Silvio Rodríguez – Para la espera (Ojalá)

Era uno de esos días nulos, esos días de verano en el que nada ocurre. En las que escucho música sin oírla. Me tomo un café, pero no lo disfruto. Me quedo mirando por el patio de luces en el que vivo y no ocurre nada. Pierdo todo contacto con la realidad sin que por eso acceda a un contacto conmigo mismo. Una de esas mañanas para la espera, para encontrar otro día que no sea una especie de limbo donde están ausentes las cosas y las ideas de las cosas. Y en esa mañana en la que no pasa nada fue cuando apareció de nuevo el trovador. El sonido de su guitarra y su característica voz me volvió atrapar de la misma manera que lo hizo cuando era un niño. De la misma manera que cuando lo escuché en directo por primera vez siendo un adolescente. Sus canciones tenían esa verdad que solo Silvio Rodríguez puede expresar; la verdad de ser uno mismo.

Después de Amoríos (2015), su antiguo trabajo donde lo acompañó un formato al estilo Jazz Band, Silvio ha vuelto a ser cantautor con guitarra. Su nuevo disco Para la espera (2020) es un puñado de canciones que nos muestra al mismo cantautor que ha sabido enamorar a todo un planeta. Aquí no vas a encontrar ritmos electrónicos, nuevas bases urbanas o cantos de ballenas. Solo a un hombre y su guitarra reflexionado sobre la vida, la muerte, la libertad y el paso del tiempo. Y sinceramente, es lo que busco y necesito. Y por suerte, no soy el único. La primera revisión que leí decía Bajemos la voz: esta es cosa trascendente. Atenuemos las luces, apaguemos los dispositivos accesorios, dediquémonos a la cosa sustancial. Silencio, se trova. Y es el mismísimo Silvio, imponente y autosuficiente a lo largo de 41 minutos esenciales, quien nos proporciona razón y argumento”.

Y es que este artista cubano nos muestra un estado de forma fantástico en todas las facetas posibles: como compositor, cantante o guitarrista. Trece canciones, de las cuales ya había alguna que conocíamos como es el caso de “Jugábamos a Dios” (2010), compuesto para la película Afinidades, “Viene la cosa” (2016) y “Noche sin fin y mar” (2017), y aun así no las hace perder un ápice de valor.

Un disco que además supone un homenaje a siete grandes personas que siempre lucharon por un futuro mejor y que han fallecido en estos últimos meses. Entre ellos se encuentran Marcos Mundstock (Les Luthiers), el escritor Luis Sepúlveda o nuestro querido Luis Eduardo Aute. Justamente a este último artista inmortal, le dedicó una canción en vida, la mencionada anteriormente: “Noches sin fin y mar”. Canción que el propio Silvio le tocaba a Luis Eduardo cuando este se encontraba en coma en el hospital.

Silvio es así, cercano y directo, un poeta atemporal que no dejará de sorprendernos como demuestra la canción que abre el disco “Adivinanza”. Y es que en todo el disco Silvio también hace las segundas voces, toca el bajo o realiza la percusión. Canciones como “Aunque no quiero, veo que me alejo” nos habla sobre el último mensaje de un amante a su amada antes de morir. “Conteo atrás” supone una metáfora, tanto personal como colectiva; si deseamos avanzar, debemos tener voluntad de aprender y ser autocríticos. Una de las canciones más llamativas es “Modo Frigio”, un tema que según nos explica el propio Silvio Rodríguez: “Fue una canción que soñé, hay canciones que sueño. Y cuando la estaba escribiendo me pareció que podía haber sido una canción de Alberto Cortez. Estuve esperando a verlo para mostrársela, pero no me dio tiempo, de pronto se había ido”.

Otro de los temas que nos presenta este disco es “Danzón para la espera”, canción que pone nombre al álbum. Esta cuenta la historia de una persona que empieza a realizar un trabajo, pero tarda tanto tiempo en terminarlo que el motivo por el que lo empezó ya no tiene sentido.

Es cierto que este disco no tiene el toque político y reivindicativo que tienen algunas de las canciones que nos ha presentado Silvio, e, incluso, podemos encontrar que no existe una conexión directa entre unas y otras canciones a parte de los sentimientos afines. Son canciones introspectivas, suaves y que expresan a la perfección el trabajo de toda una vida. Y es que, al final, este nuevo disco no deja de ser el decimonoveno en toda su trayectoria. Una vida entera dedicada a la música.

Escucha Silvio Rodríguez – Para la espera

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