Entrevistamos a Band à Part

En medio del vendaval del Covid-19 y con España en estado aletargado, llegó uno de esos discos que nos van a hacer más amena la situación. Estar encerrados en casa ya es de por sí sacrificados para los tunantes como nosotros, que estamos más tiempo en la calle que en casa. Por eso, pertrechado de esta obra, y desde mi habitación les mando estas preguntas a Javi Román y Coral Rodríguez, es decir Band à Part sobre Templos y Neones (Elefant Records, 2019) y esto es lo que me han contestado.

«Ya no pensamos tanto en Godard, pero es como tu tío simpático, al que admiras, y que viene de vez en cuando a visitarte»

Antes de entrar en materia, ¿cómo estáis llevando el confinamiento?

Dentro de la situación, no lo estamos llevando del todo mal. En nuestro trabajo “serio” somos freelances del mundo audiovisual, con lo que estamos acostumbrados a trabajar desde casa. Intentamos llevar rutinas y mantenernos activos para conservar la salud mental. Tenemos la suerte de tener una pequeña terraza que nos permite ver el cielo de Madrid y tomar algo de sol, y nos acordamos a menudo de la gente que está confinada en una casa con apenas luz natural. En ese sentido, nos sentimos privilegiados.

Y ahora, al grano; el disco ‘Templos y Neones’  es vuestra visión de esa estancia en tokio, ¿qué tal esa experiencia?

Aunque ya conocíamos el país de otras ocasiones, este último viaje fue el periodo más largo que hemos permanecido en Japón: casi tres meses viviendo en Tokio. Desde hace tiempo fantaseábamos con la idea de vivir allí, convivir con las costumbres niponas, mejorar el idioma o simplemente entrar a un konbini a cualquier hora del día a comprar un Melon Pan. Viviendo allí te das cuenta de pequeñas costumbres de las que nunca te habías percatado, como que los japoneses nunca comen mientras caminan. En las puertas de los establecimientos de comida para llevar hay asientos para que consumas tranquilamente lo que has comprado sin riesgo de que se te caiga y ensucies la calle o a los demás. La experiencia fue inmejorable y estamos deseando que la situación mejore para poder volver.

¿Rezuma el disco Akihabara por un tubo? Por si el lector no sabe de qué hablamos; es el barrio electrónico que reúne cada día a miles de seguidores del manga, anime, videojuegos y ordenadores.

Como fans de los videojuegos, el manga y el anime, nos gusta visitar Akihabara cuando visitamos Tokio. Puede que esta zona, junto a Shinjuku o Shimokitazawa tengan algún vínculo con la parte “neones” del disco. La otra parte de la dicotomía, la de “templos”, que es más diurna, tiene más que ver con barrios residenciales tipo Kagurazaka. En ellos puedes encontrar pequeños santuarios a los que los vecinos acuden a rezar, no como algo religioso, sino más bien como un hábito que aporta un rato de paz al caos cotidiano.

Deciros que estuve 15 días en Tokio, allá por 2005, tras enamorarme de Lost In Translation, ¿qué os inspiró ir allí y sacar esta obraca?

Normal que te enamores de Lost in Translation, es una maravilla de película. Desde pequeños siempre nos ha atraído Japón. Como muchos, crecimos viendo Ranma ½, las películas del Studio Ghibli, series como Conan el niño del futuro o jugando a juegos de Nintendo. Nos sentimos muy a gusto con la forma de ser de los japoneses y desde que lo visitamos por primera vez siempre nos ha parecido un sitio tremendamente inspirador.

Me imaginé tener vuestro disco y estar esperando a las puertas del templo Sensoji, que me tragué una cola enorme para poder entrar, pero lo flipé con los salones, santuarios, campanas, puertas, templos, estatuas y el jardín, ¿os acompañó algún disco en vuestro deambular nipón?

Ningún disco en concreto, pero sí mucha música japonesa. Tanto actual: grupos como Tofubeats, Tomggg o Kyary Pamyu Pamyu; como más clásicos: Mariya Takeuchi, Yellow Magic Orchestra, Flippers Guitar…

“Cómo hablar con chicas en las fiestas” no es una especie de artículo de revista adolescente para ligar, aunque el nombre de la misma te lleva a ello, ¿por qué se titula así?

El título lo sacamos de la psicodélica película de John Cameron Mitchel basada en un relato de Neil Gaiman. Nos parecía una canción que llamaba a perderse en la noche, a dejarse llevar y disfrutar del momento. Algo que nos transmitió la película en su momento. Nos hacía gracia poner un título increíblemente largo a una canción.

 

Algunas de vuestras canciones me recuerdan un poco al primer Mecano, por ejemplo; “Nuestro momento” es muy “Quiero vivir en la ciudad”. ¿Era la intención o ni de coña?

Nos gustan bastante los primeros discos de Mecano, es bastante halago que nos compares con ellos. Supongo que de manera inconsciente uno saca las influencias a relucir cuando menos se lo espera.

¿Os imagináis que “El año sin verano” se torne real por lo que estamos viviendo y se convierta en una canción mítica?

Como mínimo sabemos que no será un verano al uso, lamentablemente. ¡Lo de que se convierta en una canción mítica igual es más complicado! Esperamos que al menos a alguien le sirva para endulzarle el verano.

“City pop” es un tema instrumental muy en la línea de Jean Michael Jarre que, por cierto, también mola mucho a los japos. ¿qué significa ese track?

“City Pop” es el primer título que manejábamos para el álbum. Es un género de música que se popularizó a finales de los 70 y principios de los 80 en Japón, cuando durante el boom económico los jóvenes se movían por las ciudades en descapotables con los radiocasetes echando humo, viviendo de forma hedonista. Pero pensamos que un título en inglés para un grupo español que canta en español podía dar una falsa impresión un tanto pretenciosa. La canción intenta transmitir esa sensación nocturna, emocionante y de aventura.

 

‘Templos y Neones’ es una obra disco, funk, synth-pop, wave y future funk. ¿algo más que añadir?

Cargado de amor 🙂

Mientras la primera parte de la obra es nocturna y hedonista, abunda en música de baile, neones y luces destelleantes, la segunda es más diurna y más en la onda indie.

¿Esa era vuestra intención o ha salido sin querer?

Era totalmente intencionado, de ahí el nombre del disco.

En “Una y otra vez” podríamos decir que es el tema más shoegazing de la obra, dónde os han ayudado iván y eva de Linda Guilala, incluso tiene cierta esencia de My Bloody Valentine, ¿el guiño a Lost in Translation? ¿o simplemente queríais salir del sonido k-pop de casi todas las canciones?

Cada historia te pide un sonido. “Una y otra vez” trata sobre estar atrapado en un bucle tóxico del que no puedes salir y en el que por mucho que lo intentes, siempre vuelves al punto de partida. Creemos que el sonido shoegazer puede transmitir esa sensación angustiosa de un modo dulce al mismo tiempo. Nos gusta mucho My Bloody Valentine y las canciones de Kevin Shields en la bso de Lost in Translation, por supuesto, pueden ser una influencia, sí. Cuando le pasamos la primera versión de la canción a Luis y Montse de Elefant nos propusieron colaborar con Iván y Eva de Linda Guilala para producirla, dada su experiencia con este sonido. Y no podemos estar más contentos con el resultado. Es una de nuestras favoritas.

Para  «Parques y jardines» tornáis todo en una especie de lounge-pop y shibuya-kei, que va entre le mans y los swinging popsicle, grupo japonés muy recomendable. ¿se podría decir que habéis hecho un totum revolutum?

Escuchamos la canción original de Swinging Popsicle mientras grabábamos el disco y nos enamoramos. Nos pusimos en contácto con el autor, Osamu Shimada para proponerle la versión y amablemente nos envió fotos del single original para tener la letra. Y aunque la cambiamos, intentamos mantener el espiritu luminoso y tranquilo de un domingo por la mañana en un parque. Para el sonido, la mayor inspiración fueron los primeros Cardigans y algún que otro teclado de Stereolab.

Para ir cerrando el álbum he notado que os vais acercando más a vuestro sonido primigenio porque podríamos decir que «La neurona espejo» es más Europop y «Supersimetría» es lo más parecido a vuestro sonido habitual. ¿Echabais de menos vuestro indie pop?

Como decíamos antes, cada historia demanda un sonido y “La Neurona Espejo” es quizá la letra más frívola y despreocupada del disco, así que el Europop era un buen punto de partida. La música de Supersimetría partió de la línea de bajo de una canción del juego de Kirby para Game Boy. Cuando terminamos la letra nos dimos cuenta de que la mezcla de ciencia ficción y melancolía nos evocaba un poco al grupo Mirafiori, así que sirvió de inspiración en lo musical.

Termina la obra con «Todas se llaman Anne», donde volvéis al pop instrumental, que suena como esas bandas sonoras originales de películas de Godard. ¿cuándo escucháis el disco al completo que pensáis de él?

De hecho las que se llaman Anne son todas las parejas de Jean-Luc Godard: Anna Karina, Anne Wiazemsky y Anne-Marie Miéville.

Ya no pensamos tanto en Godard, pero es como tu tío simpático, al que admiras, y que viene de vez en cuando a visitarte.

Para finalizar, ¿podríamos decir que habéis regresado con la maleta llena de historias, melodías e imágenes? ¿cómo trasladaréis esta obra al directo?

Suponemos que sí, en ‘Templos y Neones’ hay unas cuantas de esas historia. Y en cuanto a los directos, aún no lo hemos pensado… Lo que ahora nos preocupa es que la situación vuelva poco a poco a la normalidad.

Muchas gracias y un abrazo.

Gracias

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