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Primavera Sound 2025 (varios emplazamientos) Barcelona

La edición de este año del Primavera Sound se ha saldado con un récord histórico. Según datos que baraja la organización, el total de asistentes ha sido de 293.000 personas (25.000 más que el pasado año). Un gran éxito en gran medida sustentado por el reclamo obtenido por las tres cabezas de cartel que el festival ha vendido como “las supernenas”: Charli xcx, Sabrina Carpenter y Chapell Roan.

El festival barcelonés ha convertido el evento en un reclamo turístico ya que atendiendo de nuevo a las estadísticas de este año, Reino Unido,  Estados Unidos e Italia han sido los países que más público ha atraído (cerca de un 63% de total).

No obstante la polémica ha salpicado al Primavera Sound debido a la instalación de un túnel llamado “Unsilence Gaza” en donde la gente podía entrar a oír cómo suena la muerte en terreno gazatí. Según los ideólogos de esta experiencia tan cool (NOVACT y Casa Nostra Casa Vostra) el fin de esta instalación era la de concienciar a la gente de lo que está pasando con el genocidio en Palestina, dentro del reciento del Parc del Fòrum había un puesto en donde vendían camisetas del “Unsilence Gaza” a 15 euros, sudaderas a 20 y chapas a 2 (El dinero recaudado con la venta de camisetas y sudaderas en el stand de Unsilence Gaza en el festival se destinará a ayudas médicas de emergencia a través de la Palestinian Medical Relief Society. También puedes hacer una donación directamente en su web).

Primavera Sound 2025 en 20 conciertos

(en alfabético)

AMAIA

Aunque es pamplonesa de nacimiento podemos decir que Amaia juega en casa en Barcelona, ya que toda su carrera musical la ha desarrollado establecida felizmente en la ciudad condal, lugar que según dijo ella misma sobre el escenario Cupra le ha convertido la persona que es hoy en día. Confirmada desde hace tiempo en la primera división de la música independiente española, su baño de masas la tarde del sábado tuvo algo de completo asentamiento, más aún cuando coincidía su concierto con el de Fontaines DC, una de las bandas más esperadas por el gran público. A pesar de que ya había presentado en Barcelona este mismo año su estupendo, maduro y aún reciente Si abro los ojos no es real (2025) con dos llenazos en el Sant Jordi Club, la afluencia de público y sobre todo la conexión entre el respetable y la artista superaron con creces lo esperable.

Pero es que Amaia se hace querer. Rebosando simpatía, naturalidad y carisma, parece que nada en ella es impostado y está disfrutando del momento que le está tocando vivir. Con unas coreografías cada vez más trabajadas y una escenografía práctica y elegante que le permite cambiar de altura y zona del escenario en función de la canción, el show actual de la navarra funciona como un reloj, con todas las variaciones que tiene durante el mismo.

Arrancó a lomos de la simpática y pegadiza “Tocotó” seguida de la sensual “Magia en Benidorm” que dio paso al primer gran momento de la noche, “El encuentro”, himno hedonista perfecto para la causa festivalera. A partir de ahí el resto del concierto fue una montaña rusa sonora y emocional que lo mismo te ponía a bailar, que a saltar o te emocionaba con sus reflexiones sobre la muerte o el desamor. “MAPS” y una extendida y casi ravera “Giratuto” nos pusieron en órbita, “Quedará en nuestra mente”, que como recordó ella misma fue su primera composición, nos hizo sonreír de pura felicidad inocente, y con “Yamagochi” nos transportamos a ese lugar que siempre ocuparán los primeros besos. Para cerrar el concierto un poco de todo: desde una marcianada de versión de “Me pongo colorada” -tengo la sensación de que algo se me escapó-, hasta una sobrecogedora y coreografiada “Tengo un pensamiento” acompañada de un extenso coro, uno de los puntales de esta gira y seguro que de giras venideras, que dio paso a “Bienvenidos al show”, con la que agradecida y sinceramente emocionada se despedía de Barcelona con un triunfo incontestable.

Edu Cornejo

CAROLINA DURANTE

Después del espaldarazo definitivo que supuso el año pasado el lanzamiento de Elije tu propia aventura, sobre el que hay consenso generalizado a la hora de considerarlo su mejor trabajo, 2025 está siendo sin duda un gran año para los madrileños Carolina Durante. Agotando entradas en toda su gira española y después de su celebradísimo concierto el primero de mayo en la capital, donde se habló de unos 60.000 asistentes, volvían a los grandes escenarios con todas las miradas puestas en la pierna de Diego, vocalista de la banda, recién operado de una rodilla que les obligó a cancelar unas cuantas fechas internacionales que tenían programadas para mayo. Por una vez, parece que se ha tomado en serio lo del reposo y no estuvo dando saltos con las muletas por el escenario, pero esto no restó intensidad a un concierto del que, como siempre, salieron triunfantes.

Primavera Sound

Porque el directo actual de Carolina Durante es una garantía de diversión y desenfreno. A pesar de coincidir en el tiempo con Sabrina Carpenter, el mayor reclamo del día -Diego hizo un par de bromas sobre ello-, el aspecto que lucía el escenario Amazon Music era el de los grandes nombres, siendo los artistas nacionales que más público congregaron junto a Amaia. Arrancaron con “Joderse la vida”, apertura de su último álbum y asimilada por todos como un nuevo clásico de la banda. Tras la muy punk “Aaaaaa#$!&” recuperada de su segundo disco, comenzaron con un amplio repaso a su nuevo trabajo -cayeron “Misil”, “Tempo 2”, “San Juan”…) sin bajar el pie del acelerador. La máquina no paraba con hits como “Granja escuela” o la inevitable “Cayetano” hasta que “Colores”, “Elije tu propia aventura” o “Probablemente tengas razón” (qué bueno es ese tema) nos permitieron coger aire para la traca final. Y ahí sí, demostrando el poderío que ya tiene su discografía, cerraron con “Perdona (ahora sí que sí)”, el himno generacional que es “Hamburguesas”, “Normal”, -para la que se rumoreó fuertemente que podría salir Rosalía a acompañarles en el escenario, algo que no sucedió- y “Las canciones de Juanita” dejaron el Parc del Fórum del revés y reivindicaron la vigencia de su música por encima de otras propuestas más modernas y exquisitas. Porque ¿a quién no le gusta terminar un concierto afónico?

Edu Cornejo

CASSANDRA JENKINS

Mucha era la expectativa por ver a una de las grandes revelaciones del año pasado, la neoyorquina Cassandra Jenkins que con My Light, My Destroyer, se ha convertido en una de las cantautoras más populares de la última hornada. Parapetada con sus gafas de sol y una guitarra eléctrica (que combinaba con la acústica), rescató parte de un repertorio que se mueve como pez en el agua por el pop de herencia angelina (Laurel Canyon siempre), y las ambientaciones ensoñadoras con sintetizador.

El concierto lo abrió con la preciosa “Devotion” para después engatusarnos con las melodías mayúsculas de “Petco”, Hard Drive” o el final perfecto con “Clams Casino”. Una pena que su voz no acabara de sonar bien debido a una mala ecualización de su micro, y sobre todo, que propuestas así necesitan de escenarios más acogedores y con mejor acústica. Bonito fue.

Luis Moner

CAT POWER

Chan Marshall, o lo que es lo mismo, Cat Power, siempre ha demostrado ser una gran admiradora del genio de Bob Dylan. Ahí quedan para la eternidad sus varias versiones del músico de Duluth repartidas entre su obra y sus directos, con mención especial para “I believe in you”, favorita personal de quien esto escribe, de su ya lejano disco de versiones de 2008 Jukebox. Esta fijación quedó aún más patente cuando la cantautora estadounidense recreó íntegro en 2022, a modo de homenaje, el mítico concierto de Manchester de 1966 de Dylan (el del famoso “Judas”), que tuvo reflejo discográfico un año después en el magnífico Cat Power Sings Dylan: The 1966 Royal Albert Hall Concert (2023). Desde entonces, la magnífica voz de Marshall ha estado recreando este dylaniano repertorio por escenarios de todo el mundo, en una gira que ya la trajo por la ciudad condal el verano pasado en el marco del Alma Festival, con excelentes reseñas.

En esta ocasión, la cita tenía lugar a primera hora de la tarde del viernes en la sala Paral·lel 62, que este año acogía, junto a la sala Apolo, la programación que tradicionalmente suele tener lugar en el Auditori. En este marco tan apropiado para la propuesta, con una sala en completa penumbra y una audiencia entregada de antemano la norteamericana arrancó el segmento acústico del concierto. Con un alegre traje verde de chaqueta y el pelo corto y decolorado Chan lucía un aspecto estupendo y gozó de la compañía en este primer tramo de su guitarrista, fino como la seda a la hora de encarar el esquivo repertorio del trovador de Minessotta y el encargado de los teclados, haciendo uso de su armónica en esta ocasión. Las canciones de este primer bloque sonaron sobrecogedoras en la voz de una intérprete de primer orden como es desde hace tiempo Cat Power. A pesar de la recurrente tos, su voz sonó repleta de matices y sabiduría, sabiendo dar a cada estrofa lo que esta necesita. “Visions of Johanna” sonó simplemente imperial, siendo lo más destacado junto a una “Desolation row” en la que se permite incluso bailar levemente, que derivó en una ovación de más de un minuto. Realmente sobrecogedor.

En este primer tramo más desnudo del concierto es donde más se nota el enorme crecimiento que han experimentado estas versiones desde que las registrará en disco hasta hoy, mucho más rodadas en directo, pero la segunda parte no desmerece en absoluto. Con seis músicos y un sonido de folk-rock clásico de muchos quilates, la banda resulta tan profesional como convincente. Tras arrancar con “Tell me, momma” un poco al relente, “I dont believe you” sonó poderosa, igual que “Baby, let me follow you down”, encendido blues rock donde el sonido cogió volumen y vuelo. A destacar también la chulesca y acelerada versión de “Leopard skin pil box hat”, la sombría “Ballad of a thin man” y el cierre colosal con “Like a Rolling Stone”, donde por primera y última vez Marshal deja que sea el público quien haga el estribillo: nada más contrario al espíritu Dylan que este gesto, pero se lo perdonamos.

En resumen, un concierto más que correcto y que nos dio lo esperado, pero donde quizá faltó un poco de urgencia. Dónde en el Dylan de1966 había rabia y disconformidad, la Cat Power de 2025 realiza unas interpretaciones desde la tranquilidad, como si para ella este proyecto hubiera supuesto un bálsamo en su siempre complicada vida y carrera. Y es que la paradoja de este asunto es que las mismas canciones que sirvieron para que Bob rompiera con todo y emprendiera su sempiterna huida hacia adelante han significado para Cat Power una vuelta a casa, un regreso al hogar que en realidad nunca habitó, haciendo un suyo un repertorio que desde su universalidad permite infinitas lecturas.

Edu Cornejo

CHAPPELL ROAN 

El fenómeno Chappell Roan (verdadero nombre Kayleigh Rose Amstutz) es de esos que habría que analizar con atención ya que atienden al zeitgeist de estos tiempos. La tercera “supernena” de esta edición del PS ha pasado de ser una perfecta desconocida a convertirse en un nuevo referente de la diversidad de género y sexual. Su estética cubre un rango que va de lo drag y queer, pasando por lo camp y la serie B. Un pastiche postmoderno que encaja a la perfección en un festival en donde las identidades quedan bien monitorizadas (“Nobody is normal” es un eslogan que tienen tatuado a fuego los organizadores) y monetizadas.

La de Misuri se presentaba con una escenografía grandilocuente – un castillo y rafagas de fuegos artificiales – que, sin duda, pegaban a la perfección con la música desplegada.  Chappell Roan es como una artista mutante que puede recordar a ratos a Kate Bush y en otros a Cindy Lauper o Belinda Carlisle; cuando se pone metalera canta al desamor sobre una sinfonía de solos de guitarra hiperventilados, y cuando recurre al pop le salen temas tan estupendos como “Red Wine Supernova”, “Pink Pony Club” o la fenomenal “Good Luck, Babe”.

Luis Moner

CHARLI XCX & TROYE SIVAN 

Una de las “supernenas” de esta edición del Primavera Sound era la participación en el certamen de Charli xcx que, con su disco Brat, se ha coronado como la musa por excelencia del pop mainstream en la actualidad, aunque si su disco aparece reseñado en medios más especializados en músicas de vanguardia (el caso de The Wire, por ejemplo) hace que su propuesta obtenga el beneplácito de un amplio espectro de público.

Esta era su única actuación junto a Troye Sivan en España, y el espectáculo fue vibrante, algo así como una rave colectiva en la que hasta los smartphones bailaban al ritmo de los sonidos abruptos, sincopados y sensuales de la pareja. Cada artista tuvo su protagonismo ya que cantaron hits de la carrera de cada uno, aunque las bases tuvieron sus retoques para encajar en una noche que se convirtió en una boiler room ante miles de espectadores. Los dos artistas se han compenetrado a la perfección, y el concierto fue espectacular tanto a nivel sonoro como en el juego escénico de luces y más parafernalia.

Luis Moner

FRENTE ABIERTO

El grupo Frente Abierto es el colectivo de músicos andaluces que llevan tiempo haciendo música en donde convergen la vanguardia sonora y el flamenco. En sus filas se encuentran Marco Serrato (bajo y contrabajo) y Borja Díez (batería)  – ambos, aliados en excelentes proyectos como Orthodox o Hidden Forces), Raúl Cantizano (guitarra flamenca), David Cordero (bases electrónicas), y Carlos Perez (guitarra eléctrica). Junto a ellos están las imponentes voces de Israel Fernández y Lela Soto.

Su propuesta es una inmersiva muralla de sonido en la que mezclan estilos como el metal, el doom o el jazz sirven de colcha para que las voces de los cantaores pongan el quejío flamenco creando así ambientes sonoros que están cerca del Scott Walker abisal, los Black Sabbath, Cathedral o Charlie Haden.

El resultado final es una adictiva narrativa sonora que induce a la irreverencia respetando el acervo popular y sus referentes que barajan. Un concierto magistral.

Pronto sus canciones serán editadas en disco tras su fichaje por una multinacional.

Luis Moner

THE HARD QUARTET

Una de las sorpresas discográficas de la temporada pasada fue el debut de The Hard Quartet, la nueva banda de Stephen Malkmus, el carismático y talentoso líder de Pavement. Para este nuevo proyecto cuenta como compinches nada más y nada menos que con Jim White (Dirty Three), Matt Sweeney (Skunk, Chavez o Zwan) y Emmett Kelly (The Cairo Gang), una alineación de lujo que no esconde sus cartas: su rock noventero va de cara y su actitud en el escenario depara pocas sorpresas, con protagonismo total y absoluto para las canciones que conforman su excelente álbum homónimo de debut, que sonó casi al completo (hasta doce temas conté) con el único añadido del single “Lies (Something You Can Do)”.

Durante la hora que duró su concierto Stephen Malkmus tuvo tiempo de hacer de Stephen Malkmus, con esa pose fan indolente y cínica en ocasiones como divertida. Su anti-carisma sigue intacto y su tendencia a la dispersión también. Con un sonido increíblemente bien definido y la banda sonando ya muy rodada después de meses de gira (aquí pesa más la experiencia de los músicos que la bisoñez del proyecto), brillaron en la primera mitad “Rio´s song”, que suena más a Crazy Horse que los actuales Crazy Horse, una “Renegade” que recuerda a los primeros años del californiano y por encima del resto “Hey”, lo mejor y lo más Pavement que ha escrito Malkmus desde que disolviera la banda. Pero como decía, a Stephen hay que quererle como es y el concierto entró en su último tercio en una fase de dispersión de la que por desgracia no supieron o no quisieron volver. Como cierre plegaron velas con una versión de “Advice to the Graduate” de los malogrados Silver Jews, estupendo final para la enésima demostración de poderío e indolencia de la mayor anti estrella de la música americana de guitarras. Quien esperase canciones de Pavement se iría quizá decepcionados por no poder corear sus canciones, pero una vez escuchado el directo del cuarteto no creo que haya mucho motivo de queja porque la calidad y el oficio de los músicos dejan poco espacio para el desencuentro.

Edu Cornejo

IDLES

Joe Talbot, cantante de IDLES, se emocionaba al recordar que lleva 15 años viniendo al Primavera Sound. Primero como un fan más y ahora como superestrella. En su anterior actuación, en 2022, ya firmaron el mejor concierto del festival y en esta edición podrían entrar en un teórico podio sin despeinarse. Su despliegue energético fue arrollador desde el primer instante, con la misma intensidad que se entregaban los fans en un pogo que empezó ya en la segunda canción, ‘Gift Horse’ y que, como la banda de postpunk de Bristol, tampoco decayó en todo el concierto.

Ir a un concierto de Idles es una garantía de descarga adrenalínica al ritmo de sus ya clásicos «Mr Motivator», «Danny Nedelko», «Mother» o «Never Fight a Man with a Perm». De su menú habitual, que tuvo como siempre a «Rottweiler» como último bocado, apenas faltó «I’m Scum». Lo que no faltaron fueron ni la impecable puesta en escena de Talbot ni sus consignas políticas a favor de Palestina, llamando al alto al fuego, como ya hizo el año pasado en un Sant Jordi Club que se quedó pequeño para un grupo cada vez más grande.

La marea de fans de IDLES, en la que nadaron los guitarristas Mark Bowen y Lee Kiernan mientras tocaban ‘Benzocaine’, no para de crecer y con razón: su cóctel de furia social y humor es garantía de éxito y el que lo prueba, repite.

Roger Pascual

 

JOHN GLACIER 

A principios de años hablábamos en Muzikalia de las buenas sensaciones que había dejado el debut de John Glacier con Like A Ribbon. Las expectativas se cumplieron en su pase en directo en la que se hizo acompañar por un dj que se dedicaba a la parte de sampleos y teclados.

La londinense actuó aguantando un sol de justicia y con su flow narcótico consiguió activar nuestras neuronas adormecidas con temas del calibre de “Satellites”, “Found”, y reminiscencias a Sampha, slowthai, y el groove de sus ascendentes caribeños. Glacier, a pesar de adjudicarle un escenario que más bien parecía un lounge pijo comercial, acabaría su actuación con el aplauso del respetable y la sensación de que tiene muchas más cosas buenas por dar en un futuro próximo.

Luis Moner

KOKOSCHA

Los que somos ya veteranos en esto de los festivales bien sabemos que la letra pequeña es un buen baremo para calificar la propuesta artística de estos eventos lúdico-musicales. Más allá de cabezas cartel deslumbrantes, además de tener una profundidad de cartel que impresiona en cuanto a cantidad, lo verdaderamente diferencial del Primavera se encuentra en la calidad de esos nombres menos publicitados. Y los navarros Kokoscha son el mejor ejemplo: con una ejemplar carrera de década y media a sus espaldas, son ya una banda consolidadísima y con un directo arrollador, populares, pero nada obvios, que viven permanentemente defendiendo su presente y creciendo en cada una de sus presentaciones en vivo.

Con todavía poco público por los rigores del calor y el cansancio acumulado del tercer día de festival, arrancaron con la canción que da título a su último álbum, “La juventud”, editado el año pasado y cima creativa de la banda. No sería la única, luciendo particularmente una festiva “Huella de ti” así como la abrasiva “Parkour”, que enlazada con “Te sigo esperando” fue uno de los momentos más brillantes de la tarde. Hubo tiempo también para recuperar temas ya clásicos como “Regresando a la ciudad”, “No volveré”, la más reciente “Futuro” o una reivindicativa -a su manera- e inesperada recreación de “Las chicas”, mucho más contundente que en su versión de estudio. Una “Sácame a bailar” alargada considerablemente y aderezada con estrofas de “Ritmo de la noche” y, ojo, “Blanco y negro” de sus paisanos Barricada seguida de la añeja “La fuerza” puso fin a un set corto pero sin fisuras en la que fue, como recordó Amaia Tirapu agradecida, su octava presencia en el festival.

Edu Cornejo

LCD SOUNDSYSTEM

Da igual que los hayas visto cincuenta veces. Da igual que lleven diez años sin sacar disco. Da igual que sea el final de la tercera jornada de un festival por fuerza extenuante. Cuando James Murphy y sus secuaces toman el escenario la fiesta está servida. Y punto. Su actuación de este año en el Primavera no creo que sea especialmente recordada por nada. Tuvo un setlist parecido al que suele manejar habitualmente, no tuvo momentos realmente épicos y el sonido fue correcto sin resultar avasallador. Pero con todo esto, los conciertos de LCD Sounddsystem nunca defraudan y aunque sea con cierto aroma a piloto automático siempre salen victoriosos.

Es lo bueno de contar con una trayectoria que si bien no es muy extensa acumula joyas como “You wanted a hit”, “Tonite”, “Tribulations” o “North Aamerica scum”, por citar solo alguna de la docena larga de canciones que interpretaron. También cayeron, aunque nadie se lo reclamara, sus dos canciones más recientes “X-ray eyes” y “New body rhumba”, cuya falta de pegada da que pensar sobre los motivos por los que no han editado nada más desde el ya lejano American dream de 2015. Esperemos que Murphy recupere pronto el interés y el talento por la composición. Mientras tanto seguiremos disfrutando de conciertos como el del sábado porque por muy rutinario que sea a estas alturas lo que hacen en el escenario, por ejemplo cerrando con ese clásico eterno que es “All my Friends”, todo se te olvida y eres una persona más feliz. Bendita rutina.

Edu Cornejo

MAGDALENA BAY

Lo del dúo Magdalena Bay es para tomárselo muy en serio si uno es apasionado al pop en el que pasan muchas cosas, y todas buenas. Y es que Mica Tenembaun y Matthew Lewin tienen una habilidad especial para conseguir ganchos exquisitos e hilvanar melodías estupendas. Con visuales que remiten a los noventa (el CD como referente y espada láser que bendice a Mica en su último disco, el fantástico Imaginal Disk), los de Miami dieron una lección de pop con referencias a Kate Bush, Queen, las orquestaciones ampulosas, y la teatralidad llevada al extremo.

Primavera Sound

Con una Mica desatada en el escenario, fueron desfilando temas de pegada infalible como “Killing Time», “Vampire in the Corner», “Tunnel Vision», o una insuperable toma de “That’s My Floor». Una fiesta para no parar de bailar.

Luis Moner

RIGOBERTA BANDINI

De anomalía completa podemos considerar la actuación de Rigoberta Bandini en el Primavera Sound 2025. Anunciada la semana anterior al arranque del festival, acotada a media hora escasa y en un escenario como el Levi´s Plaza, mucho más pequeño de lo que su estatus comercial demanda, Paula Ribó daba prácticamente el pistoletazo de salida al festival con un showcase de medios mínimos pero que conectó rápidamente con el público allí congregado.

Con el minimalismo por bandera, fueron ella misma y un cuerpo de baile femenino de seis unidades quienes tuvieron el protagonismo absoluto de su breve actuación. Bueno, ella y las canciones. Puede que a uno le gusten más o menos, como es mi caso, pero es incuestionable que se han convertido en himnos populares y que han sabido capturar muy bien el estado de ánimo de buena parte de la generación post-pandémica.

La reciente “Amore, amore, amore” encandiló con su teatralizada puesta en escena, accediendo entre el público al pequeño escenario circular. A partir de ahí el repertorio no jugó con la especulación y fue por los caminos previstos y previsibles. Pronto sonó una celebrada y bailada “In Spain we call it soledad” -cómo hemos cambiado todos desde que se editó esa canción-, con “Pamela Anderson” se gustó y gustó y el sonido casi techno de “Perra” encendió a un público que aguantaba entre bailes el solazo de la tarde barcelonesa. “Ay mamá” cerró por todo lo alto un concierto tan feminista como sensual que supuso una oportunidad inigualable para sus fans de disfrutar de la Bandini en distancias mucho más cortas de las habituales.

Edu Cornejo

SABRINA CARPENTER

Otra de las “supernenas” del festival era la actuación de la de Pennsylvania. La horda de fans de Sabrina Carpenter se podían ver (y se hacían ver) por todo el recinto. El color rosay la purpurina inundó Barcelona por unos días. Sabrina es una profesional intachable y para presentarse en comunión escenificó una mirada al pasado (en las pantallas aparecían anuncios sesenteros), y el escenario era una pasarela en donde lucir su rubia cabellera,  sus vestidos brillibrilli, y su eterna sonrisa.

De su disco Short N’ Sweet del año pasado que la encumbró en las listas de éxitos, era imposible no caer rendido a los cebos pop de temas como “Taste”, “Bed Chem” (emulando a Madonna tendida en una cama), o esa “Expresso” que hizo enloquecer al público. Entre tanto, presentó una nueva canción -“Manchild”-, tuvo tiempo de hablar con los fans, escenificar un concurso de baile, y hasta de camelarse a un chico mejicano del público llamado José. Todo agradable pero muy plano.

Luis Moner

SPIRITUALIZED

Los de Jason Peirce ya habían visitado el recinto del Fórum en varias ocasiones, siendo una de las bandas que mejor podría resumir la esencia de lo que siempre ha sido el PS. En esta ocasión venían con la excusa de celebrar los 30 años de Pure Phase (1995), segundo álbum de su trayectoria y antecesor directo de su obra más celebrada y que les catapultó al éxito internacional, Ladies and Gentlemen We Are Floating in Space (1997). Un disco tirando a disperso que sirve de puente entre lo que ofrecía Spacemen 3, anterior y mítico proyecto de Pierce, y lo que estaba por venir con Spiritualized.

En su única parada española dentro de esta minigira de aniversario, Pierce y los suyos volvieron a hacer gala de una solidez a prueba de bombas, explorando todos los recovecos de un álbum lleno de aristas. Con nada menos que doce músicos en escena, incluyendo una generosa y necesaria sección de teclados, así como sus imprescindibles coristas, el sonido ya de por sí expansivo de Pure phase adquirió otro vuelo al ejecutarlo íntegramente y en el orden original. Porque estamos ante uno de esos discos que pierden con el despiece, cobrando sentido al degustarlo como obra unitaria, pero a su vez plagada de detalles y matices, alternando el minimalismo más íntimo y sutil con las clásicas explosiones de rock psicodélico marca de la casa, derivando por momentos en un iracundo free-jazz que envolvía totalmente el mítico escenario Cupra. Una escenografía sencilla pero efectiva, dominada por el verde que tiñe la reedición de Pure Phase (no muy lejano al verde Brat, por cierto), y unos juegos de luces soberbios complementaron la enésima demostración de la infalibilidad de Spiritualized sobre el escenario. Nunca nos cansaremos de verlos.

Edu Cornejo

STEREOLAB

Los Stereolab traían un gran disco nuevo bajo el brazo y se les notaba que estaban muy motivados por actuar y presentar nuevas canciones. El grupo de Laetitia Sadier y Tim Gane abrieron el concierto con “Aereal Troubles”, una de las canciones que repasaron del contenido de su nuevo Instant Holograms On Metal Film. También sonaron estupendamente “Melody Is A Wound” o “Inmortal Hands” de este mismo disco que los devuelven a la actualidad por la puerta grande.

Los clásicos de la banda no faltaron, y los primeros acordes de “Miss Modular” ya te ponen a bailar, “Peng 33” hipnotiza, hasta finalizar con la hermosa “Cybele’s Reverie” de su obra maestra Emperor Tomato Ketchup. Uno de los grandes conciertos que he podido asistir en esta edición del Primavera Sound.

Luis Moner

STILL HOUSE PLANTS

Los británicos Still House Plants tienen una forma de concebir el rock que, en medio de tanto estruendo guitarrero revival y postpunk, se cuela en nuestros oídos como una anomalía a salvaguardar con mimo. Su sonido es visceral pero a la vez los silencios son capaces de delimitar espacios de tensión. Si jugamos a buscar referentes tendríamos nombres como Steve Albini, This Heat, Yoko Ono, Sonic Youth y demás francotiradores que convierten el rock en una escultura poliédrica.

Primavera Sound

La forma de cantar de Jessica Hickie-Kallenbach es una de las señas de identidad del grupo. Experimenta con las posibilidades de su voz aplicando terapias de choque para el oyente, ya que su escala tonal es invasiva, llegando a ser casi una plegaria en un continuum que casi la lleva al paroxismo. Es una propuesta arriesgada aunque a simple vista (bateria, guitarra y voz) parezca que las herramientas que hace uso no de para semejante experiencia inmersiva e hipnótica.

Luis Moner

YAWNERS

La programación del escenario Amazon Music arrancaba en la jornada del jueves con Yawners, el proyecto unipersonal de la salmantina Elena Nieto. Si bien Yawners ha ido ganando merecidamente atención con el paso de los años y de los discos, la acogida que ha tenido su aún reciente SUPERBUCLE (2025) ha superado con creces cualquier expectativa asentándola entre las voces más destacadas del indie de guitarras de nuestro país. El hecho de que este sea su primer disco (casi) completo en castellano ha propiciado una conexión con nuevos públicos, entre los que me incluyo, que hemos comenzado a disfrutar de sus trallazos noventeros en masa.

En riguroso formato trío, con un sonido contundente y poco espacio para las medianías, el grueso del repertorio lo conformó su citado último álbum. Con confianza y ganas de demostrar muchas cosas, arrancaron con “Un día genial” y “Merienda cena”, la dupla que que abre el álbum y para la segunda canción ya tenía al público en el bolsillo. A partir de ahí, el bolo fue cogiendo vuelo con rescates como “The friend song” o una celebrada “Rivers Cuomo”, hasta que a unos inoportunos problemas de sonido estropearon ese homenaje precisamente a Weezer que es “Dolor en el pecho”. Tuvo arreglo, por suerte, y en la recta final canciones como la poperísima “1 de enero”, la increíblemente bien ejecutada “Las horas que pasan”, el sabor a clásico de “La escalera” o ese cierre del súper bucle que es “Un día horrible”, dejaron al respetable con ganas de más, pero con una sonrisa de oreja a oreja. Gran debut en el Primavera para la salmantina y su banda.

Edu Cornejo

ZAHO DE SAGAZAN

Esta compositora francesa debutaba en el festival tras recibir alabanzas en su país (ha conseguido el premio Victoires de la musique de este año), y se hizo viral por su actuación en el último Festival de Cannes versionando el “Modern Love” de David Bowie saliendo desde el patio de butacas, y demostrando las tablas que gasta (ella es hija de Olivier de Sagazan).

Su único disco hasta la fecha se titula La Symphonie Des Éclairs y es una notable mezcla de tecnopop sintetizado, chanson y música disco. En un escenario bastante lleno de aficionados franceses, Zaho interpretó canciones como “Aspiration”, “Tristesse” (en un largo speech explicó que es una persona con una sensibilidad a flor de piel), “Hab Sex”, para acabar, de nuevo, con su homenaje al duque blanco que tan buenos réditos le ha dado en redes sociales.

Luis Moner

Fotos Primavera Sound: Sharon López, Gisela Jané, Sergio Albert, Clara Orozco, Sílvia Villar

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