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Mejores conciertos y festivales de 2025

Seguimos avanzando en nuestra semana de #Mejores2025MZK y toca detenerse en uno de los grandes placeres del año: los mejores conciertos y festivales de 2025.

El directo sigue moviendo la industria, desde la sala más pequeña, al macrofestival más masivo. Como no podía ser de otro modo el año ha sido muy intenso y ha estado marcado por la llegada de grandes giras internacionales, por celebraciones muy esperadas y, sobre todo, por el descubrimiento de nuevos artistas que ya apuntan maneras y que pronto estarán en boca de todos.

Podrían ser muchos más, pero hemos querido afinar la selección y quedarnos con 15 conciertos nacionales, 15 internacionales y 15 festivales que, en conjunto, resumen bien lo que ha sido nuestro 2025 en directo.

Una elección que nace de la experiencia de haber cubierto más de 200 conciertos a lo largo del curso y que busca reflejar no solo nombres, sino también la emoción, la sorpresa y la energía que han definido esta temporada.

Mejores conciertos nacionales

Bunbury (Movistar Arena) Madrid

Con una imponente escenografía entre el teatro y el cabaret, el grupo (con la suma del fiable guitarrista Jordi Mena (Los Santos Inocentes) en sustitución de Rafa Domínguez), se presentaba como en tiempos de Freak Show, con el aire circense de «Otto e mezzo» de Nino Rota. El gong sonó para que «El club de los imposibles» abriera fuego. A partir de ahí, llegaron dos horas de alto voltaje emocional entre lo épico y lo íntimo. Una retrospectiva que recreando las atmósferas que caracterizaron a aquella formación entre 1997 y 2005, nos hizo regresar a lugares esperados como «El extranjero» o «Infinito», pero también a otros menos habituales como «De mayor», «Sólo si me perdonas», «Sácame de aquí» o «Enganchado a ti».

Carolina Durante (Movistar Arena) Madrid 

La presentación de Elige tu propia aventura (2024, Sonido Muchacho / Universal) no es más que el espaldarazo que necesitaban para dar el salto al gran público y desde su personal discurso, convertirse en nuevos referentes mayoritarios para una juventud ávida de ellos. Los hace nada cuatro chavales, Diego, Mario, Martín y Juan, ahora son seis sobre las tablas, sumando como refuerzos las guitarras de Julen (Vulk) y los teclados de Banin (Los Planetas), con los que su sonido ha dado un acertado salto de calidad. La producción, igualmente a la altura, con un escenario para grandes recintos que simulaba una oficina con un ascensor al fondo, del que salió la propia banda o los diferentes invitados que les fueron acompañando.

Derby Motoreta’s Burrito Kachimba (Sala Impala) Córdoba 

Expansión del pasado y regresión hacia el futuro, que al fin a la postre son conceptos conectados involuntariamente. El legado de la historia posó sus alas casi por casualidad en las cuerdas, teclados, percusiones y voces que lo amplifican para solaz de seguidores y turistas ocasionales que responden en peligrosa armonía a la llamada de seis músicos renacidos para dicha encarnación con la anarquía por bandera y el nombre eternamente equivocado de Derby Motoreta’s Burrito Kachimba. El altar fue la sala Impala, margen y centro de la cultura pop local y nacional, y las ofrendas llovieron –antes lo había hecho abundantemente afuera- y se repartieron con sumo deleite.

Ilegales (La Riviera) Madrid

Una fiesta compartida con una institución que cala en todos los públicos; de rockeros a punks e indies. Una influencia decisiva en generaciones que buscan en la música no solo evasión, sino también respuestas.

ilegales

León Benavente (La Riviera) Madrid 

Hay quienes piensan que los nuevos discos de León Benavente son una excusa para tenerles de nuevo sobre los escenarios y hay otros, como quien les escribe, que consideramos sus nuevos trabajos como un estimulante, convincente y decidido enfilamiento creativo hacia nuevos horizontes. En lo que seguro que ambas vertientes coincidimos es en considerar el directo de la banda como puro granito. Y la noche del viernes en Madrid (primero de los dos sold out consecutivos en la capital) la constatación de esto iba a ser palmaria.

Maestro Espada (Sala el Sol) Madrid

Hay bandas que tocan desde el músculo y otras desde la exageración; hay quienes buscan caer bien y quienes quieren demostrar. Maestro Espada no está en ninguno de esos lugares.

La clave de este dúo murciano no es la técnica, ni el repertorio, ni el volumen (aunque todo eso lo tienen), sino la conexión interna entre Alejandro y Víctor Hernández.

Mala Rodríguez (Palau De La Música Catalana) Barcelona

La Mala vestida con un traje de gala se mostró en todo momento emocionada, atenta y agradecida con sus fans, arengando a las mujeres a seguir en la lucha por sus derechos emancipatorios, y a que los algoritmos de las plataformas digitales no dicten nuestros gustos. Hasta un espontáneo le pidió a su novia su compromiso de amor eterno con un speech romanticón ante la incredulidad de nuestra mujer que le dijo algo así que el compromiso amoroso es una opción como otra cualquiera. Las cosas en su sitio. Una reina.

Mala Rodríguez

Morgan (Noches del Botánico) Madrid

Suenan potentes y compactos, pero al mismo tiempo delicados y aunque la voz de Nina es inevitable que sobresalga entre todos, lo cierto es que, detrás de ella hay una colección de músicos más que solventes y un trabajo de constante crecimiento. Tal y como anunciaron unas tres veces – no hace falta tanto, de verdad – el repertorio fue una buena presentación de su último trabajo; Hotel Morgan (North Records 2025) y el resto de su discografía.

Nudozurdo (OchoyMedio Club) Madrid 

Pero sin lugar a dudas lo más destacado fue presenciar como el concierto fue viniéndose arriba en el último tramo de la noche desde posiciones algo timoratas hasta alcanzar una de las exposiciones sonoras más brutales que les recuerdo, todo a partir de ese “El hijo de Dios” y rubricado con una afiladísima “Prometo hacerte daño” que dejó entrever en parte al elefante dentro de la habitación: que sus recientes temas, por brillantes que sean en bastantes casos, no llegan a las cotas de excelencia magnas de antiguos monumentos de su cancionero.

Nudozurdo

Rodrigo Cuevas (Razzmatazz) Barcelona

Cuevas es un artista libre (espero que el estar en una multinacional no limite su talento), que no se circunscribe a manuales de estilo manidos, ni a convencionalismos. En su gira La Romería híbrida estilos con una naturalidad impactante, recogiendo la herencia del cuplé así como del cabaret cantante; se alía con el manierismo de las grandes cantantes melódicas y performa en el escenario una fiesta arrabalera que tanto fluye a ritmo de electrónica como al folklore popular; y de imprevisto estamos asistiendo a un numero de danza contemporánea como que nos pilla la noche bajo el latido de una rave. Rodrigo Cuevas empieza a ser un estilo en sí mismo.

Rufus T. Firefly (Ciclo Alhautor) Alhaurín De La Torre

Alineados como una fuerza de la naturaleza de impacto fulminante y atronador, los seis músicos crearon su universo particular para transmitir su propio lenguaje, en una coreografía hipnótica capaz de llevar la experiencia del directo un paso más allá. Ahora es su batería, Julia Martín-Maestro, la que ocupa la posición central, ejerciendo de eje catalizador a partir del cual se van tejiendo dinámicas envolventes capaces de provocar un movimiento marcado por la sincronía expansiva, con sus diferentes vasos comunicantes en constante interacción.

Standstill (La Riviera – Inverfest)

El concierto transcurrió como un suspiro fugaz, entre abrazos, voces y miradas hermanadas, hasta llegar al infinito trotar de ese incombustible canto a la esperanza romántica de “Adelante, Bonaparte (I)”. Y allí nos hubiéramos quedado eternamente colgados, en ese aplauso sin fin de ellos a nosotros y de nosotros a ellos. El agradecimiento va por dentro y por fuera, el de habernos ayudado a dibujar entre lo dulce y lo amargo episodios de nuestra existencia que nos han ido construyendo hasta lo que somos hoy. Esto quedará registrado.

Surfin’ Bichos (La Sala Movistar Arena – Inverfest)

Volver a degustar en directo ese disco del tirón para muchos que nunca lo hicimos en su día, ha sido todo un regalo. La Sala del Movistar Arena fue la olla a presión necesaria para poder entregarnos a ese exorcismo en el que vimos a Surfin’ Bichos disfrutar como nunca, y a nosotros acompañándoles.

Surfin' Bichos

Adentrarse en ese mundo (turbio) en el que conviven plegaria y blasfemia, como deja clara la invitación inaugural de «¿Amas lo desconocido?» y las sacudidas de «Aráñame con cariño». Pronto llegó esa grieta de la que brota «Gente abollada», transformada en directo desde hace tiempo en una «revisión un poco a lo Berlin de Lou Reed« como nos contaba Fernando recientemente. Esa sombría historia donde el amor y el sacrificio se confunden.

The New Raemon & McEnroe (Sala But – Inverfest) Madrid

Más allá del repertorio esperado, nos regalaron guiños cómplices. Primero solos a la guitarra los dos con la versión del “Te Debo un baile” de Nueva Vulcano Ramón (no olviden cada día vitaminarse con la estupenda carrera musical de los barceloneses) y con una escalofriante revisión desnuda de “Asfalto (libres los animales)” de Mcenroe a cargo de Ricardo. Después la banda al completo interpretó dos temas muy bonitos de The New Raemon, “Caen los árboles” y “Lo bello y lo bestia” de su, imposible no mencionarlo siempre, monumental Libre Asociación (11). Y así abandonamos la sala con una sensación de bienestar espiritual tan natural como bonita.

Tulsa (Cine Albéniz – Festival De Málaga)

Aludiendo al entorno cinematográfico, la puesta en escena de Amadora resultó una experiencia inmersiva que arrancó con el palpitar ceremonial de “SANTAMÁRTIR”, bastón de madera en mano, como invitación para adentrarse en un recorrido por las entrañas de un diario de a bordo existencial que ha puesto voz al sentir de tantas y tantas mujeres a lo largo de la historia.

Tulsa

El vals a media luz de “Una Parte De Mí”, el vaivén redentor de “No Quiero Hacer Historia”, el manual de supervivencia al límite de “Cuando Venga El León Pálido”, la desarmante “Tacones Lejanos” con mirada a su progenitora o la definitiva “Laguna”, single con mayúsculas, redefinen el concepto de canción para convertirse en poemas cantados por lo profundo y esclarecedor de sus letras y lo visual de su contenido, tendiendo puentes entre la música y su escenificación sobre las tablas.

Mejores conciertos internacionales

Air (Noches del Botánico) Madrid 

Fue arrancar los primeros compases de «La Femme d’argent» y sentir cómo todo se pausaba bajo su cadencioso pulso. Sin espacio para asimilar todos los estímulos que estábamos recibiendo, la encadenaron con la popular «Sexy Boy» con la que la última luz del día fue apagándose. «All I Need» en una versión con tonalidades diferentes, con la voz sampleada de Beth Hirch entrando y saliendo de manera testimonial, empezó a hacernos conscientes de la magnitud de este directo.

Beth Gibbons (Noches del Botánico) Madrid 

La combinación de Beth Gibbons y ese escenario inmejorable que es Noches del Botánico se antojaba como un binomio poco menos que idílico, con la vocalista de Portishead presentando el que técnicamente –y si obviamos aquel disco de título Out Of Season (Go Beat, 02) que firmó junto a Rustin Man– es su (agraciado) debut en solitario, Lives Outgrown (Domino, 24). Una velada en la que, en efecto, la británica –acompañada de solvente banda de siete miembros– desplegó su magia con un halo de especificidades que motivaron la calidez de toda la actuación.

Ca7riel y Paco Amoroso (Sant Jordi Club) Barcelona

Los porteños están ahora mismo surfeando en un tsunami generado por su éxito en redes (a pesar de que ninguno de ellos es gran fan), la prensa que los adora y el público que se ha vuelto loco con ellos. Ahora queremos saber cómo se van a llevar con la fama.

Además, había ganas de ver cómo defendían Papota, que como concepto audiovisual mola porque borda la crítica a una industria musical obsesionada con la apariencia, pero que en lo musical suena más domesticada que sus temas anteriores como “Ouke” o “Mi sombra”. Desde Baño María, andan escorados al pop.

Deafheaven (Sala Mon) Madrid 

Una noche donde la confianza plena en su reciente álbum les llevó a interpretarlo prácticamente íntegro), precedieron a una asombrosa interpretación de “Wynona” provocando una sinestesia emocional en el alma de cualquier persona capaz de entrar en un universo laberíntico, obsesivo y ajeno a todo atisbo de esa ingente masa gris amorfa de apatía, estupidez y simpleza en la que tenemos que batallar cada día de nuestras vidas en el mundo.

Dean Wareham (Sala Villanos) Madrid 

La noche y el sitio eran propicios para adentrarse en esos temas que parecen deslizarse entre la ternura y la distancia. Esos ecos velvetianos llenos de melodías evocadoras tejidas entre guitarras cristalinas y bajos atmosféricos, que tienen sello propio y desde hace casi cuatro décadas han dejado un muestrario de influyentes álbumes, EPS y bandas sonoras ya sea como Galaxie 500, Luna, Dean & Britta o en solitario.

Destroyer (Sala Jerusalem) Valencia

Dan canta con el pelo enmarañado, camisa totalmente sin planchar, la cara entre indiferente y desafiante y la mano en el bolsillo. Parece querer decir que esto no va con él, pero ciertamente hay algo magnético en su actitud, algo inexplicable que te hace clavarle la mirada. De hecho, con “Tinseltown swimming in blood” ya estamos todos metidos en ese bolsillo en el que él mete tanto la mano. Si lo de este hombre siempre ha sido el romanticismo llevado al paroxismo, él se mete de lleno en el papel con ese aire ensimismado tan de poeta torturado de tiempos pasados.

Gorillaz (Pulse Of Gaia – Universidad Autónoma) Madrid 

Todo encajó en el show de Gorillaz, toda una experiencia audiovisual y sensitiva que lo mismo nos hacía adentrarnos en los parajes ambientales de «Man Research (Clapper)», que nos mecía con la magia melódica de «On Melancholy Hill». Que alcanzó el punto álgido en una portentosa «Stylo» con Bootie Brown como maestro de ceremonias con los sampleos del gran Bobby Womack y Bruce Willis en pantalla persiguiendo a 2-D, Noodle, Murdoc y compañía.

Que nos trajo otros momentos memorables como esa «Kids With Guns», el paso por Humanz (2017) de la sedosa «Andromeda» o el arrebato rockero de «White Light».

The Horrors (Sala Mon) Madrid 

Una siniestra puesta en escena, luces indirectas y efectos estroboscópicos, daban la bienvenida al quinteto que abriendo con el escalofrío de «The Silence That Remains», no tardó en atizar con el latigazo de «Mirror’s Image». ¿Puede un tema de base shoegaze sonar peligroso? Si The Horrors están detrás, sí. Y es que la raíz abrasiva y esa actitud desafiante del espigado Badwan asoma en cada rincón, ya sea en el estribillo de la sintética y tenebrosa «Silent Sister» o en esa joya llamada «Who Can Say».

Lady Wray (Loco Club) Valencia

Además, para nada es una recién llegada, ya en los noventa tuvo un mini-hit cuando fue descubierta nada menos que por otra reina, Missy Elliott, que produjo y publicó en su sello “Make it hot” (1998), un trallazo crossover entre hip-hop y soul que la puso realmente en el mapa, pero no lo suficiente como para evitar que tuviera que dar muchos bandazos para situarse en una carrera en solitario tan fértil como la que mantiene ahora. De hecho, el 26 de septiembre se lanza al mundo Cover Girl, un nuevo álbum del que ya conocemos material suficiente como para poder afirmar que la va a consolidar como uno de los nombres a tener en cuenta en la música afroamericana de esta década.

Nation of Language (La Riviera) Madrid

Nation of Language no dieron un concierto barroco ni una exhibición técnica (aunque esto último puede que también) ofrecieron algo mucho mejor, un set que se sintió vivo de principio a fin, hermoso en sus decisiones estéticas, por mucho que fotografiarlo sea complicado; y con una entrega total tanto de banda como de fans.

No exagero si digo que esta fue una de las noches donde el synth pop encontró uno de los conciertos memorables del año.

Radiohead (Movistar Arena) Madrid

Los de Thom Yorke se marcaron un concierto excelente, no muy diferente a esa gira de 2018, con un repaso a lo mejor de su carrera. Dos horas de auto reivindicación en las que cada nota pesaba el doble, donde el silencio previo a cada canción, se convertía en un escalofrío a la espera de lo que estaba por venir. Un setlist con sus subibajas, transitando por algunos de sus hits, pero también por zonas de oscuridad, espacios introspectivos, oleadas de fricción y viajes atrás y adelante en el tiempo.

Stereolab (Teatro Eslava) Madrid 

Su presentación en directo mantiene lo que siempre esperamos de esa travesía musical sin anclas, algo más de hora y media en la que su reciente entrega tuvo el protagonismo, aunque vino acompañada del rescate de alguna que otra joya pasada. Eso sin quedarse en el conformismo o ir a lo fácil. Porque ya conocen a los de Lætitia Sadier y Tim Gane, nunca escogen el camino más esperado ya que atesoran catálogo de sobra para embelesarnos con las mejores armas.

Turnstile (Palacio de Vistalegre) Madrid

Lo primero que impactó en Vistalegre fue la energía: inmediata, casi brusca, como si el concierto hubiera empezado antes de que entráramos. Lo más interesante, sin embargo, fue el tipo de público que se reunió allí. Por un lado, la vieja guardia del hardcore: gente que ha visto salas arder, que sabe cómo colocarse, cómo reaccionar, cómo leer el movimiento.

Por otro lado, toda una ola nueva de fans (un servidor) llegados por Glow On y Never Enough, atraídos por esa mezcla de groove, melodía y contundencia que Turnstile ha convertido casi en ciencia exacta.

Water From Your Eyes (Sala Clamores) Madrid

Hay noches en las que Madrid parece un videojuego en modo difícil, demasiados conciertos, demasiada oferta y, por lo tanto, pocas salas de aforo medio disponibles. Algo así debió pasar para que Water From Your Eyes fueran ubicados en Clamores, en un concierto organizado por Primavera Tours, una sala con capacidad aproximada de 220 personas que se quedó pequeña en esta ocasión. Entradas agotadísimas y un goteo constante de gente intentando conseguir la suya en la puerta. Viendo el panorama, cualquiera diría que el dúo (convertido en cuarteto en directo) podría haber llenado sin problemas otra sala bastante más grande.

Wilco (Alma Occident Festival) Madrid 

a propuesta de esta banda de Chicago es otra: un grupo que sabe dominar el tiempo y el espacio escénico sin necesidad de levantar la voz. Que se permite ir despacio, elegir cada canción como si contara una parte de una historia mayor, y hacerlo con una elegancia que emana calidez y precisión. Considero que esa mezcla es una de las claves de su directo.

Wilco

La otra es que, al verlos sobre el escenario interpretando sus canciones, uno entiende con claridad esa famosa expresión que dice: a hombros de gigantes. Es un grupo donde confluyen los sonidos que definieron el rock, el folk, la americana, el country… y aun así, han sabido reformularlo. Escuchándolos, escuchas a todos esas formaciones que les precedieron y que han hecho posible que ellos estuvieran encima de la palestra.

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