Corrosion Of Conformity + Orthodox + Hell´s Fire – Sala Caracol (Madrid)

A los madrileños Hell´s Fire les tocó lidiar con aquello de ser los primeros en un concierto de tres bandas, con todo lo que ello conlleva; poca gente, ambiente frio todavía en la sala, cosa no muy rara si tenemos en cuenta la hora que era, no más de las 21:00, y que en Madrid la gente no se acaba de acostumbrar a ir temprano a un concierto. De todas las maneras al quinteto madrileño poco parecieron importarles esos detalles y se centraron en hacer lo que mejor saben. Esto es, como ellos mismos se definen, Redneck Metal, aka; Metal Garrulo.

Si tuviera que buscar un adjetivo para su concierto lo tendría difícil, ya que viéndolos te asaltan multitud de sensaciones. Su sonido metalero y sucio a partes iguales me recuerda a unos Supersuckers pasados de Speed. Son la rama más Rock´n´Roll del Metal, tanto a nivel estético como sonoro. Ya me sorprendieron con su trabajo Eleven Roads to Hell en el que conjugan perfectamente influencias sureñas de unos Allman Brothers o Lynyrd Skynyrd con el Thrash de Pantera o Megadeth, a los que, por cierto, homenajean en directo.  Lástima que en vivo se decanten totalmente por su vertiente más “Thashera”, dejando de lado su faceta más sureña, aun así, su directo es digno de ver, autenticas maquinas sobre el escenario.

Orthodox es la avanzadilla española del metal más elaborado. Con bases y ritmos cercanos, en algunos casos, al jazz. Encasillar a esta formación en una etiqueta sería injusto, la creatividad sin límites y la apertura de miras son marca de la casa de estos sevillanos. Acaban de editar su mejor disco, Baal, en Alone Records, y son, sin duda, un valor en alza dentro de la escena del metal más, digamos, intelectual. Curioso contraste con el grupo que acababa de abandonar el escenario.

El trío sevillano lleva luchando por una música, que no entrara nunca en circuitos demasiado comerciales, desde el año 2004, actuando allá donde les llaman y dejando siempre patente su valentía a la hora de afrontar los directos. Hasta el mismísimo Julian Cope (The Teardrop Explodes) se fijó en ellos y no ceja en su empeño de que sean escuchados a nivel internacional, esta amistad llevó a la banda sevillana a colaborar en un proyecto del músico gales, basado en unos poemas sobre el sur de España.

El caso es que Orthodox dieron un concierto que fue de menos a más, el principio puede parecer un poco aplastante, si no los conoces demasiado, pero a medida que van cayendo los minutos, el trío se viene arriba. Con su mencionado último disco debajo del brazo, se lanzaron al escenario de la Caracol. Temas como “Alto Padre”, “Taurus”, o “Abrase la Tierra” suenan impecables. La baza fuerte de los sevillanos, en directo, es la base rítmica, esas líneas de bajo perfectamente coordinadas con la batería, son sencillamente, impresionantes. Y lo mejor de todo es la virtud que tienen de hacer parecer fácil lo difícil, estos tipos tocan como si nada, sin apenas despeinarse, como diría un amigo. Increíble directo, aunque no sé si el público, mayoritario, de Corrosion of Conformity supo apreciarlo.

Las giras, usualmente alimenticias, de bandas que se dedican a explotar una etapa de su vida o uno o dos discos en concreto, son una moda o una lacra, depende de cómo lo veamos, muy en boga últimamente. Esto permite, en muchos casos, ver a grupos tocar ciertas canciones que en su día no pudiste ver, e ir sobre seguro a un concierto, sabiendo que el setlist va a ser infalible. Eso por una parte. Por otra, en la mayoría de los casos, no deja de ser un cuento chino para enmascarar la falta de creatividad de ciertos artistas.

Llegaba la hora de comprobar si una leyenda del Crossover Trhash Metal, Corrosion of Conformity, estarían a la altura de tocar en directo sus discos mejor considerados entre los fans del Hardcore Metal; Animosity y Technocracy, con una formación clásica de trío, compuesta por: Mike Dean (Bajo y voz), Woody Weatherman (Guitarra) y Reed Mullin (Batería y voz).

De modo que las cortinas del escenario se abrieron dando paso a esta formación, mientras abrían fuego con la canción instrumental “Animosity”. Lo que vino después no fue un concierto, como ya sabíamos, lleno de sorpresas. La banda rescató entero el susodicho disco, con menos fortuna que acierto en algunas canciones. Y si temas como: “Loss for Words”, “Mad World”, o “Consumed”, sonaron muy convincentes, otras como; “Intervention” o “Hungry Child” no sonaron ni parecidas a las originales.

Es evidente que han pasado muchos años desde la edición de esos discos, y ese es el problema, no se puede mantener la frescura de aquellos tiempos a cierta edad, y a mí no me vale suplir la pasión y la velocidad por técnica y precisión, que de eso andan sobrados, pero ciertas canciones y discos no se defienden solo sapiencia y técnica musical.

Concierto poco más que correcto el de la formación mítica de Carolina del Norte, una pena.

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