Jeru The Damaja – Divine Design (Red Eye)
No está en forma Jeru. Desde que nos dejó boquiabiertos con Wrath of The Math, sin duda uno de los mejores álbumes de hip hop de la historia, y uno de los discos puntales de los años 90, no ha vuelto a ser el mismo el poeta de Brooklyn. Y es que las cosas no deben resultar fáciles, para este heredero espiritual de Gil-Scott Heron. Porque convertir la poesía en un arma para la defensa social, no es en estos tiempos la opción más popular, de cara a una sociedad excesivamente determinada. La verdad que busca Jeru en sus letras no gusta, y menos en Occidente, en dónde ni ante la evidencia se es capaz de reconocer los errores. A las promotoras, casas de discos, distribuidoras y demás mediadores, con las que Jeru mantiene una guerra por la ética, tampoco les gusta la verdad. Puede comportarles problemas.
Salta al oído que Divine Design es el peor disco de Jeru The Damaja. Y no son sus palabras, siempre brillantes y preclaras, que cojean. Son las urgencias del momento, la labor ingente de argumentar una crítica sólida que ayude a tomar conciencia a la gente, frente a esta especie de “designio divino” en el que vive el poder actual. Las bases, hechas con desgana, no poseen ni las sorprendentes percusiones de antaño, ni los giros manhattianos que hicieron furor entre los entendidos, durante los años 90. Tampoco aparece en escena la inquietante Miz Marvel, que aligeró el espeso Heroz 4 Hire. La prisa por hablar de Irak y por emitir reflexiones acerca del hombre medio americano post-11 S, le han llevado a hacer un disco que disgustará a los fans.
Lo comparábamos con Scott-Heron. Este último cayó en la heroína, la droga de los ghettos norteamericanos, decayendo sus reflexiones políticas en pantanosos lugares comunes. Jeru, sin que se le conozcan adicciones, parece deprimido, poco motivado para empujar sus lucideces más allá. La droga del propio sistema lo ahoga, porque algo le pasa. Es casi seguro que los ataques y amenazas que habrá tenido que afrontar, han afectado su potencia discursiva. En los EE.UU, las denuncias y presiones, acompañadas por el discurso de las armas, toman formas que ni sospechamos. Y Jeru, que critica todo este malévolo montaje social, recibe palos por doquier a causa de sus portentosas capacidades oratorias. En este su supuesto disco anti-belicista, acabamos por no encontrar ninguna propuesta clara, para la confrontación. Demasiadas elipsis gráficas. Sin duda, debe recanalizar su carrera, aunque no dudamos que sabrá recomponerla, y unirse a los suyos de nuevo. De momento, este disco, casi autopromocionado y autodistribuido, certifica que sigue vivo, pese a todo.