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Car Seat Headrest – Making A Door Less Open (Matador)

Cuando uno escucha los primeros compases de Making A Door Less Open, el esperado nuevo disco de Will Toledo, aka Car Seat Headrest, da la impresión de que nuestro joven amigo se ha pasado al tecno-petardo. Esto, al menos en mi opinión, no tiene nada de malo, pero a buen seguro más de uno de sus seguidores, sobre todo los que como yo peinan algunas canas, levantarán la aguja del disco o pararan el reproductor espetando aquello de “pero qué es esta mierda?”. No teman, la capacidad de reinvención de el muchacho es grande, aunque no tanto como para considerar que “se ha pasado al otro bando”, al menos no es ese el principal motivo de alarma. Las guitarras siguen, pero en menor medida y espaciadas.

Veamos, en 2018 dejábamos a Will (que no Willy) bebiendo las mieles del merecido éxito que habían cosechado dos discos tan fantásticos y guitarreros como Teens On Denial y Twin Fantasy, ambos piedras angulares de la música de esta década que acaba de expirar. Por tanto, las guitarras ya habían dicho todo lo que tenían que decir. Y la cima no es tan bonita como la pintan. Los excesos de la fama y el hastío han hecho que el golpe de timón se imponga, aunque no se fíen de las apariencias: en realidad el cambio lleva cociéndose cinco largos años, desde 2015.

Tal como cuenta nuestro héroe, el hecho de empezar a escuchar música de otra forma, basándose más en canciones que resultaran excitantes de alguna manera que en álbumes propiamente dichos, surgió la necesidad de componer canciones que tuvieran una identidad propia, que fueran excitantes con independencia del contexto en que estuvieran enclavadas. En ese sentido, Making A Door Less Open, cobra más sentido. Es un disco que entra mejor si se van seleccionando canciones para momentos determinados en lugar de metérselo entero entre pecho y espalda de una sentada.

Han sido varios años de experimentos que fueron derivando en canciones, influidas por el rock and roll, sí, pero también por el EDM, el soul, el post-punk, el futurismo, el hip hop o el doo-wop, el tema era dejarse llevar. Por eso cuando llegó el momento de reunir a la banda para grabar esas canciones en Seattle, costó llevarlas a puerto. Eran ideas no formadas del todo, que tuvieron que ir tomando forma en el estudio, a veces incluso librando auténticas batallas para ello.

Y eso se nota: es un disco muy diverso, áspero en determinados momentos y que requiere de varias escuchas para ser digerido en toda su magnitud. Como decía, las guitarras siguen ahí, no deja de ser un disco de Car Seat Headrest y hay canciones que dan en la diana como antes, pero en general, ya no podemos decir que este sea un trabajo tan inmediatamente emocionante como eran los dos anteriores. Más al contrario, la negrura de la decepción con todo esa fama indie que su autor ha logrado sobrevuela todo su minutaje, en el que se vislumbra de forma bastante plausible su amargura por los efectos de la fama (“Hollywood makes me wanna puke” grita en la canción más guitarrera del lote).

El problema es que los discos rupturistas, diversos y complejos deben ir, para ser digeridos convenientemente, acompañados de canciones. C-a-n-c-i-o-n-e-s. Y aquí las hay, pero con cuentagotas. Y cuando uno empieza a levantarse del asiento, viene un fragmento raruno y le vuelve a sentar. Es interesante, arriesgado, valiente… pero no acaba de convencer. La validez pop de “Hostile” pugna claramente con la torrante electrónica psicodélica de “Deadlines” y una idea tan feliz y atractiva como “Can’t calm me down”, con lo anodino de una canción tan prescindible como “Hymn”, menos mal que ahí está el encanto de “Martin” para recuperar el interés, dado que el camino al final vuelve a ser errático: “Life worth missing” es un intento un tanto fallido de himno festivalero y si bien un tour de force tan brillante como “There must be more than blood” vuelve a hacernos levantar la ceja, ahí está la final “Famous” para volver a desconcertar, en un trabajo que no suspende, pero desde luego ni de lejos está a la altura de sus predecesores.

Escucha Car Seat Heardrest – Making A Door Less Open

 

Un comentario en «Car Seat Headrest – Making A Door Less Open (Matador)»

  • Pues precisamente lo que tiene este disco son CANCIONES. Y no hay una mala. Uno de los discos de lo que va del año, sin duda. No hagan ni caso y vayan a por él de cabeza.

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