Ciclo S!Ingulares 2023 [Sílvia Pérez Cruz / Rodrigo Cuevas] (Teatro Cervantes) Málaga

La ecléctica y refrescante propuesta del Ciclo S!ingulares 2023, contaba este año con dos agitadores de los sonidos tradicionales, capaces de dotar a sus canciones, muchas de ellas bañadas en las raíces del folclore, de una personalidad mutante y valiente, capaz de sacudirse la sombra de lo anticuado para poner un pie y medio en la vanguardia mientras actualizan elementos que para muchos nuevos seguidores resultan todo un hallazgo, pese a que hayan estado ahí durante tanto tiempo.

Hablamos de Sílvia Pérez Cruz y de Rodrigo Cuevas, dos artistas superdotados y sobrados en personalidad y carisma. Capaces de hacer de la apertura de miras y la constante evolución su santo y seña, atrayendo cada vez a más curiosos que primero se acercan intrigados y acaban atrapados en sus talentos.

La noche del miércoles recibió con las mejores galas del majestuoso Teatro Cervantes a una Silvia Pérez Cruz en tremendo estado de forma, con el inabarcable Toda La Vida, Un Día (Sony Music, 2023) bajo el brazo, cuyo eco aún resuena en nuestras cabezas. Si en dicho trabajo participaron más de noventa músicos, y fue el fruto de un largo proceso de recopilación de las múltiples experiencias acumuladas durante sus inspiradores viajes, el formato de banda en vivo consiguió recrear esa magia, creando un espacio íntimo y cálido en torno a la artista catalana, con Bori Albero (contrabajo, sintetizadores, coros), Marta Roma (violoncelo, trompeta, teclado, coros), Carlos Montfort (violines, percusión, trompeta, coros). La fuerza que emanaba desde su epicentro se podía sentir desde cualquier rincón del teatro.

El concierto se estructuró en diferentes actos que representaban el paso del tiempo, identificados con su correspondiente paralelismo cromático, y fue esa carga conceptual la que fue guiando al espectador por las entrañas de un cancionero de calado incuestionable, que transita entre el folk, las ensoñaciones jazz, el flamenco, la bossa o la canción de autor, aunando música de raíces latinas, jugando a recrear sonidos añejos rescatados de encuentros que marcaron a la artista, ampliando su espectro, saciando su hambre de saber y conocer.

El viaje que propone está plagado de sorpresas, de tránsitos impactantes por sus diferentes inquietudes sonoras, haciendo siempre gala de una formación musical al alcance de muy pocos. Así, fueron sucediéndose delicadas y dotadas de una desnudez desarmante, las bondades de “Ell no vol que el món s’acabi”, “La Flor” o “Els dracs busquen l’abril”, para dar forma a un primer tramo deslumbrante. Era fácil que la extrema ensoñación de “Sin” te pillara con la guardia baja, y te acabara arremolinando bajo capas de teclados mientras imaginabas espacios de geometría imposible, cuerpos ingrávidos arrastrados por su épica salvaje y almas abatidas por versos de impacto abrasador. Fue, para el que esto escribe, no sólo el momento con mayúsculas de la noche, sino uno de los que se grabarán a fuego al recrear lo más parecido a una catarsis emocional. Entre referencias a Pessoa, Natalia Lafourcade o Liliana Herrero, cantante argentina que tanto le marcó y que inspiró el título del disco, “El Poeta Es Un Fingidor”, “Salir Distinto”, con su inspiración en Enrique Morente, palabras mayores, o “Mi Última Canción Triste” fluyeron como una suave caricia apenas perceptible pero capaz de disparar los recuerdos imborrables que alimentan las historias detrás de sus enormes canciones.

Cercana y risueña, compartiendo confidencias con los allí asistentes, la artista de Palafrugell sólo sabe cantar desde el corazón, como refrendó con su sentida interpretación de “Ayuda”, cuya letra corresponde a la adaptación de un poema de Martín Fierro a cargo del cantautor argentino Edgardo Cardozo, y que heló la sangre acelerando nuestros pulsos y redefiniendo nuestras ideas de lo que es sentir hasta el colapso.

Para el bis quedó la celebración popular de “Mañana” y ese “Pequeño Vals Vienés” con el que engordar vía Cohen, el listado de nombres que alimentan el imaginario de una artista transversal y necesaria.

Para la noche del jueves quedaba reservada la atrevida y provocativa puesta al día de la Romería distintiva del folclore de nuestras diferentes comarcas repartidas a lo largo de la geografía nacional, en clave discoteca pop ambulante. La propuesta por un Rodrigo Cuevas que conoce al dedillo los trucos y estrategias para embaucar al espectador y hacerlo partícipe de su bacanal de ritmos estudiadamente transgresores, que juegan con las raíces de la música tradicional no sólo asturiana, sino también gallega o castellana, para darles un acabado plenamente actual, con el mejor barniz contemporáneo. Ese que es capaz de exprimir junto a Eduardo Cabra, más conocido como Visitante, de Calle 13, en el definitivo Manual de Romería (Aris Música/Sony, 2023).

Con una puesta en escena divertida y dinámica, se las arregla sin apenas pestañear para zarandear las expectativas del público, que asiste hipnotizado a sus impredecibles excursiones programadas por ese cabaret en el que convierte sus shows. “Dime Ramo Verde” es un contundente alegato en contra del bullying que reconoce haber sufrido, “Más Animal” tiene madera de hit aquí y allá, y “Allá Arribita” levanta cualquier repertorio. Ejemplos y más ejemplos de fusión bien entendida, capaz de romper convenciones y arriesgar para llegar más lejos, dando la espalda al inmovilismo. Su particular romería, toda una experiencia inmersiva, también incluyó colaboraciones con un espectador con el que ya había compartido voz en una de sus anteriores visitas a la capital malagueña, picantes alusiones a la noche de Torremolinos, estudiadas provocaciones sobre la rivalidad de los diferentes feudos de nuestro país, sacudidas a una sociedad adormecida en clave de parodia nacional, agradecidas bofetadas al patriarcado y a las rancias costumbres, que redondearon una velada de indudable euforia y descontrol, que vino a refrendar la naturaleza única de un artista cuya magnética personalidad merece sonada reverencia.

Nos preparó para la resaca que seguiría a la romería, pero la asumimos como parte del reto propuesto: alejarnos de nuestra zona de confort, y olvidarnos de pensar más allá que en el aquí y el ahora. Abrazar el caos de la mano de Rodrigo Cuevas, es una de las maneras más efectivas de lograrlo.

Fotos Ciclo S!Ingulares 2023: Daniel Pérez

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