Dame Area – Toda la Verdad Sobre Dame Area (Humo Internacional)
La historia de Dame Area está estrechamente vinculada al desaparecido club barcelonés Màgia Roja. Este centro neurálgico de la escena underground que tenía su sede en el distrito de Gràcia contaba con más de quince mil socios, y su local albergaba conciertos, talleres culturales, así como charlas y sesiones de dj’s en donde el respetable podía bailar al ritmo de Nurse With Wound, Silver Apples, o Can. Un club que, debido a la gentrificación que está asolando todo el centro de la Ciudad Condal, tuvo que cerrar sus puertas debido a que los dueños del inmueble no quisieron renovar el contrato, y prefirieron vender el solar para hacer levantar un bloque de pisos de lujo. Nada nuevo bajo el sol.
En dicha asociación (que sigue como promotora y disquera) se conocieron Silvia Konstance y Viktor Lux Crux, los dos integrantes de este dúo que, tras fichar por Humo Internacional hace un par de años, ahora entregan este descomunal Toda la Verdad Sobre Dame Area. Viktor ya venía de trabajar con la banda Qa’a y tener su propio proyecto como Huan, y Silvia llegó a Barcelona proveniente de su Italia natal con ganas de dar rienda suelta a sus inquietudes artísticas.
Este es un disco ante todo muy físico, en donde el dúo intenta (y por suerte, lo logran con creces) recrear sus descarnados directos, en donde la voz de Silvia Konstance juega un papel primordial. Del susurro al grito desgarrador, la italiana canta bien alto, en un ejemplo de cómo la voz puede ser un arma disruptiva para desatar toda la rabia y la desazón contenida. La voz como agente político desestabilizador, y así queda patente en el ethos de esta banda, como en su momento lo fue la voz de Tere de Desechables, cuyo paralelismo no me parece baladí traer a colación.
La fisicidad y carnalidad de la música de Dame Area también quedan reflejados en la portada del álbum: un bodegón de utensilios de tortura que penden sobre unas sábanas rojas. El azote y la sangre. Arrancan con “Si No Es Hoy Cuándo Es” con una base rítmica repetitiva a la que se van uniendo unos sintetizadores mugrientos que están cerca de las crudas pesadillas de alcantarilla de Suicide, y la batería programada en “Vengo dall’aldilà” se alía con percusiones agrestes mientras la voz se va modulando entre el gemido y el grito hierático.
La electrónica con reminiscencias a las bandas sonoras para películas porno que perpetrara Patrick Crowley alimenta “Sempre Cambiare”, mientras en “Urlo Di Guerra” hacen uso de ritmos marciales a lo Einstürzende Neubauten pasados por el filtro de la EBM y el postpunk. La cadencia severa de “Striscia” tiene deudas adquiridas con Esplendor Geométrico y Alan Vega, y Silvia performa la voz desgañitándose “esto es nuestro templo / este es nuestro ruido / listos para golpear…” en la demoledora “Esto Es Nuestro Ruido” que, de nuevo, emplea unas bases percutivas chatarreras y el rigor rítmico de unas Malaria!