Delafé y Las flores azules – Vs las trompetas de la muerte (Warner)
Han pasado ya más años de los que pensaba, desde que por cosas del destino Facto, Delafé y las Flores Azules me conquistaron a través la canción “la fuerza”, que hizo que me acercase a su primer disco vs el monstruo de las ramblas pasados dos años desde su salida, y que a su vez, hizo que finalmente me atrapasen por completo casi cada una de las once canciones que completaban su primer álbum.
Año y poco después, estando en Italia, recibí de manera más que expectante e ilusionado el segundo disco de los catalanes, que vino precedido por otro sensacional single como fue “el indio”, y de nuevo superaron las expectativas, con un trabajo de esos redondos, en los que cada canción brilla por sí misma, y está colocada en su posición exacta.
Así, que para esta tercera entrega, las expectativas no podían ser mejores, y el éxito casi seguro pese a las escasas dudas que sembraban los rumores (que con la salida del disco se confirmaron) de que Facto (Marc Barrachina), había abandonado el grupo tras algunas diferencias con Oscar y Helena (Delafé y Las flores azules), respecto a la dirección que debía llevar la banda.
Pero me temo, que en esta ocasión, el ahora dúo, no ha sido capaz de superar el listón, y la verdad que tras muchas escuchas del disco, ya no sé si es que el nuevo CD está muy sembrado de canciones mediocres, que incluso rozan la simplonería y la vulgaridad (algo totalmente opuesto a lo visto en sus dos anteriores discos), o es que son las grandes expectativas creadas y la comparación con sus anteriores canciones, lo que me hacen después de varias semanas, no encontrar ninguno de esos temas a los que nos tenían acostumbrados, y que por mil veces es que los escuches, cada vez te ponen la piel de gallinas, y te trasladan a través de sonidos agradables y placenteros, a escenas urbanas, y cotidianas, pero a la vez tan sensacionales.
Pues bien, vs las trompetas de la muerte, carece de esa continuidad, carece de esos sentimientos enfrentados de alegría y melancolía, carece de melodías y bases tan complejas que se escuchaban solas, y que parecían hechas a medida para cada letra. Pero sin embargo, están más que presentes las melodías demasiado sencillas, las bases cómodas, y las rimas quizá demasiados fáciles, no sé si irónicamente hechas a posta, o simplemente debidas a la falta de ideas. Carencias que dan lugar a algunos temas prescindibles (o al menos no tan imprescindibles como antes eran cada uno de sus canciones) como son “mejor”, “Tomás Molina” o los tres insípidos y algo repetitivos temas con los que se cierra el disco y que a penas dan ganas de volver a escucharlos después de la tercera o cuarta vez que los escuchas.
Por otra parte, el nuevo disco también es mucho más divertido e irónico que los anteriores, y también goza de algunos buenos, y risueños momentos como es la canción retro “1984”, o la florida “la primavera” realizada a partir de su famoso lema extraído de “mar el poder del mar” («la primavera ha llegado a la ciudad, y no sabes lo bien que me sienta mamá”).Pero la verdad que se hacen insuficientes por completo, y de una calidad claramente inferior para lo que nos tenían acostumbrados con sus dos primeros largos, y ni siquiera considerando novedoso e impactante, el comienzo del nuevo disco a través de sus tres primeras canciones, consigue salvar el declive que poco a poco se va apoderando del disco a medida que se acerca al final.
No sé, quizá tras leer algunas de sus declaraciones, el nuevo disco sí que consigue satisfacer esa faceta “bailonga”, más dicharachera y animada de la que parece ahora quieren empaparse, y en cierto modo, sí que consiguen que sus nuevos temas sean más ligeros y dicharacheros, cargados de instrumentos de viento, y efectos electrónicos potentes, pero en mi opinión, este giro simplista no beneficia a la banda, y las nuevas bases, y las letras tan sencillas como la de su propio single “Espíritu Santo”, precisamente hacen que pierdan ese espíritu que tanto me gustaba de Facto, Delafé y Las Flores Azules.
Confiemos que estos males sean transitorios, y que estas nuevas ganas de experimentar sirvan o bien para ratificar lo que mejor saben hacer, o para descubrir un completo nuevo mundo que en esta ocasión no han sabido del todo reflejar. Sea como sea, este tercer disco, de nuevo nos deja expectantes (quizá incluso más que el segundo), para ver cuál es el rumbo de la nueva formación, en el esperado desde ya, cuarto álbum de la banda.