Julieta Venegas – Tu Historia (Lolein Music / Altafonte)
Bendita curiosidad. Y benditas portadas. La verdad, jamás me había aproximado a la música de Julieta Venegas de una forma seria -excepto, claro, algunas canciones archiconocidas que me gustan- y el otro día, al ver noticia de la publicación de este disco del que voy a hablar, su bonita (a mi juicio) portada me llamó tan poderosamente la atención que tuve que ponerme a escucharlo. Y oigan, qué bien.
El inicio de Tu Historia, disco que la mexicana ha tardado siete años en ver nacer (desde el celebrado Algo Sucede, de 2015), con “En tu orilla”, no puede ser más resplandeciente. Como uno no puede evitar identificar a Venegas con el mainstream, tiende a pensar que asiste a la típica maniobra de colocación de la mejor canción al principio para llamar la atención en estos tiempos de escucha rápida. Pero no, nada de eso. Ese momento de perfecto brillo pop que emitía la canción inaugural de las diez que pueblan este trabajo es totalmente extensible al resto. De hecho, la segunda se titula muy adecuadamente “Brillaremos”. Otra muestra de rotundidad que, llámenme facilón, terminó de rendirme a los encantos de una colección que no bajó un ápice el listón según iba sonando.
Hablábamos de mainstream, pero hay que decir que Tu Historia es el disco en que Julieta Venegas, tras años de relación con la multinacional Sony, ha decidido definitivamente hacerse indie. Es la importante distribuidora española Altafonte la que se encarga ahora de mover el producto de esta autora, una de las más masivas del pop latino, que hace ya tiempo decidió hacer las cosas de una forma diferente, su forma.
Se nota, de entrada, en la canción que titula el disco. “Deja a tu pasado ser parte de ti”, algo que da que pensar. Sin que sea este un álbum con un concepto concreto que domine su narrativa, sí que es cierto que la artista parece hacer un sumatorio de todo lo aprendido, tanto a nivel musical como de vida, en estas canciones. Dejándose ser. Unas canciones, repito, de pop luminoso e incitador al baile, pero no exentas de profundidad en su lírica, como suele, por otro lado, ser habitual en Venegas.
Según ella ha contado, tras un tiempo centrada en los escenarios (incluídos los teatrales, con la adaptación de La Enamorada, de Santiago Loza), encontró con la pandemia de nuevo el gusto por componer canciones sin otro objetivo que el deleite personal. Eso se palpa a la perfección en un trabajo absolutamente pletórico. Son todo hits. O deberían serlo. Y hits, además, de los buenos, de los que perduran en la cabeza una vez disipado el efecto inmediato. De hecho, es casi imposible destacar una pista sobre el resto. “Mismo amor”, “Te encontré”, “La nostalgia”, “Dime la verdad”… cada una con su tempo, su feeling, pero sin duda todas melódicamente perfectas, exultantes, y con letras tan necesarias como la de “Caminar sola”, denuncia del todavía patente terror de muchas mujeres a volver de noche a casa; o de la titular, con esa lección aprendida -y ahora compartida- de no ignorar el pasado, porque forma parte de lo que somos.
Como colofón, una “Despedida a la mexicana” desnuda de la tan bien traída producción de su amigo chileno, Alex Anwandter, y con una Julieta armada de su guitarra, su talentazo, su desparpajo, y, cómo no, de toda la tradición del folklore mejicano. Cincela así el final de un disco de esos que a cualquier amante del pop, por supuesto desprovisto de tapujos y tonterías, debería no sólo gustar, sino arrebatar. Como ha sido mi caso. Una grata sorpresa que pasa a engrosar, sin duda, mi lista particular de discos del año.
Amo la música de esta Mujer Mexicana y ella a su persona!!