Alondra Bentley

Creo que hay que hacer lo que a uno le da la gana, no me importa si es más o menos denso un disco, o si le llega a más o menos personas

Con motivo de los dos lanzamientos con los que nos ha obsequiado Alondra Bentley este año, Alondra Bentley Sings for children, it´s holidays! y The Garden Room, conversamos plácidamente con ella acerca de su honesta manera de trabajar la música. Este es el resultado.
 
Tres años para continuar tu debut Ashfield Avenue. ¿Qué cosas han cambiado en el imaginario artístico de Alondra en este tiempo?
 
Creo que el cambio más importante de cómo he enfocado las canciones de The Garden Room es que, aunque siguen siendo biográficas, en esta ocasión no hablan de mi sino de mi familia. En cierto modo se pueden seguir considerando auto-biográficas porque creo que tu familia dice mucho sobre quien eres tú.
 
¿En algún momento sentiste cierta presión a la hora de componer debido al éxito de crítica y buena acogida que tuvo Ashfield Avenue?
 
No es algo que me haya preocupado pero muchas personas me repetían una y otra vez lo importante que es el segundo disco en la carrera de un artista, yo intento no pensar en nada de eso porque hacer mejor o peor canciones no es algo que pueda controlar del todo ¡ojalá! Yo hago lo que me sale.
 
Ahora regresas con dos discos bajo el brazo, Alondra Bentley Sings for children, it´s holidays! y The Garden Room. ¿Por qué decides publicar los dos discos casi simultáneamente y no hacerlo de forma dilatada?
 
De hecho he publicado casi tres discos en cuestión de meses. En julio salió mi disco de canciones para niños, en octubre The Garden Room y en noviembre la BSO de una película en la que participo con cuatro canciones inéditas.
El disco de niños tiene una vida paralela a la de mi carrera «para adultos» (entre comillas); queríamos sacarlo en una fecha especial para los niños, las vacaciones del verano son posiblemente el momento más esperado para ellos. Los conciertos infantiles y el circuito en el que me muevo con ellos es totalmente distinto al que es habitual para mí, para empezar son casi siempre shows matinales.
 
¿Cómo surge la idea de crear un disco dirigido al público infantil?
 
Siempre me ha apetecido pero ahora mismo estoy muy en contacto con niños porque llevo más de un año haciendo cuenta cuentos todas las semanas en Madrid. Les leo historias en inglés, hacemos juegos y cantamos, quería preparar algo expresamente para ellos. Es muy agradecido escribir para ellos porque como todo es nuevo, todo les parece fascinante, los animales, las plantas, las estaciones, el transporte, cualquier cosa; yo intento contagiarme de su entusiasmo y también de sus rabietas aleatorias, me parecen muy sanas.
 
Canciones como la preciosa «The break of dawn» son igualmente apreciables por los adultos. ¿Era esa tu intención, hacer un trabajo para niños, pero que los mayores pudiéramos disfrutar también?
 
Digamos que es un disco para niños de cualquier edad, eso incluye a los de ochenta y ocho años.
 
En The garden room suenas más introspectiva que nunca. Es un disco sosegado y de digestión pausada. ¿Estás de acuerdo?
 
Tiene canciones introspectivas como «Dates to Remember», «The Garden Room» o «Fortress» por ejemplo; pero luego también tiene cortes como «My sister and me» o «Don´t Worry Daddy» que son muy energéticas y alegres, de hecho yo diría que más alegres que nunca.
 

 
También me da la impresión de que es un disco más tuyo; me refiero desde la perspectiva personal, más pequeñito y a la vez más apegado a tu corazón, ajeno a las influencias ajenas o coyuntura general. Me parece valiente y honesto. ¿Es así?
 
Precisamente esa es para mi la palabra clave que define este disco: «honesto». Es un disco muy fiel a cómo sueno en directo acompañada con mi banda. La labor de producción de Josh Rouse se basó en crear el ambiente perfecto para interpretarlo tal y como lo queríamos en el estudio y buscar el sonido cálido y acogedor que necesitaban las canciones.
 
Lo veo igualmente como un disco que requiere más atención, menos, por así decirlo, fácil de entrar que tu debut. ¿Es algo que pudiera preocuparte en estos tiempos de consumo rápido y falta de perspectiva en gran parte de las audiencias?
 
No me preocupa lo más mínimo. Creo que hay que hacer lo que a uno le da la gana, no me importa si es más o menos denso, le llega a más o menos personas, no es algo que me planteo cuando escribo canciones.
 
Sigues mostrando un abanico de variedades sonoras, pero quizá de forma más matizada; Ashfield Avenue era un retablo abierto, un escaparate de miniaturas en el que era más fácil decidir cuál era la que más te gustaba. Ahora, prima la homogeneidad. ¿Qué Alondra Bentley es más identificable, aquella policromática y expansiva o una más centrada en crear una personalidad marcada e identificable a su cancionero?
 
Cuando grabé mi primer disco no tenía banda y conté con una larga lista de amigos que colaboraron en distintas canciones del disco, eso hace que Ashfield Avenue tenga canciones que suenan muy distintas entre sí. Esa homogeneidad a la que te refieres creo que es el resultado de que el proyecto se ha solidificado, los arreglos son de los músicos que me acompañan en directo Caio Bellveser, Xema Fuertes, Pepe Andreu y Nacho Ruiz, ellos son los responsables de los arreglos del disco a excepción de algún colaborador.
 
Te has guarecido en tus colaboradores habituales en directo. ¿Hasta qué punto es fundamental para ti contar con un grupo fiel a la hora de trabajar?
 
Las personas de las que te rodeas para llevar a cabo tus discos o directos son claves, me siento completamente compenetrada con Xema y Caio; han estado tocando conmigo desde el primer concierto de presentación de mi primer disco, al poco se unió Pepe Andreu y la última incorporación fue Nacho Ruiz, considero a los cuatro como partes fundamentales en esta etapa del proyecto.
 
Como gran apasionada de los musicales, vamos a imaginar que protagonizaras uno, ¿Cuál te gustaría que fuera y por qué?
 
Nada me gustaría más que ser Marilyn Monroe en Río Sin Retorno, en realidad no es un musical, pero me vale como ejemplo, tiene canciones maravillosas. De hecho grabamos «Down in the Meadow» (una de las canciones de la película) como bonus track del disco.
 
La última vez que te entrevisté para MZK, me comentaste que te había encantado Teen Dream de Beach House. ¿Qué disco te ha gustado especialmente de este año?
 
Father, Son, Holy Ghost de Girls o Life is People de Bill Fay
 

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