Bunbury

No hay sólo una forma de pensar, ni de coña

Enrique Bunbury vuelve a la actualidad musical con un nuevo álbum, “El Viaje A Ninguna Parte”, nombre que toma prestado de la película de Fernando Fernán Gómez, con quien comparte además ese espíritu indomable y esa mala leche nada insana. Su nuevo trabajo fue concebido en un prolongado viaje que el artista aragonés realizó por diversos rincones del mundo, pero especialmente por Latinoamérica. De este viaje y de este disco estuvimos hablando con él.

“El Viaje A Ninguna Parte” ¿Utilizas el viaje como búsqueda de nuevas realidades o cómo válvula de escape de una realidad que no te gusta?

El viaje tiene siempre muchas lecturas. Tiene una lectura de movimiento, simplemente de conocer lugares. De lugares que no conoces o que conoces y quieres aproximarte un poco más. En este caso también existe una lectura musical. Es un viaje musical a través de los palos y géneros de raíz que más me interesan de América, desde Argentina hasta Chicago. Luego tiene una parte de viaje interior, una búsqueda de respuestas y soluciones a determinados problemas personales.

Dicen que al viajar, al igual que a leer, no importa tanto la cantidad sino la calidad. No importa tanto la cantidad de veces que lo hagas sino el modo en que lo haces. ¿En qué elementos basas tu viaje?

Para mi viaje, a diferencia de turismo es la distancia más larga entre dos puntos, siempre, y tiene que incluir la carencia de billete de vuelta. Y, cómo último punto esencial, debes hacerlo solo. A partir de ahí, para mí están muy claros los que considero viajes míos personales y cuáles son traslados de un lugar a otros por circunstancias personales, o los que son viajes de turismo en los que te vas con tu chica a un lugar muy bonito. El viaje para mi tiene que tener esas tres características.

A la hora de afrontar una gira, como vas a hacer ahora, ¿queda muy limitado ese concepto de viaje?

No, claro, ahí no entra el concepto de viaje, entra el concepto de traslados de un lugar a otro. Lo que pasa es que me gusta tanto viajar en todos los aspectos, incluido el turístico, por supuesto ir de gira, que ahora mismo tengo muchísimas ganas. Es de lo que más me apetece.

Quizás porque vengo de un año en el que me he volcado prácticamente en exclusiva a componer canciones, a preparar este disco, hice también el de Bushido, terminamos lo del DVD de Flamingos, hicimos el disco de tributo homenaje a Leopoldo María Panero, y bueno, también hice canciones para el último disco de Raphael, “De Vuelta”.
Fue una época muy buena de componer y de hacer proyectos creativos, que es digamos el motor de lo que me dedico y la verdad es que ahora veo como un descanso bah…ciento veinte conciertos. (risas) Me apetece mucho, me apetece por muchas canciones que quiero tocar, de repente hay mucho material para introducir en el repertorio.

Guardas una relación muy especial con tus seguidores, alguno de ellos muy fanáticos, ¿cómo esperas el reencuentro con ellos?

Bueno, tengo que decirte que los fanáticos no me interesan, no me gustan. No me gustan ni en mi ni en la vida real. Los fanáticos me dan mucho miedo. A mi me gusta la gente que le interese este disco o cualquier otro disco anterior, cualquier canción que haya hecho.
Que vengan a cualquier concierto y que disfruten me parece fantástico. Yo creo que este disco, para quien más o menos me ha seguido, no veo razones para que no le guste. En todo caso que hablo más de la cuenta, que en este disco hay mucho texto, pero no creo que la gente se entorpezca de acceder a las canciones.

La gira empieza en España, luego vas a Latinoamérica, ¿encuentras muchas diferencias en cómo te recibe el público de un lado y otro del Atlántico?

Bueno, existe una diferencia formal bastante bestial, en cuanto a que aquí, joder, pues estamos en un país en donde hay muchas diferentes culturas en muy poco territorio y puedes acceder a todas ellas por carretera. Es una gira en la que estás moviéndote de un lado a otro con la banda por la carretera y es una cosa más próxima, también con la gente.
En cuanto saltas a Latinoamérica de repente las distancias se vuelven todas muy grandes incluso en el mismo México, el estar en DF, Guadalajara, Monterrey ya hay muchas veces que tienes que coger aviones. Cuando tienes que cambiar de país, definitivamente, cuando vas a Guatemala, o cualquier otro lugar. Entonces ya estás utilizando un medio de transporte que es de largas distancias y en muy poco tiempo llegas a culturas muy diferentes.
El poder irte a Argentina a Perú, visualmente, los olores, los sabores, todo cambia de una forma muy bestia, muy radical y digamos que es más emocionante cambiar de país. Luego la relación que tengo con algunos países, con Argentina, México principalmente y algunos países de Centroamérica, es muy especial.
Digamos que no han separado de forma tan bestia lo que es mi carrera en solitario de mi carrera con Héroes, que he seguido yendo ahí todos los años y hay una relación muy bonita, la verdad. Estoy muy contento de cómo me tratan allí. La verdad es que estoy muy agradecido.

Ahora que citas a Héroes, ¿queda algo de ellos en Bunbury?

El cantante es el mismo, pero también es otra persona. Ten en cuenta que yo estuve en mi veintena, e incluso antes, desde los dieciséis años, quince años, en Héroes hasta que cumplí veintiocho o veintinueve. Y digamos que la carrera de Bunbury en solitario es más en una edad adulta y menos chorras.
Intento hacer menos el chorras y concentrarme en las cosas que importan de verdad, o que me importan ahora mismo de verdad. También tengo las cosas más claras, creo que Héroes fue demasiado éxito demasiado pronto y que no es bueno tener éxito tan pronto siendo tan joven. No lo veo bueno para nadie. Creo que es una putada. Supongo que habrá gente que lo llevará mejor, pero yo no lo llevé bien. Es muy perjudicial para la salud. Para todo. Para la salud mental sobre todo.

El disco parece crudo, más cercano al directo y alejado de la producción.

Totalmente de acuerdo. De hecho premeditadamente cogí a los ingenieros, al equipo que éramos cinco personas y les di el discurso explicándoles lo que quería en este disco…nuestro error sería si tu como ingeniero de captación, tu como ingeniero de mezclas, yo como productor, tu como ingeniero de pro-tools, cada uno de los que estábamos, si se nos oía de alguna forma en el disco eso era un fracaso.
Yo había hecho un trabajo previo de tres meses con la banda, trabajando mucho con los arreglos; para mi lo importante era que lo que tocara cada músico sonara lo más bonito posible y si alguien hablaba de algo de este disco fuera “qué bonito toca la trompeta”, “qué bonito es este solo de violín, “qué bonito esta cosita que está sonando aquí”, “mira la guitarra lo que está haciendo”, “mira que texto”, “mira que canción”. Eso es en lo único que quería que se fijara la gente. Quería eliminar el concepto de productor de los noventa principalmente y de los ochenta y centrarme en el concepto de productor de los cincuenta y los cuarenta que era el productor arreglista. El productor más cercano a Quincey Jones, a los productores de Sinatara , por ejemplo, que eran gente que lo que hacía realmente era contribuir en los arreglos.
Era embocar los arreglos, dirigir los arreglos, pero no había un concepto de sonido, un concepto sónico. Quizás los primeros que ponen un pie en cada lado son George Martin y Phil Spector. Ambos dos en los que ya empiezan a interesarse un poquito por el sonido y por las nuevas tecnologías que hay en ese momento, que se reducen al stereo y a poco más, a hacer grabaciones y una serie de cosas. Pero no quería utilizar ninguno de los trucos que ya se han utilizado a lo largo de la historia para producir un disco. Quería reducir todo a: sois músicos, tocar de puta madre, con sentimiento, vamos a elegir la toma buena, a tocar lo más posible en directo. No hay claqueta en este disco y hay muchas cosas que son contrarias a la forma de producción del día de hoy.

¿El tomar en tu disco elementos que en su mayoría proceden de Latinoamérica tiene que ver con lo bien que te sientes en Argentina y México o ha sido un trabajo estrictamente de investigación?

Yo creo que es más por eso, independientemente de que también ocurre lo otro. Yo ahora estoy prácticamente viviendo en México y me siento muy a gusto en Latinoamérica. Los viajes que he hecho por los países Latinoamericanos me apasionan, me siento vivo.
También porque hemos vivido una etapa en España culturalmente muy pobre. Afortunadamente las cosas parece que pueden cambiar en el futuro. Esperamos que ZP haga algo. Yo creo que es muy probable que ocurra. También creo que existe esa ansia en la calle. Veo mucha gente que hace cosas pasando olímpicamente de los grandes medios de comunicación, de las grandes compañías. Gente que se autogestiona cositas y que aún así, la dificultad del mercado no le impide ser creativo, tanto en música, como en literatura, en pintura veo que vuelve a haber cosas. En el mundo del vídeo hay mucha gente y en el cine. Creo que hay algo que está bullendo por ahí muy interesante.

En tu página web aparece reflejada la discografía pirata. ¿Cómo ves el mundo de la música, la aportación de la industria, la aparición de internet y sobre todo cómo afecta todo esto a la parte más sensible e importante, que sois los artistas? ¿Cómo crees que está evolucionando el tema?

(silencio) La industria de la música es una industria muy joven. Es una industria que tiene cien años. Antes de la industria de la música existía la música, puede que la industria de la música se vaya al carajo, puede ser. Yo creo que la industria de la música se adaptará a los tiempos, creo que simplemente le está costando mucho adaptarse a los tiempos. De hecho a día de hoy todavía no conozco ninguna compañía que realmente esté adaptada del todo a los tiempos.
Creo que todavía van un par de pasos por detrás. También entiendo que es una maquinaria muy pesada y que el cambio tiene que venir muy poco a poco y de forma global. Pero a mi no hay nada que me asuste, ningún cambio me asusta. Porque si tengo que volver a los escenarios, bienvenido, si es a lo que me dedico. Si tengo que volver a hacer canciones y a valorar la canción en sí porque es lo que se va a colgar en internet, ningún problema, si es a lo que me dedico. La única diferencia es ¿cuál es el problema? ¿La posible desaparición del formato? Ningún problema, nunca tuve ningún cariño al CD, lo tenía al vinilo, al CD no lo tengo, me da igual que desaparezca. No tengo ningún problema. Me da totalmente igual.
Y creo que lo que tenemos que hacer es adaptarnos a los tiempos y a partir de ahora creo que va a salir mucha gente con buenas ideas. Yo creo que la crisis ayuda un poco a explotar el cerebro, a ver qué se nos ocurre para enfocar ellos el negocio, lo mío está muy claro lo que tengo que hacer. Creo que cada uno tiene que moverse en su terreno, que cada uno aguante su vela, en cierto modo. La mía es hacer canciones. A mi se me puede exigir que haga mejores canciones y, de hecho, lo juro que lo voy a intentar, y mejores conciertos. Eso es lo que puedo hacer. Luego lo demás es cómo vender, o cómo extender eso, cómo intentar comunicar con la gente. No me preocupa porque eso nadie sabrá hacer que se vaya a perder la comunicación con la gente, se está hablando de otras vías de comunicación.

Cambiando de tema, creo que a lo largo de toda tu carrera has desarrollado un personaje tanto en el escenario como de cara a los medios de comunicación…

…te iba a decir Broadway, el cabaret berlinés, todas esas cosas en cierto modo es como representar, añadirle un componente extra a la interpretación en directo. Pero siempre lo he creído, creo que eso está desde el principio de los tiempos. Siempre ha habido un poco de interpretación y ha sido necesario para la mejor comprensión del contenido de las canciones. Pero eso también va con el carácter de cada uno. A mi me va. Yo me siento muy mal si hago de mí mismo encima de un escenario.
En cierto modo busco un personaje en el que disculpar todas mis burradas. Un personaje que se pueda llevar todos los palos. Y también creo que luego para la gente que va a un concierto es más agradable tener algo donde mirar que ir a un concierto para escuchar música simplemente, cosa que también me gusta mucho. Pero en principio para eso tenemos música en nuestra casa, tenemos nuestro equipo, suele sonar mejor, tengo mejor vino en mi casa que en los bares donde vamos y no me empuja ni me pisan los pies (risas). Entonces creo que para ir a ver a un concierto añadir algo de componente escénico es positivo. Pero es mi visión y acepto la otra totalmente.

De cara a los medios de comunicación, tienes fama de polémico, de decir cosas políticamente incorrectas…

Es lo que más me gusta. Pero eso sí me gusta mucho en la vida diaria, de hecho me corto mucho en la vida diaria. Me corto mucho porque realmente creo que gente como yo o como el loco o como Fernán Gómez somos la prueba evidente de que el discurso de valores dominante está convirtiéndose como una forma obligatoria de pensar o que nos está llevando al pensamiento único como si no hubiera otras formas de pensar.
Entonces creo que está bien que haya unos cuantos que digamos “eh, no, no hay sólo una forma de pensar, no, ni de coña, hay más”. Entonces voy a plantear una burrada ahora mismo y la soltamos, o por lo menos yo suelto algunas burradas. Y creo que cualquier de mis burradas por lo menos algunos dirán “bah, se ha pasado, está ahí llamando la atención”.
No es llamar la atención, en cierto modo es a lo mejor deberíamos pensar o reflexionar sobre este tema. No digo que yo tenga la razón, porque de hecho no la suelo tener casi nunca, pero si sobre algún tema se puede reflexionar y replantearte las bases sobre las que has vivido durante mucho tiempo como inamovibles creo que es positivo. Creo que de la duda parte la posibilidad de hacer una canción mejor y la de hacer un mundo mejor, que no sé hasta que punto es más lógico.

No crees que al llegar la madurez te irás ablandando y que a la vez …

¡Yo tengo todas las de Fernando Fernán Gómez, tengo todas las papeletas! (risas)

Aparecen muchos colaboradores en tu nuevo disco, Mastretta, Mercedes Ferrer y también gente de Bushido. ¿Ha influido mucho tu experiencia en ese proyecto a la hora de trabajar en este nuevo trabajo?

Creo que se oye claramente que no son iguales, pero sí que hay cosas. Yo recibo un buen aprendizaje de Bushido. Muchas cosas que me gustan especialmente de ese espíritu. La inmediatez, la espontaneidad, … vivir dentro de una canción. Todo eso son cosas que con Bushido hemos vivido de forma muy descarada, muy bestia y en cierto modo eso también tiene que ver con “El Viaje A Ninguna Parte”. Pero “El Viaje A Ninguna Parte” lo empecé a componer antes de grabar Bushido. Empecé en enero y Bushido lo grabé en mayo o algo así. Pero son proyectos que han convivido juntos han estado sucediendo más o menos en el mismo tiempo.

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