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Conor Oberst – Ruminations (Expanded Edition) (Nonesuch/Warner)

A veces la vida da segundas oportunidades, y algo así es lo que ocurre con este fantástico disco de Conor Oberst que en su momento pudo pasar bastante más desapercibido de lo que sin duda merecía, difuminado entre la maraña de lanzamientos presentes cada temporada. Por eso esta reedición de Ruminations (Nonesuch, 16) –versión extendida con cinco canciones adicionales con respecto al original– es más que bienvenida, invitando a solventar el posible error de antaño y rememorando la calidad de su contenido.

El álbum vio la luz hace ahora cinco años y fue el séptimo disco firmando en solitario por Oberst, al margen de su proyecto principal como Bright Eyes y otras aventuras del tipo de Monsters Of Folk o Desaparecidos. Precisamente estas piezas surgieron tras la forzosa cancelación de la gira de Desaparecidos allá por 2015 por enfermedad del cantante, y a partir de su posterior encierro en la casa que éste posee en Omaha. Un disco de marcado perfil acústico, en el que el vocalista se acompaña únicamente de guitarra acústica o piano, añadiendo líneas de armónicas a la ecuación. Es así como el norteamericano completó un disco de indisimulado perfil clásico, que tenía su principal referente en el folk desnudo del Bob Dylan de sus comienzos.

En cualquier caso, la cadencia del artista por el pop (la misma con que le ha llevado a firmar títulos mágicos) tiende a asomar muy ligera y puntualmente, para enriquecer y favorecer aún más a un conjunto que en inicio contó con un total de diez temas. Un decálogo que se abre con la magnífica “Tachycardia”, y que tiene otras destacadas en “Barbary Coast (Later)”, “A Little Uncanny”, “Mamah Borthwick (A Sketch)”, esa “Till St. Dymphna Kicks Us Out” que remite a Elton John, “The Rain Follows The Plow” o “You All Loved Him Once”. Un listado al que cabe añadir ese puñado de temas extra, entre las que destacan “Overdue”, “Afterthought” o una “Napalm” que nos recuerda cuanto añoramos a Neutral Milk Hotel.

Conor Oberst prueba en ‘Ruminations’ (Nonesuch, 16) que, cuando el material es bueno, las propias composiciones no necesitan de adornos ni apostar por un tipo de empalago que suele ser contraproducente, y conviene dejar que los mimbres tomen el protagonismo y cundan emocionalmente. Es desde el buen gusto habitual en el músico y esa premisa del ‘menos es más’, como el de Nebraska consigue completar un disco tan conmovedor, doloroso y sentido como resulta ser esta referencia, apurando la incidencia del mensaje y también la nostalgia y belleza de las canciones.

Escucha Conor Oberst – Ruminations (Expanded Edition)

 

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