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Luis Brea y su banda (Moby Dick) Madrid 09/02/24

Debo reconocer que mi acercamiento a la carrera de Luis Brea había sido poco más que tangencial antes de la publicación el pasado año de Corazón Azul (23). Llegué a ese disco casi diría que por accidente y, desde el primer momento, quedé prendado por una colección de canciones que no me permitían salir del asombro ante semejante inspiración compositiva y emoción a raudales. Es por ello que comencé a ahondar en su nutrida carrera anterior y, por supuesto, no podía dejar pasar la oportunidad de disfrutar en directo de la defensa de ese cancionero.

Un frío y lluvioso viernes en la capital no impidió que nuestro protagonista colgara el cartel de “no hay billetes” en la Moby Dick que, además, nos ofrecía para la ocasión el abrigo de toda una banda para hacer lucir en toda su dimensión el legado de Luis Brea.

Lo primero que sorprendió fue el armazón con el que los músicos cubrían sobre todo los temas recientes, de cariz más acústico y sutil. De esta forma, la introducción instrumental de “El apagón”, tema con el que abrieron la noche, fue la primera de otras muchas sorpresas. Tras él, otra defensa impoluta de “Estrella del rock”, esa canción de tinte añejo que en estudio cuenta con la colaboración de los mismísimos Burning.

La audiencia que abarrotaba la sala se fue entonando, especialmente con la llegada de los primeros temas pretéritos, “Como una ola” y el celebradísimo “Nueva generación”, con todo el público cantando y saltando a pleno pulmón jaleados por un siempre comunicativo y festivo Luis Brea. Esta actitud, que lógicamente suele ser la habitual en los conciertos que basculan entre la introspección y la festividad, empañó para mi gusto el momento más increíble que no esperaba. Me refiero a la maravillosa “Volverán”, tema de su último trabajo que me atraviesa y que el cantautor expuso con sentimiento –armónica incluida-, pero que la mayoría de la sala no supo corresponder con un molesto murmullo en su ejecución. El típico sambenito de los temas menos conocidos y escondidos como joyas.

Está claro que eso no ocurrió con otros de ese mismo cariz mucho más conocidos por la parroquia, como fue el caso de “Mil razones”, extraordinariamente interpretado, poco antes de eclosionar el grueso del show con un intensísimo y catártico “El verano del incendio”, otro de los momentos álgidos de la noche sin duda alguna, seguido de un algo más maquinal y rutinario “Automáticamente”, primer hit de su trayectoria.

Pero lo mejor estaba por venir cuando el de Alcorcón regresó armado tan sólo de su acústica para tocar a pie de escenario y sin micrófono “Baso” es con v”, ese desnudo y precioso homenaje a Los Planetas y al desamor más frágil. Y, por si fuera poco, la siguió una “After crisálida” en una consonancia casi mágica, demostrando que el susurro espartano puede derrumbar cimientos.

Para finalizar la triunfal velada, la banda regresó al escenario y todos juntos interpretaron la eléctrica “Supermariachi”, excitante cierre que atestiguaba la sintonía y buen sabor de boca que artista y público se proporcionaron mutuamente.

Foto Luis Brea y su banda: Raúl del Olmo

 

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