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Revólver (Teatro Cervantes) Málaga 20/12/25

Treinta años después de que El Dorado (WEA, 1995) viera la luz y supusiera el despegue definitivo de Revólver, Carlos Goñi y su solvente banda celebran que, en épocas de IA, algoritmos deshumanizados y frenesí digital, una banda que acaparó flashes en las FM más populares del momento, cuando los discos se disfrutaban en el equipo de música y no en el teléfono, es capaz de llenar a reventar una plaza tan exigente como el Teatro Cervantes malagueño y salir ampliamente victoriosos del envite.

Para recrear las canciones de este álbum clave en la carrera de Goñi, se presentó en formato quinteto con Alfred Lorente al  bajo, Miguel Giner a la batería, David Samaniego al piano y el muy protagonista Carlos Escocés al saxofón. La banda rugió perfectamente engrasada y el sonido, potente y envolvente, alcanzó cada rincón de un teatro que había agotado las entradas desde hacía semanas.

El reencuentro con aquellos estribillos que acompañaron esos años 90 en los que parecíamos establecidos en una sociedad del bienestar, resuenan con una inevitable añoranza cuando tres décadas después nos encontramos en una angustioso callejón sin salida a varios niveles. Esas letras que acentúan el valor del amor sincero, las batallas lidiadas con la vida por salir adelante, o la necesidad de cuidar los pilares básicos de nuestra existencia, fueron coreadas por multitud de almas en estado de latente euforia, capaces de reencontrarse con su yo de hace más de treinta años y reconocerlo con todo el tiempo del mundo aún por exprimir.

Respetando el orden riguroso de la obra original, fueron alternándose los singles “Tú y Yo”, “El Dorado” o “No Va Más” con medios tiempos de combustión lenta como “Esperando Mi Tren”, la dylaniana “Lisa y Fran” o la dulce “Si Es Por Ti”. La nostalgia tornó en bonita realidad en el abrazo cálido a esas melodías tan reconocibles arrulladas entre líneas de piano, destellos de armónica o solos de saxo. En estas fechas navideñas, la noche de este sábado de diciembre recreó un guiño sanador a un pasado vigente que formó parte de un capítulo reseñable de nuestro rock de FM. Los formatos han cambiado, pero la esencia de las canciones es impermeable a las tiranías coyunturales. Sobrevive y se agarra al valor intrínseco de un estribillo asociado a un momento concreto, a un recuerdo imborrable.

Una vez repasada la obra en cuestión, con el matiz de colocar la final “Dios En Agosto Está De Vacaciones” como intro, Goñi, quien exhibió una forma excelente en tareas vocales y en términos de destreza a las seis cuerdas, se quedó solo sobre el escenario e interpretó con un nudo en la garganta ante el clamor de un público absolutamente volcado con el compositor y cantante madrileño, sentidas tomas de clásicos de su repertorio antes de que su banda volviese al escenario. En este pletórico carrusel fueron cayendo “Tu Noche Y La Mía”, “El Faro”, “Mi Rendición”, “Si Es Tan Solo Amor” o la final “El Roce De Tu Piel”, en las que el karaoke popular tomó la palabra y extendió su eco hasta las entrañas de un Goñi visiblemente emocionado.

En definitiva, fue una bonita noche en la que se logró bordear la melancolía evitando derivarla en lágrima fácil y prefiriendo vestirla de elegante cuero presentado en forma de pop-rock turgente y creíble.

 

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