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Entrevistamos a Ballena, que presentan ‘Fuerteamor’

La historia de Ballena respira música por cada poro. Una conversación entre colegas en el CanelaParty, una ilusión compartida que se fragua en una noche de fiesta y conciertos, una carrera que no ha parado de crecer. Corazón, tesón y talento al servicio de unas canciones que funcionan como diario de un crecimiento personal y conjunto que ha experimentado en Fuerteamor, (Subterfuge, 2022) una cima creativa de enorme calado que pronto seguirán presentando (fechas al final de la entrevista).

Quedamos con Juande Jiménez, su batería, en una terraza de la mítica Plaza de la Merced malagueña, para disfrutar de una conversación distendida entre amigos en torno a su dulce (y merecido) momento, con mirada atrás para hacer balance a estos más de seis años como banda, y para abrir el apetito ante lo que ha de venir. En su expresión, se refleja la felicidad que conlleva poder dar espacio en su vida a lo que más le gusta y le define: la música. Sacrificio y convencimiento, palabras clave para una historia que supone un premio a los corredores de fondo, capaces de escribir la banda sonora de tantas y tantas escenas que protagonizan las páginas de nuestro cuaderno de bitácora vital.

«Al final, nos conformamos con poco, después de haber pasado por distintas vicisitudes. Cualquier cosa buena que nos pase, es un regalo del destino»

¿Qué representa Ballena para sus componentes? ¿Qué os aporta a nivel emocional y humano?

Ha sido y está siendo una aventura muy loca. Nosotros no somos una banda en la que uno traiga las canciones ya hechas y los demás solo nos dediquemos a tocar, sino que hay un proceso conjunto en cada composición brutal. Esto genera muchas tensiones. Se ha podido ir todo a la mierda pues como cinco veces, mínimo. O alguno amenazar con irse de la banda en el chat del grupo de whatsapp, y después hacer las paces, sabiendo que ya teníamos como ocho temas listos y fecha para entrar a grabar en el estudio. Tragarte el orgullo, volver a quedar y reconciliarnos. Todos los grupos son un poco como una relación, pero en Ballena esto se cumple a lo bestia. En nuestro caso, por ejemplo. Miguel Rueda (cantante y guitarra), tiene hijos, yo tengo hijos. Esto lo hace todo más complicado. No somos chavales que nos metamos en el local de ensayo sin prisa. Tenemos un cronómetro vital, muchas cosas que atender. No ha sido fácil, ha sido una relación complicada. Después, miras atrás, piensas en todo lo que hemos hecho, las aventurillas que hemos pasado, haber grabado en tres estudios muy chulos. Somos los tres unos enamorados del proceso de grabación en el estudio. Somos muy frikis de probar, afinar, buscar cosas nuevas. La última grabación con Raúl en La Mina, ha sido una experiencia brutal. Hemos tocado en lugares increíbles, y aunque piensas que hemos estado a punto de partirnos la cara varias veces, luego te das cuenta de lo que has vivido, y nunca te arrepientes de lo vivido. ¿Vamos a grabar otro disco? No lo sé. Pero pienso en los que ya hemos hecho, o el que yo pude hacer con mi anterior banda, Negroazulado, y me siento súper orgulloso, son documentos físicos que quedan para siempre. O en los conciertos de Radio 3. Los ves, y generan mucha emoción. Mi vida es el rock and roll, y aunque yo curre de otra cosa, esto es uno de los aspectos que te definen como persona. Tus hijos saben que su padre no es que toque en un grupo, sino que es batería de rock and roll. Poder tener algo como un legado, es para estar orgulloso.

 

Personalmente, este es el disco que más me ha llegado de vuestra trayectoria hasta ahora. Lo veo más rotundo y más cerca de definir un sonido propio y reconocible. ¿Utilizáis la música para exorcizar demonios o revelaros contra el caos, o como un diario de vida personal?

Miguel compone las letras y él escribe sobre cosas que le pasan, entre las cuales puede ser algo relacionado con nosotros como amigos y compañeros de banda, claro está. Hace canciones sobre cosas suyas. Cuando vas a hacer un disco, es algo muy serio, se queda registrado, grabado. Deja su impronta. En el que estás haciendo, lo pones todo, todos los huevos a esa cesta. No sabes si será el último, por eso tiene que estar bien, después de todo lo que cuesta organizarlo y llevarlo a cabo. Es tu oportunidad de dejar plasmado de lo que eras capaz en un momento determinado de tu vida. Como batería, eliges todo minuciosamente, canción a canción, decides qué platos vas a usar en ese tema en concreto. Si la canción exige rabia, le das rabia, si pide ternura, ternura. La música es un instrumento de expresión increíble y hay que aprovecharlo.

«Las letras de Miguel son muy honestas, cuenta lo que le pasa, sin pretensiones. Al final, el título es una oda al amor»

La inspiración para este disco, con un título tan potente como “Fuerteamor”, ¿de dónde viene?

Es una suerte tener a Miguel como letrista. Él fue trayendo material y sin que fuera un plan premeditado, porque no todas las letras iban sobre el amor, alguien cayó en la cuenta de que todas giraban sobre lo mismo, aunque fueran referidas a distintas personas (familia, amigos, ex, gente de la banda…). La broma que teníamos en el grupo era despedirnos siempre con un “te quiero fuerte”. Y de ahí surgió la palabra. Las letras de Miguel son muy honestas, cuenta lo que le pasa, sin pretensiones. Al final, el título es una oda al amor. Por ejemplo, en el caso de Sixto, él es también compositor, y cuando vino con la canción, encajaba perfectamente con la temática del resto.

La parte visual constituye otro de los elementos distintivos de Ballena. Cuidáis mucho vuestros vídeos y diseños. ¿Cómo surge la alianza con Joaquín Reyes, artífice de portadas ya míticas en vuestros discos? 

Era algo que teníamos como ilusión y siempre pensábamos “como molaría poder tenerlo como autor de nuestras portadas”. Un día él hacía unos monólogos en Mijas y Miguel conocía a uno de los trabajadores del teatro donde iba a ser el evento. Le avisa de que tiene una entrada y Miguel coge nuestro primer disco, una camiseta, le escribe una carta, y cuando termina el show, esta persona se lo da. Al poco tiempo recibe un mensaje de Joaquín Reyes diciendo que sí. Que le encanta lo que hacemos y que se quiere implicar. Le gusta el proyecto, le apetece y lo va a hacer gratis. Con la pandemia, hubo unos meses de demora, pero al final se solucionó. Le dimos total libertad, y cuando nos lo mandó, nos encantó. Él nunca nos ha cobrado nada, y nosotros le hemos hecho un montón de regalos, incluso unas zapatillas con los logos en base a los diseños creados por él, además de montones de discos. Después volvimos a intentarlo con el siguiente, y volvió a aceptar. El nexo de unión es Miguel, que incluso le mandó un texto con la historia detrás de cada canción. En el Odisea Ballena (Subterfuge, 2020) aparece lo que nosotros llamamos el “balleno”, y aparece como un retablo medieval con una virgen. En su adaptación, aparecen elementos colgados, que representan a cada canción. Para este nuevo disco, pensó en hacer una caricatura de cada uno de nosotros. Nos pidió una foto y las creó. Son una pasada. Se toma las cosas muy en serio y nos encanta lo que hace. Todo gracias a Miguel, que se atrevió. A la antigua usanza. Hay gente que nos ha comprado merchandising porque les gustaba el diseño, y es que él en sí es una marca que ya genera atención. La gente lo identifica y se compra la camiseta.

En un mundo tan inestable como es el de la música, y aunque no sea vuestro sustento, ¿seguís sintiendo esa energía primigenia a pesar de todo lo que pueda caer?

Es verdad que, como en cualquier relación, la energía del principio se convierte en otra cosa. Cuando empiezas, todo es nuevo y como tal genera una sensación de sorpresa continua. Nosotros no ganamos dinero con esto, pero con la de gente que se ha quedado por el camino en esta industria, ser capaces de tocar en este o aquel festival, ya es de por sí como un milagro. La vida se te echa encima, y mucha gente acaba dejándolo por mero cansancio. Yo he vivido en un montón de sitios, y después de buscar un piso, buscaba una banda para tocar. Esa ilusión la seguimos teniendo. Tenemos mucha ilusión y el rock and roll, sin duda, forma parte de nuestras vidas. Si el día de mañana nos peleamos, al poco tiempo estarías escuchando el nuevo proyecto de cualquiera de nosotros. Las actividades creativas, si te las tomas en serio, generan mucha necesidad, es muy difícil de controlarlo, o de parar. No es como jugar al pádel. Cuando me voy de vacaciones, lo primero que hago cuando llego a mi casa, es ponerme a tocar la batería.

 

A nivel compositivo, ¿os ha influido mucho el proceso vivido durante la pandemia?

Cuatro días después de que se dijera que se iban a cerrar las ciudades, teníamos cerrado ir a Disco Grande para un monográfico de Ballena, con grabación de las míticas “g.a.t.o.” (acrónimo de “grabación a traición original”) incluida. Poco antes de la jubilación de Julio Ruiz además. Imagínate la situación. Era como una broma pesada. Ese segundo disco fue como un poco maldito en ese sentido. El caso es que luego pudimos quedar para ensayar. En nuestro proceso compositivo, Miguel trae a veces un esqueleto, dos o tres acordes, y una pequeña idea de por dónde puede ir la melodía, y la maquinaria de Ballena empieza a pisotearlo. A veces se respeta más el original, otras menos. A veces salen como extractos de pequeñas jam sessions que nos marcamos, otras grabamos algo que nos gusta con lo que tenemos a mano, o nos acordamos de algo que nos llamó la atención en su momento. El proceso compositivo para este disco, comenzó en la pandemia, porque la promo del anterior se fue al garete durante el confinamiento. Recuerdo que cuando cogimos las fechas para grabar en La Mina, el sello nos hizo un documento para poder movernos. No recuerdo que influyera mucho, pero sí que en los ensayos y en las sesiones de grabación, íbamos a piñón. Valoramos mucho la experiencia del estudio, y poder encerrarnos, aunque sea una semana, solo nosotros, es algo primordial. Para no perder rodaje grabamos algunas cosas en mi estudio Green Cross Studio, pero el hecho de organizar esa especie de concentración entre nosotros, como hicimos esta vez en La Mina, es algo que es fundamental en nuestra forma de hacer las cosas.

«Lo más importante en este trabajo respecto a los demás, ha sido la implicación de Sixto Jiménez. Es una fuerza de la naturaleza, se nota que ha nacido para esto»

¿Qué esconde este disco que los demás no tuvieran?

Lo más importante en este trabajo respecto a los demás, ha sido la implicación de Sixto Jiménez. La participación activa que ha tenido ha sido clave. Es una fuerza de la naturaleza, se nota que ha nacido para esto. Tenerlo en la banda ya era un lujo, pero ahora ha dado un paso más y llega a cantar una canción en el disco, que de hecho me parece un temazo (se trata de “Juntos”). Canta como los ángeles, tiene una voz muy chula. Alfon estuvo presente al principio, pero tuvo que dejar de venir. Se fue casi cuando entrábamos al estudio. Le invitamos a grabar porque había estado muy presente en la composición y ensayos. De los once temas, ha grabado el bajo en ocho.

Siendo una banda que os auto-gestionáis de manera admirable, cuéntanos como de difícil resulta para vosotros girar.

Es complicadísimo. Ahora nos embarcamos en el proyecto Girando Por Salas, y lo hemos agrupado por fechas y lugares, en tres bloques. Tenemos que organizar temas de trabajo, mujeres, niños, cada vez que salimos a tocar. Esto es muy importante para nosotros, a nivel humano y personal. Subterfuge nos ha gestionado todo a nivel de logística de manera muy eficiente y estando con ellos, es posible hacer estas cosas y acceder a estos concursos y eventos. Es una oportunidad muy buena.

Girando Por Salas, concierto con Rufus T. Firefly en la sala La Trinchera de Málaga, Festival Cala Mijas, concierto de Radio 3… ¿estáis viviendo un momento dulce de popularidad?

Sin duda, el mejor. Se está escuchando mucho el disco, varias canciones y en distintos programas. Hay una sensación de reconocimiento bastante guay. Después de lo raro que fue todo al no poder movernos durante la pandemia, ahora poder disfrutar de esto es algo genial. El disco está ahí y estamos muy felices con él.

En 2017, Mondosonoro dio bastante espacio a vuestro debut, Navarone (Subterfuge, 2017) ¿qué significó para vosotros ese espaldarazo? ¿Cuál es vuestra relación con la prensa?

La escena malagueña siempre ha sido un poco el patito feo en Andalucía. Recuerdo que nos hicieron una reseña positiva de ese disco. Siempre piensas que podrían hacer más caso a lo que haces eso, pero está claro que al final son muchas bandas y bastantes de ellas, muy buenas. Al final, nos conformamos con poco, después de haber pasado por distintas vicisitudes. Recuerdo en un Sonorama, tocamos en el pueblo (Aranda de Duero), y había dos chavales que se acercaron cuando estábamos tomando unas birras, y me preguntaron si era Juande de Ballena. No sabemos de dónde exactamente, pero habían venido a vernos a nosotros. Esa sensación no tiene precio. Ahora con el ciclo Girando Por Salas, vamos a acceder a público que viene a salas a ver en concreto a Ballena. Eso es increíble. Cuando alguien me cuenta “he conocido al cantante de tal grupo y no veas qué gilipollas”, me cabrea mucho porque nunca debes de olvidarte de quién eres y de estar agradecido por ese momento. Para nosotros, cualquier cosa buena que nos pase, es un regalo del destino.

¿Cómo valoráis el tema del streaming, cuando vosotros cuidáis tanto la edición física de vuestros trabajos, así como el hecho de organizar giras o conciertos?

Es el paradigma actual. Las escuchas en plataformas te van a acercar a la gente y permitirte llegar a más público. Luego ese público puede decidir comprar tu disco y tenerlo para siempre. En tema conciertos, es la primera vez que salimos en una gira de este tipo, y lo tenemos ya todo montado gracias al sello. No hay circuito para organizar giras como en Inglaterra, por mucho que nos guste la música. No quiero ser fatalista, pero no es nada fácil salir a tocar. Por ejemplo, en el SXSW (South by Southwest) en Estados Unidos, tienes conciertos en plan temático por géneros, muy variados, y para todos los gustos. La gente escucha varios estilos, y no pasa nada. Aquí somos muy puristas, “es que si escucho hardcore, solo me gusta el hardcore”. Hay otro respeto por los músicos. Aquí entras en una sala, te asomas, y si no te gusta lo que oyes, te vas, no valoras que hay unos músicos dándolo todo. Si alguna de mis hijas, quiere tocar la batería, la apoyaré. Tienes que hacer lo que quieras hacer, e intentar hacerlo lo mejor posible. Creer en ello. Tenemos la población más insatisfecha de Europa. A todo lo que queríamos hacer de pequeños, nos han dicho que no. No hemos avanzado.

Centrando el foco en ti, tuviste otra banda, Negroazulado, tienes un proyecto fotográfico con tu Estudio Secreto, además del Green Cross Studio en el que se están grabando interesantes proyectos musicales. Háblanos de las distintas ramificaciones de tu vertiente artística.

La fotografía ha sido algo que siempre ha convivido conmigo. Con la cámara llevo desde antes de coger un instrumento. Te digo algo parecido a lo que te decía con la música. ¿Soy fotógrafo porque hago fotos que me gustan y pongo todo en ello? Sí. ¿Soy fotógrafo porque gano pasta con ello? No. Si sigue siempre ahí, es porque hay algo. ¿Cuál es mi ocupación real entonces? En casa tengo un sótano, y coloqué mis luces y lo acondicioné para ello. Ahora mismo para mí el valor más grande que tiene la fotografía es como herramienta documental sobre mis hijas, ya que tengo cientos de fotos de ellas que siempre podremos ver y volver a ellas. Son un legado, y para mí es muy importante. Cuando tienes familia, esa expresión hay que mantenerla. Mucha gente piensa que al tener hijos has de dejar de hacer cosas que te gustan como tocar en una banda. Justo ahora es cuando tienes que hacerlo. Forma parte de una pulsión, de una necesidad.

 

La formación de la banda ha ido mutando. ¿Cómo conviven las diferentes pieles de Ballena?

Ha sido muy natural porque siempre han sido amigos los que han ido formando parte de esto. Somos cuatro baterías, tres cantantes, tres guitarras, tres bajistas, pero siempre del entorno. La primera persona que metimos fue Alfonso, conocido y amigo, así que fue muy fácil. Después entró Sixto, que es como mi hermano. Tengo una relación tan intensa y tan cercana con él, como la que podría tener con mi hermano. Un teclista que pudiera hacer coros, era lo que queríamos y ahí lo tuvimos. Después entró Johnny, porque Alfon estaba tan liado, ya que él puede dar entre 500 y 600 conciertos al año. Con los que damos nosotros, necesitábamos a alguien, y este chico toca en los estudios de Coín donde grabamos un tema para este disco. Tiramos de él tanto en un momento determinado, que se estableció como el bajista estable, ya que el propio Alfon lo vio como natural. El tema es que al poco de suceder esto, nos empezaron a salir cosas (concierto con Rufus, Cala Mijas, Conciertos de Radio 3…). El proyecto entra tan fácil que es normal que a la gente le guste y no le cueste subirse a él.

«Lo que tiene que tener una canción para que pase el filtro son melodías, en general, no hablo de melodías de voz. Por ejemplo, un arpegio bonito»

Vuestro pop rechaza la obviedad, muta entre la extrañeza, lo que parece que es pero luego no es. ¿Qué tiene que tener una canción para que acabe pasando vuestro corte y la acabéis grabando?

Buena pregunta. Nosotros hemos hablado de esto, en plan, qué tienen en común nuestras canciones. En general, creo yo, hay un sonido Ballena. Es verdad que hay canciones como “Los Cañones de Navarone” o “Tropisálida”, muy dispares. Al final, lo que tiene que tener una canción para que pase el filtro son melodías, en general, no hablo de melodías de voz. Por ejemplo, un arpegio bonito. Nosotros hemos metido solos en canciones, y hay mucha gente en contra de ellos, te buscas enemigos con ellos (risas). No es cuestión de meter muchos en plan Satriani, sino que si escuchas los solos de Álex, se pueden canturrear, hay melodías detrás de ellos. Si escuchas un arpegio, es “canturreable”, y creo que eso marca un denominador común. Hay una melodía siempre, nada está porque sí. Somos muy cabrones entre nosotros tocando, en plan “esa nota del arpegio no me gusta”. Somos muy específicos con las cosas. Si escuchas el disco varias veces, acabarías canturreando elementos como líneas de bajo que se pegan. Cada uno escucha lo suyo, yo escucho mucho power-pop o jazz, Álex le da al rock progresivo… pero tenemos todos ese elemento en común, el gusto por la melodía.

¿En qué andáis metidos ahora?

Estamos al día ahora mismo, con la gira por salas, disfrutando el momento y de esta oportunidad tan importante, con muchas ganas también del Cala Mijas, y lo demás que vaya saliendo. Queremos usar el GPS (Girando Por Salas), como una especie de probeta o laboratorio para probar un set que nos sirva para el Cala Mijas, ya que allí no hay teloneros ni nada, llegaremos y haremos nuestro repertorio del tirón. A veces, basta que ahora estemos en varios sitios, para que puedan salir más cosas, es impredecible.

Escucha ‘Fuerteamor’ de Ballena

Próximos conciertos de Ballena

Viernes, 23 de marzo – VALENCIA – Sala Loco Club
Apertura de puertas: 20:30 h
Precio único: 8 €
Venta anticipada on-line:https://lococlub.es/events/ballena-girando-por-salas/

Sábado, 24 de marzo – ALBACETE – Sala Sideral
Apertura puertas: 22:00 h.
Precio único: 8 €
Venta anticipada on-line: https://entradium.com/es/events/ballena-en-albacete

Viernes, 29 de marzo – MADRID – Sala El Sol
Apertura de puertas: 20:30 h.
Precio único: 8 €
Venta anticipada on-line: https://www.wegow.com/es-es/conciertos/ballena-en-madrid-el-sol-gira-gps

Sábado, 30 de marzo – CUENCA – Sala Directo Cuenca
Apertura de puertas: 20:30 h.
Precio único: 8 €
Venta anticipada on-line: https://www.wegow.com/es-es/conciertos/ballena-en-cuenca-sala-directo-gira-gps

Viernes, 4 de mayo – BARCELONA – Sala Vol
Apertura de puertas: 21:00 horas
Precio único: 8 €
Venta anticipada on-line: https://salavol.com/agenda/ballena/

Sábado, 5 de mayo – ZARAGOZA – Sala Creedence
Apertura de puertas: 21:00 h.
Precio único: 8 €
Venta anticipada on-line: https://entradium.com/events/ballena-en-sala-creedence-zaragoza

Sábado, 13 de mayo – SANT LLUÍS (MENORCA) – Sala Musikbox
Apertura de puertas: 22:00 h.
Precio único: 8 €
Venta anticipada on-line: https://entradas.codetickets.com/entradas/id/19022/musikbox/online

 

 

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