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Melenas, Olivia is a Ghost y The Death of Robert (Moby Dick) Madrid 24/11/21

“Jóvenes tocando música de viejos”, ese podría ser un buen titular para el plantel de jovencísimas bandas que tomaron el escenario de la madrileña sala Moby Dick, el pasado miércoles 24. No me mal interpreten, a un servidor le apasiona ver a gente joven practicando estilos musicales que en ciertos círculos musicales se empeñan en dar por acabados. Por eso mismo me hizo gracia que la media de edad de las tres formaciones no sobrepasará los 22/23 años.

Tal y como nos comentó el propio Cesar Andión, uno de los responsables del proyecto, The Spanish Wave, promovido por Live Nation; Linecheck es el festival milanés que se celebra simultáneamente, durante tres días, en diferentes ciudades: Berlín, Hamburgo, Haldern, Londres, Madrid y París. En total fueron más de 100 artistas los que han desfilado durante las tres jornadas. Además de las actuaciones en directo, que se celebran en el escenario principal de Milán, este año se han transmitido conciertos en streaming desde el resto de las ciudades mencionadas.

Los barceloneses The Death of Robert fueron los encargados de abrir la jornada española del festival, con una suerte de coctel de elegante post-punk y sonidos contemporáneos. La banda liderada por la italiana Lara Giardina es poseedora de un sonido agradablemente apabullante en directo y así lo demostraron con temas como: “Hedera”, “Mango”, “The Last Dance” innegablemente deudora de unos primeros Artic Monkeys, “Mosquito”, o “La mala ostia”, con la que despidieron su set.

Corto concierto, como la ocasión lo requería, con un sonido rotundo y una presencia en escena muy convincente. Lastima que el sonido de sus grabaciones (no así los temas, que son de diez) no haga justicia a lo que el cuarteto muestra en directo. Estaremos muy atentos a sus próximos movimientos.

El cuarteto Olivia is a Ghost fue la única representación local de la noche. Jovencísima banda madrileña practicantes de un post-punk, a veces sucio y otras algo naif, muy influenciados por Joy Division y unos primeros The Cure, comenzaron con algún problemilla de sonido, que rápidamente se vio solventado.

Una de sus señas de identidad es una sólida (y a veces salvaje) base rítmica, con gran protagonismo del bajo, acompañando de eficaz manera a la voz de María Bianc y a unas delicadas guitarras que en cualquier momento te estallan en la cara. Así lo demostraron en temas como: “Central”, o “Mars”. Tendremos ocasión de verlos en directo de manera más extensa el año que viene, el 23 de abril, junto a los moscovitas Human Tetris, en la sala Wurtlitzer Ballroom.

Para el final de la noche quedaba la formación más veterana, tanto por edad como por tiempo de vida como grupo, Melenas. Con dos álbumes a la espalda, el primero homónimo de 2017 (Dabadaba Records y Gran Sol) y el último; Días Raros 2020 (Elsa Records) el cuarteto pamplonica ha logrado abrirse un hueco en la escena musical independiente, gracias a sus frescas canciones y divertidos directos.

Como el formato de no permitía más de media hora, Oihana, Leire, María y Lauri, salieron a darle “zapatilla” desde el primer minuto, invitando a los presentes a que se acercasen al escenario, que “bastante hemos esperado para estar de pie en conciertos”. Así, fueron despachando temas como: “No puedo pensar”, “Primer tiempo”, o lo que debería ser su indiscutible hit inmediato; “Ciencia Ficción”. Aunque el más celebrado fue “Osa Polar”, su particular versión del hit inmortal de culto; “Eisbar” de la formación suiza Grauzone.

Tuvieron tiempo de salir a tocar otro tema, después de que Cesar Andión saludase a los espectadores madrileños, al mismo tiempo que mandaba un saludo en directo a los espectadores vía streaming. Nuevos tiempos, nuevas vías de consumir música, pero la canción más celebrada de la noche se compuso en 1981, hay cosas que nunca cambian.

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