Conciertos

El Columpio Asesino + Trajano! – Ocho y Medio Club (Madrid)

El Columpio Asesino volvieron a Madrid, tras agotar la primera noche programada en la sala Ocho y Medio, para demostrar una vez más que su directo sigue siendo de los más agraciados que se pasean por España. Con una potencia mucho más certera que en anteriores ocasiones, los de Pamplona acertaron de pleno en una noche de éxito. Presentando las canciones de su último álbum «Ballenas Muertas en San Sebastián» (2014), la velada resultó una excusa perfecta para que el grupo se vistiera de largo. Arropados por un sonido estupendo, reventaron la sala ayudándose de unas canciones cuya producción siempre es fiel a lo recogido en el estudio. Luego está el tema de la presencia sobre el escenario, es hipnótico ver como manosea enérgico Raúl Arizaleta la guitarra, quien debiera ser explotado como la imagen más canalla del grupo a lo Keith Richards, y fascina por momentos la pegada que tiene su hermano Álvaro, cabeza visible del grupo conjugando baquetas y micrófono. Luego está Cristina, la princesa de extrarradio que sirve de conexión entre el grupo y el público, y que cada vez cobra más protagonismo en el escenario, prácticamente ya es la única que habla al respetable, espacio que evidentemente le ha cedido Álvaro.
El del viernes fue un concierto muy especial (me temo que también especialmente recordado por Cristina Martínez y los problemas que le dio el cable de su guitarra), por el goteo de colaboraciones que ayudó a que el divertimento y la fiesta se dispararan antes de que llegara el ecuador del concierto. Arrancaron tocando un amplio repertorio de su último álbum, cuyo primer single homónimo es un muy digno sucesor de su canción más conocida. Pero hubo tiempo para mirar atrás en su discografía, dedicatoria incluida a los que habían repetido esa noche. Fue a continuación cuando dieron la primera sorpresa anunciando la colaboración de La China Patiño de Cycle (entre el público también se paseaba David Kano) quien subió a hacer su mojigaterías habituales, mientras que le daba color con su peculiar voz a las metálicas canciones de los navarros. El guitarrista y el cantante de León Benavente, también fueron llamados a capilla para poner la guinda del pastel, especialmente este último, Abraham Boba, que tuvo el honor de ponerle voz al tema más esperado de la noche, «Toro».
Llegando al final, nada nuevo bajo el Sol, otra vez la desmadrada versión del «Vamos» de Pixies junto con todos los que habían pasado por el escenario, incluyendo los miembros de Trajano,  que fueron los teloneros de esa programación.
Trajano! son un una banda construida casi a imagen y semejanza de Joy Division. Su cantante, impostada o no, puede presumir de una innegable voz de barítono a lo Ian Curtis, convirtiéndose en el mayor reclamo de la banda. Picaba la curiosidad acercarse a escuchar unas canciones que bebían a borbotones de las conocidas composiciones de los de «Madchester». Pena que los problemas de sonido se les acumulasen, y se amontonaran los instrumentos unos sobre otros, porque la presencia y la propuesta cuando se pudo deshilar el batiburrillo sonoro funcionó de maravilla. Incluyendo hacia el final una tranca incontrolada de entusiasmo que encendió la chispa finalmente. Más vale tarde que nunca.
 
 

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