Entrevista: Reserva Espiritual de Occidente

“Nunca hemos pretendido pertenecer a un estilo, si no encontrar nuestro propio lenguaje”

Reserva Espiritual de Occidente -o REO– es el peculiar nombre de un grupo igualmente peculiar. Para empezar, el nombre no dejará a muchos indiferente por sus connotaciones históricas (e histéricas). Nacidos en el underground más absoluto, se van haciendo más visibles paso a paso hasta conformarse como uno de los grupos más interesantes del panorama nacional, desde sus primeras grabaciones hasta la edición de La Noche Blanca (Autoproducido, 2012). No son para todo el mundo, desde luego, pero casi nada de lo que merece la pena en el mundo de la música lo es, ¿no? Con la excusa de la preparación de su nuevo disco y de su próximo concierto en Madrid junto a Blood Axis, aprovechamos para charlar un rato con ellos:

Hagamos un poco de Historia: Contadnos cómo, cuándo y dónde surge REO.

REO surgió como antídoto a una profunda pulmonía emocional de Svali en Madrid, en 2002. Eligió el nombre de Reserva Espiritual de Occidente por sentirse un salmón que corría río arriba en un Occidente muy poco espiritual  y el de Svali en honor a la primera mujer que se escapó de la secta de los Illuminati.

En un principio, cuando el proyecto lo conformaban Svali y Santi Plagio (hoy en multitud de proyectos como ERT  o Comunión y Liberación, además de comandar el interesantísimo sello Contubernio y estar metido en virtualmente todo sarao relacionado con la electrónica chunga), el sonido era más experimental, más áspero, con influencias del tipo SPK o Esplendor Geométrico…¿En qué momento cambia la dirección del grupo?

Como en todas las pulmonías, en un principio se tuvieron que expulsar muchos virus, mucho dolor y veneno y eso quizá marcó el carácter más afilado de la primera época.

Si algo hemos intentado que sea una constante en el grupo es tener las miras bien abiertas hacia nuestras profundidades, trazando un mapa lo más fiel posible de nuestra constante mutación. Y poco a poco el dolor ha ido convirtiéndose en otra cosa.

Tras la marcha de Santi (que literalmente se dejaba la piel en directo) ha habido otras como la de Mario Lüger y ahora habéis reclutado a Pedro Fidalgo, otro hiperactivo agitador de la escena, a los teclados, que se une a Oscar Barras, Rubén Rodrigo y Miguel Angel de Blas, junto a Svali y Wences Lamas. Trabajar con gente tan dispar también afectará al sonido, supongo.

La nueva formación no puede tenernos más contentos. Es cierto, el sonido se ve afectado pero como a los lobos les afecta la luna, les enloquece y a la vez les acaba de completar como animales. Santi es el padre de esta criatura junto con Svali, y es algo de lo que nos sentimos bien orgullosos. Además hemos tenido la suerte de nutrirnos de grandes satélites entre nuestras filas como nuestro hermano Fernando Rujas o nuestro adorado Leo Mateos. Lo que REO es hoy se lo debemos también a la huella que nos dejaron todos ellos.

La Noche Blanca (Autoproducido, 2012) es un disco fantástico y una rara avis en el panorama patrio, además de haberse currado una edición limitada impresionante (y rara vez justifico este tipo de cosas que normalmente solo suben el precio). Imagino que fue un gran esfuerzo para vosotros a todos los niveles.

Esfuerzo hubiese sido no hacerlo. Al igual que uno no sabe si John Wayne es noble y callado por ser el sheriff o es sheriff por ser noble y callado, a 4 años de “La noche blanca” ya no sabemos si el disco nos convirtió en lo que somos o fue un aviso de en quiénes nos estábamos convirtiendo. Se abrieron muchas puertas y se centraron muchas voluntades gracias a llevarlo a cabo con absoluta independencia, sinceridad y pureza.

Svali es la imagen del grupo y tiene poco que envidiar a otras divas de la escena como Rose McDowall, Annabel Lee o Joolie Wood, su poderosa imagen y personalidad son una parte fundamental del proyecto. ¿Eres consciente de esto?

REO se ha hecho a imagen y semejanza de Svali. Svali se ha hecho a imagen y semejanza de REO.

La polémica no ha sido ajena al grupo, como ha pasado con muchas otras bandas que flirtean con una estética determinada y una temática “peligrosa”. Curiosamente, esto no ocurría con Brian Jones, Iggy Pop, Keith Moon, Ramones, Sex Pistols, Siouxsie, etc, etc, todos los cuales coquetearon con simbología y parafernalia ultraderechista como forma de provocación directa. ¿De verdad la gente es tan simple, o al final el público es más inteligente que todo eso y sabe distinguir las cosas?

Me observo a mí mismo la mayor parte del tiempo haciendo juicios absurdos que sólo cuentan con elementos muy parciales y limitados de lo que sería una realidad global y completa. Tengo una gran inercia en intentar clasificar la realidad que me llega. Las pocas veces que he podido escuchar una música con orejas de bebé o mirar a alguien con ojos de extraterrestre he sido muy feliz y me ha colapsado la belleza. Ojalá supiese cómo mantener esa actitud todo el tiempo.

El rollo que lleva REO, si bien fue tremendamente popular, con multitud de grupos moviéndose en parámetros parecidos sobre todo en la segunda mitad de los 90, ha tenido escasa o nula representación en España, donde los grupos “oscuros” tienden a llevar la bandera de Parálisis Permanente, Killing Joke y similares. ¿Por qué crees que ha sucedido esto?

Encontrar tu propia identidad, cuando tu abuela cerraba las ventanas para que no entrasen moscas que le recordasen al campo del que huyó, y tú relacionas la Coca-Cola con la primera manta y el pezón de la madre, es difícil. ¿Me define más una gaita que un iPad? Quizá en el pasado fuesen muy reconocibles nuestras influencias, pero nunca hemos pretendido pertenecer a un estilo, sino encontrar nuestro propio lenguaje en el que se mezclen las Saetas con la performance, lo militar y la nana, la belleza y la barbarie. Nos encanta confraternizar con grupos de música como Raisa o Alberto Montero que también están buscando el suyo.

En 2014 abristeis en Madrid para Death in June, grupo que evidentemente os ha marcado muy profundamente. En la crónica que hice de aquella velada (ver aquí) escribí que debió ser un sueño hecho realidad para vosotros. ¿Cómo vivisteis aquello? ¿Fue así, o no sois nada mitómanos?

Fue muy bonito. Rafa de Indypendientes nos trata como joyas de un planeta exótico, está consiguiendo con Blood Axis que teloneemos al primer grupo que vimos juntos como pareja Svali y Lamas. Nos trata tan bien que le hemos pedido que sea nuestro manager.

Si bien algunos referentes, no solo musicales, pueden resultar evidentes desde las primeras grabaciones hasta La Noche Blanca, hay un componente cada vez más “raro” o inclasificable en vuestra música; Cuesta imaginarse qué habéis estado escuchando últimamente. ¿Tal vez el haberos ido a vivir al campo tiene que ver en esto?

En los mapas medievales, cuando había partes de la geografía que no se habían explorado aún, se dibujaban dragones. Creemos que todos estamos poblados por esos dragones y es una maravilla seguirse sintiendo un misterio para uno mismo. Ahí es donde intentamos que nazca nuestra música. Con respecto al campo, nos creemos de la tribu de nómadas que describe uno de nuestros maestros, Franco Battiato: “Forastero que buscas la dimensión insondable, la encontrarás fuera de la ciudad”.

No sé muy bien por qué, pero me parece que ahora mismo esto, unido a la descacharrante y desbordante imaginería vital de Wences Lamas (prolífico escritor, ilustrador, director de videoclips y mil cosas más)  quienproporciona otra de las patas del grupo, son parte integral de esto.  ¿Por dónde pueden ir los tiros de cara a próximos trabajos? ¿Podéis adelantarnos algo?

Estamos trabajando en desprendernos de ciertas manías de nuestra era, como dejar de priorizar “la urgencia por encima de la importancia”. Llevamos mimando mucho tiempo un disco que habla entre otras cosas del “empate” como única manera de “ganar una guerra”. Se llama el “Cristo de la Atlántida” y esperamos poder enseñároslo pronto, pero sobre todo, bonito.

 

 

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