Russian Circles – Memorial (Everlasting)

Para los amantes del rock instrumental en cualquiera de sus vertientes, Memorial (13), el último trabajo de Russian Circles, ha sido uno de los acontecimientos del año. Perfilando disco a disco su sonido, alejándose paulatinamente de la parte más metálica -sin perder por ello intensidad- y ganando en matices y atmósferas -sin resultar arquetípicos y con una fuerte personalidad labrada-, su quinto largo se me antoja su cénit.

Tras el reciente buen sabor de boca dejado por Empros (11), Memorial asienta sus bases en la emoción pura. Consigue trascender al propio sonido gracias a temas que logran llegar a la fibra, más allá de su elaborada concepción. Se me antoja un sustituto antológico de lo que fue Panopticon (04), obra cumbre, en mi opinión, de los añorados Isis.

A medio camino entre el sludge-metal atmosférico y el post-rock, en esa encrucijada que tan buenos resultados da si la inspiración y la verdad están detrás de las composiciones, es donde asienta sus bases Russian Circles en esta ocasión. Un trabajo podríamos decir conceptual, que se abre y se cierra con las acústicas «Memoriam» /»Memorial» -ésta última con la colaboración de Chelsea Wolf–  y que nos brinda en su recorrido gemas impagables.

«Deficit» es el tema más duro, con unos riffs absolutamente demoledores, desde aquí se subraya el sobresaliente trabajo de Dave Turncrantz a la batería: simplemente de otro planeta. «1777» es uno de mis temas favoritos, virando hacia el post rock, pero con una densidad y oscuridad capaces de trascender etiquetas: intensa y emotiva.

El reposo tenso de «Cheyenne» me recuerda en sus texturas e intenciones a los logros conseguidos por nuestros admirados Toundra en III (12), y la contenida abrasión de «Burial» da paso a «Ethel», cuatro minutos inmortales para cada corazón que llegue a escucharlos. Directamente un hito, algo que muy pocas bandas podrán hacer en su vida. Pelos de punta, emoción directa, que traspasa, que revienta dentro tuyo y te desarma, inmovilizándote, como todo aquello que trasciende a la mediocridad lacerante cotidiana. «Lebaron» vuelve a sonar rotunda y afilada, ya como anticipo del cierre comentado.

Russian Circles alcanza con Memorial la categoría de primeros espadas dentro de un género capaz de lo mejor y lo peor. Su próximo envite quizá les lleve a ponerse la corona de reyes indiscutibles.

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