El Payo Malo – Equilibrio (Avoid)
El Payo Malo afirmaba, en una entrevista ofrecida en el número 102 de Mondosonoro, que no quería ser un referente para la nueva generación que escucha hip hop. Que ni él ni Solo los Solo debían ser los principales faros musicales de los jóvenes; que ése papel lo debía cumplir la historia del hip hop. Pero, fráncamente, el panorama musical actual es tan pésimo, que es de celebrar que el mensaje rebelde de Payo Malo sea, para muchos chavales de dieciséis años, un referente. Y más con discos como éste Equilibrio, con más de una perla escondida en su interior.
Es Payo Malo un fiel representante de una España que lleva llorando una eternidad. De ése profundo sentir melancólico y desterrado al que sólo la música puede salvar. “En este país, el talento nunca fue suficiente” concluye al final del disco. Una suerte de nepantla suramericano, un silencio ante lo innombrable, que sólo la profundidad musical es capaz de explicar, alimenta la originalidad de Payo Malo. En Equilibrio, el MC de Terrassa ha clavado algunos dardos que le van a dar cada vez más empaque a su carrera, sobretodo a su poderoso directo. No es el disco perfecto, todavía. No se necesitan discos perfectos. Y menos en un hip hop español que lo que necesita es sinceridad, buenos temas y buenas bases, de cara a ampliar audiencias y públicos, que cada día crecen más. Se puede decir que El Payo Malo va caminando lento, con parsimonia y sin pausa, hacia la grandeza artística.
Sin duda, el flow de este cantante se acerca al flamenco. Pero no desde una posición aburguesada ni superficial, sino desde un sentido profundo que nace de una educación sentimental y musical muy auténtica. Ligero, rebusca en los timbres de su voz, para evitar la pesadez de muchos otros MC’s. Temáticamente vale mucho la pena, también. Coadyuva con ése sentir de la España que llora. Rebeldía mezclada con una cierta impotencia. Autoafirmación centrada sobretodo en la búsqueda de una especie de fuerza interior no individualista, sino universal.
A su vez, el abrigo sonoro del disco es atractivo, brillante por momentos (¡tremenda “Mi cartera es mi Biblia”!). Hay más sonido orgánico, bajos y guitarras, que sampleado. Pero, como en el primer álbum, fallan algunos temas centrales, demasiado precipitados quizás. Sin embargo, los bordes, con un inicio y un final sencillamente mágicos, ayudan a pensar que se trata de un artista que se está reservando para algo muy grande, de cara al futuro. De momento, su carrera –que ya conoce portadas en algunas publicaciones de respetable difusión- va por un buen y trabajado camino: hay pocos lectores de la realidad como Payo Malo. ¡Que llegue a miles de personas!