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Dean Wareham (Sala Villanos) Madrid 25/04/25

Da igual las veces que Dean Wareham visite nuestro país en sus distintas encarnaciones; siempre saldrá bien. Sus composiciones deberían ser prescritas para que todo mejore, al menos durante el tiempo que duran esos conciertos en los que el tiempo se detiene.

Terminaba la gira europea de presentación del primoroso That’s the Price of Loving Me (Carpark Records) en una Sala Villanos que puede presumir de tener uno de los mejores sonidos de la capital. Antes habían abierto los valencianos Gazella, a punto de lanzar su segundo trabajo y Big Search, que acompañó a Dean y Britta a la guitarra durante el show y recientemente ha editado su nuevo disco, Animal Cheer.

La noche y el sitio eran propicios para adentrarse en esos temas que parecen deslizarse entre la ternura y la distancia. Esos ecos velvetianos llenos de melodías evocadoras tejidas entre guitarras cristalinas y bajos atmosféricos, que tienen sello propio y desde hace casi cuatro décadas han dejado un muestrario de influyentes álbumes, EPS y bandas sonoras ya sea como Galaxie 500, Luna, Dean & Britta o en solitario.

No importa que el repertorio incluya tus canciones favoritas u omita de las que más esperas cuando estás frente a un músico que no las interpreta, las habita. Desde el arranque con «New World Julie» y el paseo por su nueva entrega cada acorde que sale de su Gibson SG parece tejido en el mismo instante en que se escucha.

Desde ese puente con pasado y presente «Dear Betty Baby», la introspectiva titular «That’s the Price of Loving Me» que invita a considerar el coste emocional del amor y la dedicación al arte, o las reivindicativas «Yesterday’s Hero» y «Bourgeois Manqué» que como nos confesó en una reciente entrevista, aborda los caminos que no se tomaron. Con el tono noir de «Last Word» -de su disco anterior-, cerró el set dedicado a su etapa en solitario y se deslizó hacia el pasado.

Era momento de revivir su primer disco con Galaxie 500, Today (1988) con «Temperature’s Rising» y «Flowers», que sonaron frágiles, imperfectas y vivas. Tiempo de electrificar la sala llevándonos a esa psicodélica «Friendly Advice» que podría encajar fácilmente en un álbum de Yo La Tengo, pero se encuentra en el mejor de Luna, Bewitched (1994). Entre la nostalgia y esa luminosa honestidad pasamos pantalla hacia On Fire (1988), para rememorar la épica ensoñadora de «Snowstorm», el envolvente solo de «When Will You Come Home» y una «Blue Thunder» a cámara lenta.

La parte final arrancó con la tensión in crescendo de «23 Minutes in Brussels» -otra vez Luna-, el brillo subversivo del que fue su single de debut «Tugboat», una versión de Dylan con Britta a las voces «I’ll Keep It With Mine» y la siempre mágica «Fourth of July» broche perfecto a una velada donde se reivindicó esa belleza imperfecta; la que no se impone, la que permanece mucho después de que la última nota se haya desvanecido.

Fotos Dean Wareham: Manuel Pinazo

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