Especial: Los hijos bastardos de The Standells (en memoria de Larry Tamblyn)
Larry Tamblyn, teclista, vocalista y miembro fundador de The Standells, falleció este 21 de marzo a los 82 años, según ha confirmado su familia. Con él se va uno de los personajes clave para entender el garage rock estadounidense de los años sesenta y todo su legado mundial.
Fundados en Los Ángeles en 1962, The Standells fueron una anomalía sonora en pleno auge del surf y el pop soleado californiano. Su mayor éxito, “Dirty Water” (1966), se convirtió en un himno callejero con su mezcla de garage primitivo, actitud punk (antes de que existiera el género como tal) y letras que hablaban del lado menos glamuroso de Boston, ciudad que paradójicamente les adoptó como banda fetiche pese a que ellos eran californianos. La canción, con ese famoso verso “I love that dirty water… Oh, Boston, you’re my home”, se convirtió en una pieza fundamental para entender el eslabón entre el garage y el posterior estallido punk, siendo versionada más tarde por grupos como The Inmates o Dropkick Murphys.
Tamblyn, que venía de una familia artística (hermano del actor Russ Tamblyn), fue el alma del grupo. Su órgano Vox Continental, tan ácido como pop, se convirtió en una seña de identidad que definió el sonido de la banda angelina, junto con las guitarras crudas de Tony Valentino y la batería implacable de Dick Dodd, ex Mouseketeer y vocalista principal en varios temas.
Injustamente durante muchos años, en cierta manera, se les encasilló como: “one-hit wonders”, sin embargo; The Standells firmaron un puñado de discos esenciales como Dirty Water Why Pick on Me, Sometimes Good Guys Don’t Wear White ambos en 1966, o Try It (1967) todos ellos con esa mezcla de rebeldía, guitarras repletas de fuzz y producción tan sucia como para anticipar el garaje revival que décadas después encumbrarían a bandas hoy reconocidas como The Fuzztones, The Cynics o The Hives.
Tras su disolución a finales de los 60, y algún que otro retorno fugaz (algunos con poca fortuna) Larry Tamblyn mantuvo viva la llama del grupo, liderando reuniones puntuales y manteniéndose como el guardián del nombre. En el 2010 tuvimos la fortuna de verle por aquí, en una de sus resurrecciones con The Standells, en el madrileño festival Go Sinner Go.
Su muerte no es solo un adiós a un musico, también es un adiós a una forma de entender la música, directa, deslenguada, con los botines en los pies y el alma en el amplificador.
Descanse en paz, Larry Tamblyn. Gracias por enseñarnos que, a veces, los chicos buenos no van vestidos de blanco.
Los hijos bastardos de The Standells
Las teclas blancas y negras afiladas, la actitud callejera, ese sonido de guitarra que huele a válvula quemada de ampli y los botines negros, han sido influencia para multitud de bandas. Aquí te dejo a diez hijos bastardos que, quieran o no, todavía le deben algo más una cerveza a Larry Tamblyn.
The Fuzztones – Bad News Travels Fast
Iconos del garage reviv de los 80. Rudi Protrudi, a los mandos de los eternos The Fuzztones, canaliza (para muchos fusila) a The Standells como si fueran sus padrinos sónicos.
The Chesterfield Kings – She Told Me Lies
En apariencia otra banda revivalista de manual, con una estética y sonido que parecen salidos del Sunset Strip de 1966. Sin embargo, The Chesterfield Kings, son palabras mayores en esto del garage y crearon su propio sonido también.
The Pandoras – Hot Generation
Garage punk femenino de los 80 con espíritu riot y un vox que ruge. La conexión con The Standells está en cada acorde.
The Hives – Main Offender
Quizás una de las bandas de revival garage más famosas del mundo. Riffs agresivos y esa urgencia punk modernizada, con un frotman al frente que nunca falla.
The Black Keys – 10 A.M. Automatic
El blues-punk de sus primeros discos tiene la mugre justa como para abrazar la herencia de The Standells y se merecen estar en esta lista como los que más.
Black Lips – O Katrina!
¿Cómo no incluir a los otros “Black”? Antes de pasarse al country elegante, bueno; todo lo elegantes que pueden ser estos golfos, hacían cosas tan sudorosas como esta.
Ty Segall – Finger
Quizás el gran renovador del garage en el Siglo XXI. Fuzz, actitud y un amor confeso por los clásicos de sonido roñoso.
Bass Drum of Death – GB City
Riffs sencillos, sucios y pegajosos, como una mañana de resaca. The Standells se quitan los botines y las camisas y se ponen unas vans y unas camisetas sudadas.
King Khan & The Shrines – Land of the Freak
Una versión soul-garajera, repleta de psicodelia y teatralidad, con el siempre incombustible King Khan a los mandos.
Fumestones – Out of Tears
Si empezaba esta lista con The Fuzztones, acaba con Fumestones. No podían faltar los madrileños garajeros, que pasearon el legado de The Standells por toda la geografía patria y por gran parte de la europea hace ya más de veinte años.