Azkena Rock Festival – Recinto Mendizabala (Vitoria)

Vitoria (capital de Euskadi), alta calidad de vida, bien situada… A pesar de todo ello es una de las grandes “tapadas”. Cuatro años cumplía un festival que a buen seguro habrá ayudado a muchos a situar Vitoria en el mapa. El Azkena Rock Festival volvía con el inicio de septiembre cuando el verano aún reside en la capital alavesa. Esta vez el cartel era más “rockero” que nunca, sin apenas concesiones al pop, folk, americana…

Para abrir boca, una fiesta presentación a la que acudieron alrededor de 2.000 personas. La velada contaba con una actuación estelar, la de la “banda sorpresa” que la víspera se hizo pública. Antes fue el turno de los locales y prometedores The Soulbreaker Company, Los Del Tonos de Hendrik Roever y los norteamericanos The Steepwater Band. Los de Chicago terminaron resultando una de las sorpresas positivas del festival.

Sobre la medianoche el expectante respetable pudo comprobar como se confirmaba la noticia del día anterior. Wilco aparecía sobre el escenario “Azkena”, el menor de los dos existentes. Jeff Tweedy debió llevarse un buen recuerdo de la ciudad y del bolo que ofrecieron el pasado mes de marzo en Vitoria. El caso es que los de Chicago sumaban su segunda fecha en lo que iba de año a la espera de volver a saltar sobre las tablas al día siguiente. Una de las bandas más en forma del planeta nos ofreció alrededor de 75 minutos de excelente repertorio, como no podía ser menos. ¿Cuántos “malos” conciertos habrá tenido Wilco en toda la gira de este año? Me atrevo a decir que nos sobran parte de los dedos de una mano.

El viernes, 2 de septiembre, el Azkena arrancó muy pronto al igual que en ediciones anteriores. Es justo apuntar que los horarios se cumplieron incluso con excesiva rigidez, apenas había tiempo para tomarse un refrigerio entre actuaciones.

Entre los destacados de la primera jornada, hemos de incluir a Rose Hill Drive con su blues rock setentero; Drive-By Truckers demostraron que no es demasiado lo que se ha escrito sobre ellos en los últimos tiempos. El quinteto yankee hizo gala de un saber hacer propio de bandas referencia, esas que lideran estilos. Tras ellos, otra formación que repetía plaza. Gov´t Mule, liderados por un soberbio Warren Hayne (Allman Brothers), el cuarteto dejó bien claro que son dominadores de un rock lleno de matices, heredero no sólo de Led Zeppelin o Black Sabbath. Pasadas las 21:30 horas, turno de nuevo para Wilco. Todo un regalo para quienes no les habían visto el jueves y también para quienes repetíamos. El repertorio fue casi clavado al del día anterior, ¡lástima!, y el sonido algo peor. A pesar de que el público solicitó con ganas algún bis, los autores del insuperable Yankee Hotel Foxtrot no regresaron y no quedó otra que centrarse en el siguiente plato, Social Distortion. Nueve años hacía que los de Mike Ness no se dejaban ver por España y tanto tiempo hizo que fuera considerable el número de seguidores que viajaron a Vitoria para disfrutar de tan grata visita. Los Social estuvieron entre los vencedores de la noche sin ningún género de dudas. Ness se mostró encantador, contundente, maestro… Para clásicos (sería un debate hablar sobre el acierto o no de contratar a bandas como esta), Deep Purple. Los británicos dieron guerra, dignísimo brío no fácil de ofrecer por parte de un grupo casi tan histórico/mítico como los Rolling Stones.
Los más “quinquis” de la clase, The Dwarves, echaron la verja a una dura primera etapa (12 horas de nada). No apto para estómagos delicados.

El rey sol volvió a castigar a primera hora de la tarde del sábado. El personal más tempranero estaba deseoso por ver a Brant Bjork. El ex Kyuss, figura de la escena stoner, no defraudó. Intenso, sin miramientos, realmente acertado. A priori uno de los nombres flojos del cartel era Electric Six. Los de Dick Valentine cambiaron los pronósticos siendo autores de un set enérgico y entretenido. La reina del entretenimiento, sin duda, fue Juliette Lewis. La actriz le puso ganas y su banda, The Licks, se defendió notablemente; se ganó al público, cosa complicada en un festival como éste, y terminó lanzándose al mismo. Agradecida ella.

Lástima que The Beasts of Bourbon no aprovecharan el momento, llegaron a aburrir los australianos. Demasiada oscuridad para esas horas de la tarde. Pasadas las 20 horas, la formación original de Television subía al “escenario verde” y realizaba un directo de menos a más. En un festival hay que ir al grano desde el principio. El sonido no ayudó a que otros con muchos kilómetros, Bad Religion, firmaran una bonita actuación. Los fans se colocaron en las primeras filas y jalearon a los californianos sin descanso. Tal vez en otra ocasión. Casi única era la ocasión de ver a The Pogues. El escenario principal estaba abarrotado y los irlandeses lo convirtieron en una gran fiesta. Shane MacGowan, con una buena melopea encima, tuvo comentarios desafortunados, todo hay que decirlo, pero logró mantenerse en pie y liderar buena parte de la actuación.

La expectación por ver a Queens Of The Stone Age, un grupo bien tratado por la crítica, era grande. Josh Homme se sentía ganador, confía más que nadie en su producto, y lo terminó demostrando. Poderío, buenos temas, elegancia… y todo al mismo tiempo. La cuarta edición del Azkena Rock se cerró con la exhibición heavy de unos trasnochados Monster Magnet. Y es que no todos son capaces de vivir de las rentas. Éxito de público, 30.000 personas entres los tres días, y la obligación de seguir creciendo. Eso sí, esperamos que el año próximo el cartel sea más variado.

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