Crónica del viernes del FIB Benicassim 2019

Viernes del veinticinco cumpleaños del FIB y el festival por fin ha tomado el cuerpo adecuado. Con tres escenarios funcionado a todo trapo, y la pista del South Beach que nunca descansa, el recinto del Desierto de Las Palmas bulle de excitación en una jornada marcada por la presencia de Lana del Rey, uno de los grandes atractivos del fin de semana, con un concierto exclusivo en España. La esperaba un público mayoritariamente británico centrado en, como ya es habitual en Benicassim, disfrutar de estos cuatro días como si no hubiera mañana.

Mientras la neoyorquina hace acto de aparición, hemos comenzado la tarde con unos potentes The Blinders. Letras cargadas de mensajes políticos y una mezcla de punk y psicodelia para abrir boca.

Superoganism era una de las mejores balas del día, por desgracia malgastada. Aunque Orono Noguchi y los suyos han sido una explosión de color y psicodelia que no ha conectado con el público como debería. Quizás no era la hora o el mejor espacio (el escenario más grande) para disfrutarles al 100%.

Justo lo contrario le ha pasado al inclasificable Gus Dapperton que ha conseguido que todo el escenario pequeño del FIB bailara su propuesta de sinth-pop marciano. Mejor cuando carga sus canciones de funk y más simplón cuando recurre a su faceta de cantautor, el neoyorquino ha dejado para el recuerdo de este FIB varias canciones preciosas, por ejemplo «Fill Me Up Anthem» o «World Class Cinema».

Teníamos ganas de ver a Gerry Cinnamon, cantautor folk que, con una guitarra y pregrabados, mueve masas en Escocia. De camino a su escenario nos hemos parado un momento para ver a The Hunna perpetrar un crimen teñido de rock adolescente que ha sido muy bien recibido por el público que esperaba a 1975.

Como preveíamos el directo de Gerry Cinnamon ha sido una auténtica fiesta que por momento parecía un partido de fútbol o rugby en Glasgow. Banderas, cánticos, y en general un espectáculo de los que solo se pueden ver en el FIB.

1975 es una de las bandas llamadas a ser pronto grandes. Su tercer trabajo, A Brief Inquiry Into Online Relationships (2018), es un notable ejercicio de mezcla de estilos donde el sinth-pop comienza a emerger como denominador común. Y por ese camino hay que tener cuidado, porque se puede caer en el abismo de la melancolía con cierta facilidad. Al menos la actitud Matty Healy parece querer evitar cualquier atisbo de duda, porque se desata desde la primera canción. Sin embargo, el concierto pronto se llena de azúcar y se convierte en un melifluo laberinto difícil de seguir y fácil de olvidar.

Por eso la contundencia bailable de Monterrosa, uno de los representantes nacionales del cartel del FIB, fue recibida como agua de mayo. Electropop ultravitaminado de techno y disco ochentero, Rocío y Enrique han funcionado como una apisonadora ante una audiencia bastante más numerosa de lo esperado. «Fauna» ha sonado como un cañón, y han terminado versionando a Shakira.

Antes de Lana del Rey, hemos visto un rato a Mavi Phoenix dar una lección de grime desde Austria. Hip Hop sucio, mucho flow y una banda sorprendentemente orgánica han conformado los mejores elementos de una de las mejores sorpresas de lo que llevamos de festival.

Lana del Rey se ha coronado en el FIB. Y eso que su propuesta no es sencilla, porque cualquier no aguanta hora y media de baladas, por muy bonitas que sean casi todas. Pero la neoyorquina tiene una capacidad especial para escribir y cantar sobre sentimientos tan capitales como el amor, la soledad, la desesperanza o la melancolía, por lo que suele enganchar. Eso le ha pasado a medio FIB que se ha pasado el concierto cantando temas como «Born to Die», «Blue Jeans» o «Pretty when you cry». «Off to the races» y «Venice Bitch» han cerrado un concierto que no se recordará como una fiesta, pero sí como un delicado ejercicio de belleza.