Tremendo – Vidalogia (Del palo / Satelite K)

Se hace difícil, muy difícil, comentar este disco. Limitarnos a alabar sistemáticamente los buenos discos del hip hop de ámbito español, que cada año salen, y con notable asiduidad por fortuna, acaba por limar los ánimos. Parece demasiado obligado dejar bien a tal artista, y mal a tal otro, y se sabe que en este país los críticos de Barcelona dejarán bien a los grupos de Barcelona, y los de Madrid, a los de Madrid. El caso de Tremendo Menda, por su magnitud, merece otra cosa.

Y es que este personaje se enmarca en un caldo de cultivo muy favorable. Como Solo los Solo, se dio a conocer relativamente mayor, con todas las etapas del b-boying adolescente quemadas en el underground de primeros de los 90. No le hace falta, pues, presumir ni carecer. Esa no es su lucha, y ya quedó claro desde su colaboración en el infravalorado Akai Lama en el Funkarreo del 2015 de DJ Griffi.

Aquí prima por fin la realidad, esa realidad de la que se alejan muchos agoreros del rap que, para vergüenza del respetable, se dedican a coger un micro y decir que hacen hip hop. Al contrario que aquellos, Tremendo crea perspectivas y capacidad de contextualización. Como un buen periodista. Y este es justo el punto en el que encontramos el interés de Tremendo Menda. Él es un cronista serio, quizás el primero que surje en la escena hip hop celtibérica, ya que con notable facilidad se sumerge en unos textos que mezclan la descripción con la sensación, la abstracción con la concreción. Dando bellas formas, en fin, a lo que no es bello.

Su capacidad para urdir sensacionales rimas fluídas es tan incontestable como su aplomo. Sólo comparable con las bases tejidas por Griffi para la ocasión. Auténticas telas de araña en las que no es recomendable caer, si se está sufriendo un bajón anímico: son demasiado verdaderas, demasiado dignas, catárticas y orgánicas: escuela Detroit, con Jay Dee aka J Dilla como referente. Música para vibrar. “Mi Ciudad”, “De otro planeta”, “El loco soy yo”, “Griffi al Aparato”, “Por vivir muero” (increíble, conmoción al instante)… . Los brutales coros de este disco, además, marcan un antes y un después, por su espontaneidad. Todas estas canciones forman parte ya de la obligada cosmovisión hip hop, que con los años reaparecerá en retrospectiva. El hip hop pedagógico y consciente “de esa mitad del mundo que en la otra mitad piensa”. El futuro.

Vidalogía: por fin la depresión y la vitalidad van juntas en un disco de hip hop español. Celebrémoslo. Esa será nuestra victoria: celebrar lo que otros no saben. Y, por favor, esto no es poesía. Es música de esa que no sale por la tele.

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