Godflesh + Inerth + Adrift (Sala Copérnico) Madrid 11/05/23
Vivimos tiempos en los que disfrutar de propuestas sonoras arriesgadas lejos de la homogeneidad vendida como falsa heterogeneidad es cada vez más difícil. Si nos atenemos al monstruo festivalero, acaparador de todo con tal de sacarse unas perras, digamos que casi roza lo imposible.
Por eso, acudir a presenciar un triple cartel diverso dentro de las sonoridades extremas del metal más exigente y exquisito se antoja casi un milagro. Y eso es lo que vivimos la pasada noche de jueves en Madrid.
La gira de los veteranos Godflesh brindaría por tierras españolas tres fechas en las que el telonero de excepción sería Inerth a lo que habría que sumar un segundo telonero itinerante según la ciudad que en el caso de Madrid fue nada más y nada menos que los también locales Adrift.
Fue este cuarteto el encargado de abrir tempranamente la velada con su sludge metal atmosférico que aportó los primeros momentos a retener de la velada, gracias a las evoluciones de un cancionero absorbente e introspectivo, con sus necesarios extremismos vocales como contrapunto. Decir a curiosos y no iniciados que su guitarrista David López milita desde hace años en Toundra aportando sus certeras dosis de talento.
A continuación, tiempo para la exigencia sin contemplaciones de Inerth. Los madrileños defendieron su reciente Void (22) con rotundidad, si bien su carácter demasiado monolítico hace difícil no caer a la larga en cierta monotonía suplida por una técnica y una entrega máximas.
Tiempo para los protagonistas absolutos de la velada. El dúo que conforman Justin Broadrick a guitarra y voz (encuéntrenle también al frente de ese maravilloso proyecto de post-metal, drone y shoegaze Jesu) junto a G.C. Green y su saturadísimo bajo supone una muralla descomunal montada sobre una drum machine a la que añadir una parafernalia aniquiladora de riffs, voces guturales y líneas de bajo musculadas y férreas.
Un auténtico tour de force para cualquier despistado, pero auténtico grumo de dioses para amantes del cieno. La apisonadora constante se centró en sus dos primeros clásicos, el EP homónimo Godflesh (88) y su primer álbum Streetcleaner (89), siendo de éste “Like rats” uno de los momentos de mayor brutalidad que he presenciado en mi vida sobre un escenario, mejor momento de la noche junto a una desgarradora “Crush my soul” del que para mí es su disco preferido, Selfless (94).
Justo esto es lo que necesitamos como dosis de realidad sin piedad alguna contra el plástico de nuestros días.