Dogma Crew – Block Massacre (Avoid)
La impresión que causan Dogma Crew es la misma que nos causó en su día cualquiera de los 5 o 6 grandes grupos de hip hop del país. Después de publicar en EP que contenía poca cosa, estos sevillanos se descuelgan, meses más tarde, con un torbellino de fuego y mal rollo que, de llegar a triunfar, acabará con más de un escenario hecho trizas.
Paladines de un discurso combativo absolutamente inédito, Dogma Crew no son cuatro MC’s turnándose el micro para soltarla bien gorda, no. Son cuatro MC’s -Demonio, el Hijo Prodigo, Legendario y Largo- con canciones enteras cada uno de ellos, que cabalgan por el lado más oscuro de la existencia humana. En “Hijos del Odio” se introducen en la mente de un pederasta, creando imágenes extremadamente crudas de esas realidades escondidas. Llegan a pedir la pena de muerte, para todos esos personajes que crean niños llenos de odio, y para los que construyen y perpetúan el problema. Pero hay más. El disco va avanzando entre interesantes reflexiones que nos hablan de unos MC’s tan críticos que parece que estén desquiciados. Aunque acaben por convencernos de que, en efecto, “el infierno está en los demás” (Sartre dixit), y no en ellos. Y que por mucho que la sociedad tape ese infierno, con la religión u otras construcciones escapistas, la realidad cotidiana tiende peligrosamente hacia eso.
En cuanto a las bases, cosa de obligado comentario en todo disco de hip hop, sólo podemos confirmar lo ya dicho; están a la altura del infierno mental que el grupo busca. Densas, claustrofóbicas, más aceleradas que de costumbre, las bases de Zonah, Accion Sanchez, Big Ozhone y Cerebro dan una sonora bofetada al oyente con unas atmósferas que ya quisieran para sí muchos músicos. La pregunta es: ¿qué está pasando en Sevilla para que salgan tantos buenos MC’s dispuestos a poner en evidencia el mundo en el que viven con tanto detalle? Esperemos que, como IAM, puedan volver a ver una primavera, que la vida es bella… . Porque nos tememos que aquí no hay cartón ni piedra, sino realidades candentes. Una auténtica Block Massacre de bocas que se destapan, tras siglos de silencio.