la galaxia, ayudaba a ambientar ese mundo suyo. Quienes asistieron allí no fue por casualidad, ya que las caras y gestos de emoción dejaban claro el compromiso con lo que allí se estaba gestando.

Una vez se levantó de la silla de enea los ánimos lo hicieron con él, ya que llegaron incluso a saltar, en consonancia, Alvarico y la audiencia como un espejo. El nacido en Benidorm fue capaz de conducir el concierto como un viaje de emociones, consiguiendo no solo el sentimiento más intimista, sino también la diversión a través de un sonido más electrónico.

Por supuesto, no faltó su aclamada versión de “A mi manera” que cantó todo el mundo sin falta. Unos minutos emocionantes que consiguieron poner los vellos de punta a quien prestaba atención. Terminó con su “Guantanamera”, que consiguió un nivel de intimidad insólito para un festival tan lleno de gente con ganas de jarana. Esto es algo que solo unos pocos pueden conseguir y él, por supuesto, es uno de ellos.

Con este nudo en el pecho, tocaba cambiar de escenario para disfrutar a Tremenda Jauría. La electrocumbia guerrillera de este grupo no iba a dejar indiferente a nadie. Servidora descubrió su música por primera vez hace unos años por casualidad y, desde entonces llevaba deseando bailar sus temazos.

Para quien no se haya parado a escuchar sus canciones, pueden resultar bastante eclécticas, y es que pasan de la cumbia al reggaetón, a la electrónica, entremezclándose con el ska y terminando en una especie de punk muy rockero que denominan “electrocumbia”. Eso sí, no dejan títere con cabeza y es que si hay algo que realmente identifica a Tremenda Jauría son sus letras reivindicativas, sociales, mordaces y, por qué no decirlo, absolutamente necesarias. En un día como aquel, en el que se celebraban las manifestaciones y carrozas del orgullo en Madrid, quisieron demostrar su apoyo al grito de “los transfeminismos nos salvan la vida a todes”.

En el concierto no faltaron “Cayena”, “Con Tol Deskaro”, “¿Dónde vas corazón?”, “Codo con codo”. O “Esta Noche”. El público entregado bailaba sin ningún tipo de prejuicio, hasta abajo, con movimientos orgánicos o al más puro perreo, nada importa, sólo pasarlo bien reivindicando.

Siguió la noche con Juan Luis Guerra y su banda 4.40. Ya antes de que el dominicano saliera al escenario la energía del público enloquecido era de otro planeta, que no necesariamente de otra época, ya que la media de edad era muy joven. Una primera fila absolutamente fanática del cantante vitoreaba, animando al “señor Guerra” a comenzar el concierto y levantaba sus pancartas en el que le explicaban brevemente que estaban cumpliendo un sueño.

Diría sin miedo que el público latinoamericano en Madrid se reunió para la importantísima cita. Banderas de México, Colombia o Venezuela adornaban la primera fila. Los apasionados gritos eran dignos de un concierto en estadio de cualquier artista de moda internacional.

Ya sea por ingenuidad o por desconocimiento, no esperaba semejante expectación ante un artista «del siglo pasado» (desde la mejor de las connotaciones) ya que, aunque Juan Luis Guerra nos ha acompañado a todas en algún momento de nuestra vida, no son muchas las personas que confiesan escucharlo en la intimidad del hogar. Sin embargo, el artista no sólo superó con creces las expectativas generadas, mostrándose enérgico, ágil y afinadísimo. Cambio de vestuario incluido, llamó la atención que no paraba de apretar su ‘in ear’ contra el oído para escucharse mejor.

En la velada no faltaron sus temas más conocidos: “Burbujas de Amor”, “Bachata Rosa”, “Rosalía”, “Ojalá que llueva café”, y como bis y broche final, “La Bilirrubina”, entre muchas otras más en aquellas dos horas que duró el concierto. Esa noche cantamos, bailamos y nos dejamos la piel cumpliendo un sueño que algunas personas ni siquiera sabíamos que teníamos. Larga vida a Juan Luis Guerra y los 4.40.

La noche cerró, calurosa, con los conciertos de Eskorzo y Macaco que disfrutaron enormemente todos los que se quedaron hasta el final. Una pena que el día no tuviera más horas para poder disfrutar conciertos como éstos ya que, los artistas que quedan al final perdieron un porcentaje del público que, agotado, salió en estampida.

Los horarios del festival obligaban a elegir entre sacrificar los conciertos del escenario Río Babel o los espectáculos del Comedy así que no fue posible para servidora disfrutar de las risas aseguradas con el ingenio Lalachus, Patricia Galván y Jorge Ponce. De momento, me tendré que conformar con reírme desde casa con sus vídeos en redes.

Rocío Cabello

Festival Río Babel – 2 de julio

Después del caluroso sábado en el que la capital se tiñó de arcoíris en una jornada de celebración, visibilidad y reivindicación LGBTBIQ+, llegó el que para unos era el día de la resaca y para otros (una servidora) era el día que llevaban meses esperando.

Empezamos con Colectivo Panamera que fuera la hora que fuera, desarmó con himnos como “Quiero mucho más”, “El arenal” y “El huracán”. La energía se mantuvo en el mismo punto cuando Balkan Paradise Orchestra subió al escenario Río Babel. Desde el escenario Babel Comedy, donde me encontraba en ese momento al no poder resistir mis ganas de ver a una mis cómicas favoritas en directo, Inés Hernand. Entre carcajada y carcajada con las actuaciones de Iggy Rubín, que tuvo un tono más reivindicativo con motivo del Orgullo, la Pija y la Kinki, contentos por su última confirmación de entrevista con Pedro Sánchez y Ana Morgade, que se presentó como “la fea de Zapeando” y tuvo al público encandilado con su característica forma de moverse y de quejarse de todos los temas que se le ocurrieron.

Luego llegó uno de los momentos más esperados del sábado, la arrolladora actuación de La M.O.D.A., banda que ha ido conquistando corazones con esa actitud tan especial, que se filtró en canciones como «Nómadas»  o ese himno «Héroes del sábado» con la que se despidieron. Mientras tanto, Arde Bogotá demostró su imparable ascenso con una selección inapelable de canciones, presentando su nuevo álbum Cowboys de la A3, sin olvidar éxitos como «Sin vergüenza» y «Antiaéreo».

La noche continuó con otro infalible sobre el escenario Alizzz, quien como lleva haciendo desde que nos sorprendió con el infalible Tiene que haber algo más, dejó al público saltando al ritmo de éxitos como «Que pasa nen» o «Amanecer» y estrenando su nuevo tema en colaboración con Amaia, «Sexo en la playa».

Pero el plato fuerte de la noche fue la esperada actuación de Jamiroquai, el, además de ser mi grupo favorito, icono del funk y acid jazz que hizo temblar los cimientos de todo el festival. Jay Kay y su banda saltaron al escenario principal, donde una multitud enardecida, en la que me incluyo, los esperaba ansiosamente. Fue un viaje al pasado, al presente y al futuro, pudimos viajar sin movernos del escenario Johny Walker, haciéndole justicia a uno de sus más preciados álbumes Travelling without moving (1996). Músicos y público se fusionaron en un torbellino de éxtasis musical, coreando himnos como «Canned Heat», «You Give Me Something», «Cosmic Girl» y, por supuesto, el inolvidable «Virtual Insanity». Jay Kay, vestido con uno de sus extravagantes gorros, en este caso el de plumas, fue la estrella de la actuación, como es habitual, aunque también destacaron el bajista Paul Turner, el baterista Derrick McKenzie y las espectaculares coristas Sola Akingbola, Hazel Fernandes y Valerie Etienne, que acompañaron la voz del vocalista tenor. Este grupo irradia una energía única en sus actuaciones en directo, que cualquier amante del disco y del funk debería ver al menos una vez en la vida. Jamiroquai demostró una vez más por qué son una de las bandas más icónicas de su género, dejando a todos con una sonrisa en el rostro y un corazón lleno de gratitud por la experiencia vivida.

Así concluyó la quinta edición de un Festival Río Babel que ha logrado reunir a 50.000 personas a lo largo de tres días demostrando un año más su capacidad para unir a España y Latinoamérica, y trayendo a nuestro país grandes artistas como Julieta Venegas, Juan Luis Guerra, Bomba Estéreo, Conociendo Rusia, Peces Raros y Morat, entre otros. La dirección del festival ha expresado que se siente orgullosa de haber celebrado un quinto aniversario sin incidentes y ya está trabajando en la próxima edición de 2024, prometiendo superar todas las expectativas y brindar una experiencia aún más memorable para todos los amantes de la música. Esperamos que así sea y podernos volver a adentrar en el pequeño gran mundo del Río Babel.

Mar Rubio Boné

Fotos: Al Dara, Ainhoa Lauricia García, Aldara Zarraoa (Festival Río Babel) y Rocío Cabello

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