The Besnard Lakes – Are The Roaring Night (Jagjaguwar / Popstock!)
Las críticas del nuevo álbum de The Besnard Lakes, Are The Roaring Night (2010), hablan de shoegaze, de My Bloody Valentine, de Low, de dream pop, de Cocteau Twins o de Sigur Rós. Dado el origen canadiense de la banda, también surgen una y otra vez los nombres de Arcade Fire o Broken Social Scene. Finalmente, como ya es norma en estos últimos años, se remueve hasta la última nota del disco para buscar (y encontrar) paralelismos con los Beach Boys. Todos ellos grandes nombres, por supuesto, aunque algunos citados con más motivos que otros, en un batiburrillo de referencias que se asemeja bastante a un puñado de dardos lanzados con los ojos vendados: siempre hay alguno que da en la diana.
Basta escuchar el principio del disco, con la suite (dividida en dos partes, la primera de ellas un breve instrumental) “Like the ocean, like the innocent”, para darse cuenta inmediatamente de que, al menos en este álbum, las canciones de The Besnard Lakes se sostienen sobre la mullida colcha que proporciona el rock progresivo que leyendas como Pink Floyd o Yes llevaron hasta la perfección en la primera mitad de los 70. Si añadimos que la voz en falsete de Jace Lasek (la mitad de la banda junto a su pareja Olga Goreas) recuerda por momentos a Roger Hodgson tanto como a Jon Anderson, este puede ser el inicio de una gran amistad con los fans del mejor prog rock de los 70.
Cierto es, no podía ser de otra manera, que el disco suena bastante más actual de lo que pudiera parecer dados los referentes citados. Las guitarras de My Bloody Valentine amenizan algunas entradas y salidas de canción, hay ambientes fantasmagóricos a lo Sigur Ros, pop cósmico que podría llevar la firma de Hawkwind, ecos post rock de la última década, momentos de ebriedad instrumental que recuerdan a Early Day Miners, Low, incluso (soñar es gratis) a Flotation Toy Warning…
De hecho diría que los esfuerzos por sonar actuales juegan de alguna forma en contra del disco. Sólo ese afán explica que se escogiera “Albatross” como primer single, habiendo canciones mucho mejores (aunque más largas, claro, tremendo inconveniente en estos días de rápido picoteo donde los gigas valen su peso en oro…) Por citar alguna, “Light up the night” es la canción que mejor refleja lo que es el disco: una tímida entrada, una parte central emocionante y ensoñadora aunque algo repetitiva, y un final apoteósico en el que se mezcla el sonido de Pink Floyd en sus primeros discos de los 70 con la nueva psicodelia del siglo XXI y la épica moderna que parece inherente a los grupos que llegan desde Montreal y alrededores.
Menos abigarrados y dispersos, más fieros y centrados que en …Are The Dark Horses (2007, Jagjaguwar / Green Ufos), The Besnard Lakes han mejorado a base de soltar lastre, afilar su sonido, encontrar su personalidad y dotar de matices menos obvios a sus canciones. El resultado es un disco que no inventa nada ni cambiará la vida de nadie, seguramente, pero que resulta esencial para quien busque salirse del sota, caballo y rey en que se ha convertido la mayor parte de la música (indie y no indie) que fluye del manantial de la actualidad. Afortunadamente, parece que todavía no está seco del todo.