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Entrevistamos a Subtónica

Subtónica nació como un apéndice extirpado a Estirpe –jugoso y apropiado juego de palabras, permítaseme-, la banda que comandó durante años el enorme Mart (Manuel Martínez Jr., para más señas), hijo del eterno líder de Medina Azahara y músico completísimo que llevó a los suyos a tocar en escenarios internacionales y publicó discos en los que el rock duro de los inicios dejó paso a un aire más limpio en el que tenían cabida corrientes de todo tipo. Tanto espacio había al final que el otro miembro fundador, Javier Estévez, batería y letrista por encima de todo, decidió que la continuación de su carrera debía pasar por hacer canciones de puro pop, accesibles en sentimientos y formas y producidas por él mismo y un reducido equipo de colaboradores que se hace fuerte en las cinco canciones de Creer Para Ver, un primer trabajo corto de calado lento pero profundo. Con este artista vocacional, profesor titulado en la cátedra de música de la Universidad de Córdoba y oído versado en infinidad de soniquetes charlamos una mañana de sábado entre el frenesí de una céntrica cafetería cordobesa en la que me reafirmé en la idea de que las personas hacen a los músicos y no al contrario. Así dibuja el universo creativo de una banda que básicamente consiste en él mismo y sus circunstancias.

«Subtónica era y sigue siendo un desafío en todos los sentidos y la motivación fundamental es hacer canciones que me conmuevan, que me emocionen, independientemente un poco del estilo»

¿Cómo se lleva a cabo una transformación sonora así, al pasar de un sonido de raíces mucho más duras, con bases más rotundas y de unas características tan marcadas como las de Estirpe a una propuesta más abierta al pop, con otras líneas melódicas radicalmente opuestas y orientado en otra dirección?

Sí, la verdad es que musicalmente es algo bastante distinto. Por contextualizar un poco, creo que el primer disco de Subtónica salió en 2014 y yo dejé Estirpe en 2012 si no recuerdo mal. Salió todo de forma natural, aunque yo venga del rock duro, del metal, y he tenido una época en la que fue una música que me marcó fundamentalmente como adolescente, yo siempre he escuchado mucha música dentro de mis compañeros en Estirpe, aunque practicásemos esa onda. Grupos como Depeche Mode me han acompañado desde que tenía ocho o nueve años y quería un poco sondear y moverme en otros espacios sonoros por pura curiosidad y ganas de aprender. Comencé a hacer mis pinitos cantando y componiendo, porque yo en Estirpe era el letrista y batería pero nunca había compuesto música, salvo puntualmente en alguna canción, y era todo un reto. Subtónica cuando empezó, y ahora mismo también, era y sigue siendo un desafío en todos los sentidos y la motivación fundamental es hacer canciones que me conmuevan, que me emocionen, independientemente un poco del estilo. Creo que siempre va a haber algo de lo que yo he escuchado y claro, es como un peso muy grande y no se olvida nunca. ¿Qué pasa? Que a veces sale un poco más y otras veces un poco menos, pero sí que es cierto que me apetecía moverme en la onda de grupos como The Cure y cosas también muy de autor, tipo Antonio Vega.

 

Al hilo de los artistas que comentas, son canciones en general con un tono más introspectivo, como mirando más hacia adentro.

Sí, de tener más libertad a la hora de enfocar un texto y no arroparlo de esas guitarras o esas bases rítmicas tan contundentes. Ahora en lo nuevo que estoy grabando, que estoy terminando las voces de cinco temas, ha salido un poquito más de mi rock noventero y para final de año o principios de 2024 lo publicaremos. Me muevo en otras atmósferas que quería probar y hay una parte del mensaje que sí es la misma, es algo que siempre me ha gustado trabajar y con Subtónica estoy moviéndome en cuestiones de actualidad, que también lo hacía con Estirpe, y al final mi pasión es hacer canciones en mayúscula, independientemente del estilo. Vas viendo los discos de ambas bandas y reflejan lo que he sentido y vivido en mi entorno y con mis compañeros, incluso también mi época como padre, y todo es un resumen de lo que está ocurriendo y una radiografía de mi vida.

Es como lo que suelen afirmar la mayoría de músicos, que cambian de proyecto o de sonido cada cierto tiempo, o dejan a sus bandas para hacer algo que suena radicalmente opuesto cuando en realidad no lo es tanto porque la base y la esencia siguen ahí de un modo u otro.

Para mí el sentido está en que las letras reflejan una forma de transmitir y una inquietud, lo que pasa es que cada año y cada contexto la ventana es distinta. Las herramientas también, la manera de enfocar… Como te decía, antes yo no componía las canciones, y ahora al componer la música la manera de construir la canción es muy distinta. Hay menos corsés en el sentido de que antes teníamos una manera, un estilo, dentro de que Estirpe también era muy abierto, pero ahora no tengo ni una masa de público tan grande a la que convencer o contentar, y a la vez tengo también muchas personas a las que puedo convencer. Es un poco contradictorio pero en el fondo es así, con lo cual me siento totalmente libre para enfocar un tema, más rock, más melódico, más autor, un poco más electrónico, que es algo que me ha gustado siempre y tengo gotitas electrónicas en algunas canciones, pero siempre con un punto de oscuridad con referencia a esas bandas que siempre me han inspirado. Últimamente intento no pararme mucho a pensar, sino construir, componer mucho con guitarra o con piano a partir de una idea. Lo que más me gusta decir en las entrevistas que Subtónica no tiene un estilo definido, además a gente cercana les pongo alguna canción nueva y me dicen “pero este tema no es muy de tu estilo, ¿no?”, y yo les digo “¿cuál es mi estilo?”.

Otro viejo cliché, el de no encajar, o más bien no pretenderlo, en algo que el oyente medio pueda clasificar de alguna manera. ¿Es más bien que la mayoría no se da cuenta de que ahí había también esas otras capas o esas otras inquietudes que ahora son más evidentes?

Claro, y eso me hace sentir muy motivado porque escucho mucha variedad musical y afronto cada disco, cada reto de composición, con absoluta libertad en todos los sentidos, no tengo que pensar que voy a hacer este tipo de riff o de base rítmica porque creo que tiene cabida para tocar en un festival. Estoy totalmente alejado para bien y para mal, porque al final necesitas entrar un mínimo en la industria para que puedas tocar y hacer giras pero bueno, esa es una de tantas contradicciones de los músicos.

Eso me recuerda a una frase incluida en uno de los últimos discos de un músico al que ambos admiramos, que no es otro que Enrique Bunbury, cuando dice aquello de “cuanto más me limito más me libero”. ¿Puede ser esa una de las claves de la evolución personal y artística?

Es cierto, y a la vez lo que estás haciendo es lo de menos es más. Estoy de acuerdo, dentro de que nos estamos moviendo dentro del mundo de la canción popular, por decirlo de alguna forma, no es algo que conlleve experimentación, es un formato pop de tres, cuatro o cinco minutos con estrofa, puente y estribillo como se suele hacer. Cuantas más canciones hace uno se da cuenta de lo complicado que es hacer una buena canción. Yo cada vez estoy más convencido de que hacer una buena canción, ya no sólo que perdure, porque eso ya depende de qué impacto tenga en ese momento, pero el hecho de decir que hay una buena canción y que tú seas capaz de emocionar y transmitir y no caer en algo que ya está trillado es muy difícil. Cada vez tenemos más acceso a música de todos los países y de todos los géneros y uno se enriquece pero a la vez se da cuenta de cuánta buena música hay por ahí.

 

¿Procede el término cantautor aún hoy, cuando los procesos de producción han pasado a ser tan personales y no sabemos muy bien hasta dónde llega la mano del creador, del compositor en este caso, en el resultado final?

Sí, a mí no me molesta porque realmente parece que lleva asociado un tipo de estilo pero si lo compongo y lo canto soy autor y cantante, así que no tengo ningún problema. A veces parece una especie de formato banda y yo tengo la suerte de que cuando lo llevo al directo, por ejemplo este último EP Creer Para Ver, he hecho dos formatos: Uno cuando he podido ir con banda, que he hecho algo parecido a lo que se ha hecho en el disco, porque yo grabo las baterías; y luego en formato acústico he ido con un guitarrista y lo hemos hecho con guitarra eléctrica y yo con algunos cacharros, algunas pedaleras y samples y tal, y la acústica. Hemos simultaneado las dos formas y creo que mis canciones permiten y aceptan guitarra y voz, porque así nacen, y con un texto. No es como si Rammstein o grupos en los que esa instrumentalidad es la que emociona y la que trasmite tanto lo llevaran a un terreno unplugged o muy minimalista, sería más complicado, pero lo mío realmente nace así.

En Creer Para Ver hay bastante variedad. Si nos fijamos bien, la primera canción está basada en varios samples; pero luego las siguientes se componen básicamente de piano y voz. Esto ya es un indicativo de cómo se pueden componer los temas, pero no sé si cuando estás en tu cuarto o en el lugar en el que compongas te imaginas cómo van a quedar, cómo van vestirse finalmente las canciones, si con más guitarras, con piano, con bases…

Normalmente algunas ideas las tengo claras y las construyo en la demo, en el estudio, bastante similares a lo que queda, pero luego intento completarlo con las personas con las que he trabajado, fundamentalmente en la parte de la voz con Javier González, aparte de las melodías y el enfoque de la interpretación vocal, y luego con Pachi García que es el productor. Ahí tenemos como un tira y afloja en el que yo quiero justamente que ellos aporten su visión, y hay veces que mi idea principal se mantiene y otras veces que en la parte musical hay cambios, pues Pachi me conoce mucho, sabe de dónde vengo y sabe de mi apertura, de adónde quiero llegar sin limitaciones y si hay una parte que tiene que ser más rítmica pues va a estar ahí, y si tiene que ser más sentimental o más light en cuanto a dureza rock pues también lo va a limpiar. Luego él es un excelente guitarrista, a mí me encanta cómo toca y las guitarras en este EP son suyas, están grabadas por él. Yo hago una demo un poco básica y a partir de ahí los dos vamos construyendo, y la verdad es que tengo una muy buena relación con él sobre todo a la hora de llegar artísticamente a un objetivo. Tenemos nuestras discusiones, como todo hijo de vecino, pero siempre han redundado, sobre todo en este EP, en que el resultado final nos convence mucho.

Pachi García, Alis para quienes conocemos algo de su trayectoria, tiene su estudio en Baeza si no recuerdo mal.

Sí, lo que pasa es que con un amigo suyo grabamos las baterías en Úbeda, pero su estudio lo tiene en Baeza. Las bases las grabamos en Córdoba. Antes era fundamentalmente porque pillé el Covid, y después de eso me quedó un post Covid muy regular en la parte bronquial. Yo tengo también alergia, en fin… Había días que me levantaba y podía cantar y otros días no podía cantar, entonces estaba con la ansiedad de si al ir a Baeza iba a estar bien o no. Hablé con él, me dejó material y formé mi pequeño home studio, un cubículo que simulaba algo así, y en vez de tardar una semana tardé un mes, porque había semanas que grababa una o dos tomas. Ahora lo que hemos hecho es repetir la fórmula, estoy dedicando más trabajo y más tiempo con Javier González a la parte de interpretación, me estoy exigiendo más como vocalista, especialmente a la hora de transmitir cantando. No en cuestiones de técnica, que también siempre está ahí metida, pero en la parte de transmitir, porque igual que los textos los tengo muy claros y llevo veinticinco años escribiendo letras, como vocalista llevo desde 2014, cuando saqué mi primer disco. El hecho de cada vez que sale un disco hacer una pequeña gira también hace que tenga un poquito de más tablas, y en esas estamos. Esperemos que en un mes o así termine y enviárselo todo a Pachi para que termine de mezclar, porque el resto de instrumentos está todo grabado.

 

¿Será un nuevo EP que va a complementar a este, no?

Efectivamente, son otras cinco canciones. La idea inicial era editarlo todo junto, sacar esta segunda parte y sacar a lo mejor un vinilo o un CD con las diez canciones. El tema es que este verano he seguido componiendo por mi cuenta bastante y hay cosas que realmente me convencen mucho. Me estoy planteando si dejar Creer Para Ver como una cosa que ha salido y ya está ahí, y estas cinco que he grabado más otras cinco nuevas sean un nuevo LP. En lo nuevo que estoy componiendo hay algo, hay dos o tres canciones que las rescato de hace mes o mes y medio y me dicen mucho. Creo que tienen mucha coherencia con estas cinco recientes que he grabado en Baeza, con el estilo y mi forma de cantar, podrían tener una homogeneidad como para un disco con mucha entidad. No lo tengo decidido, de momento voy a centrarme en estas cinco y a lo mejor saco un single sin tener claro si eso va a pertenecer a uno u otro.

Una práctica habitual en tiempos de escuchas y descargas digitales, la de publicar canciones sueltas a modo de adelanto (o no) de algún futuro disco largo sin que en ocasiones se sepa muy bien dónde ubicar el tema en cuestión ni si será un descarte que finalmente se queda únicamente para tocarlo en directo o algo así.

Sí, o como una rareza que queda solamente en digital. Suelo componer casi el doble de las que grabo. Para las cinco, planteé al productor diez y siempre lo hago con él, me gusta mucho que él vea también y decida si esta sí o esta no. Son como hijitos tuyos que te dan luego pena pero no las suelo rescatar, si se quedó ahí se quedó, son unas demos que alguna vez me ha dado por escuchar y si te soy sincero, estoy siempre componiendo y soy de la opinión de que si se quedaron ahí es por algo, a no ser que sea algo, no sé, que refleje la vivencia que yo estoy sintiendo en ese momento. Que una cosa que haya compuesto hace tres o cuatro años tenga vigencia puede ser, hay versiones que son canciones universales y eternas, pero suelo hacer eso, estoy siempre con la guitarra, escribiendo todo el año.

¿Cómo afrontas el tema del directo, en qué condiciones (con y sin banda)? ¿Hay bolos a la vista?

Ahora hay una cosa que me han llamado de Cádiz que no sé si se va a confirmar o no, pero de momento estoy centrado en terminar la grabación esta. El EP ya publicado, Creer Para Ver, que hemos comentado antes, tuvo una pequeña gira, estuvimos en Madrid y varias ciudades de Andalucía. En Córdoba tocamos dos veces: en el Teatro Góngora y con Loquillo en el Filigrana Fest, y tuvimos dos oportunidades de hacerlo en formato eléctrico. Hemos estado también en Jaén, en fin… Hemos hecho ocho o nueve conciertos y de momento no hay nada a la vista. Es cierto que hacer una gira grande a nivel nacional con banda para mí ahora mismo es prácticamente imposible, económicamente inviable, el proyecto no es lo suficientemente conocido como para plantarte a cientos de kilómetros. En Madrid, en Sevilla y sitios así estamos yendo en formato dúo, lo que te decía antes del formato acústico, y la verdad es que me motiva bastante porque es un reto muy grande el defender algo que con una banda tienes otro rollo totalmente distinto. Es cierto que tocar en sitios chicos en formato reducido a mí personalmente me genera mucha motivación por eso, porque tienes a la gente cercana y puedo tocar incluso en horarios que no compito con un show de banda de las diez de la noche sino que puedes tocar por la tarde. Tocar tocaremos seguro para presentar las canciones, y si hay un formato físico pues siempre mola llevarlo también, algo de merchand, y estaremos ahí porque el directo es fundamental.

 

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