Gener – Oh, Germanes! (Mésdemil)
A veces las cosas salen de la nada. Desconocemos por completo cuál es su origen, así que asumimos que no debe de haber otra explicación más allá de que no existe explicación. Es fácil. Sin embargo, quizá, sólo quizá, guardan apariencia de generación espontánea simplemente porque estábamos mirando el dedo en lugar de la luna; porque el Big Bang nos quedaba demasiado fuera de campo. Eso es lo que (nos) ha pasado con Gener. Nadie veía venir lo que los valencianos iban a hacer este año; nadie espera a la Inquisición española. Oh, Germanes! ha surgido con la excepcionalidad de ese brote verde que se levanta entre adoquines y brilla al sol como uno de los discos del año.
Nada hacía presagiar que el grupo de Carles Chiner presentara tan sólida candidatura al final de 2016; nada lo hacía prever aunque, de haber tenido en justa consideración su primer disco hace sólo un par de años, estaríamos moviéndonos en otros parámetros de sorpresa. Teniendo muy poco que ver con Oh, Germanes!, aquel El Temps del Llop (enfocado al folk y al blues), más que ofrecer un avance de lo que se vendría este año, nos ponía en la pista de Chiner como creador de momentos. La sorpresa seguiría existiendo, pero no con esta intensidad, ya que la figura pujante del cantante, muy bien rodeado de un grupo de músicos experimentados, adquiría ya en 2014 la entidad de lo que ha confirmado en 2016.
Y esto lo debió de conocer Paco Loco antes que casi nadie; Oh, Germanes! está compuesto en Valencia y en valenciano, pero grabado en el estudio del productor en Cádiz. El resultado es una colección de excelentes canciones que caminan con gracia entre el pop y el soul, y que sobrecoge gracias a la voluptuosidad de la revolución vocal de Chiner y una producción rock que hace que cada elemento suene en el momento preciso; desde los sintetizadores, al teclado o el vibráfono hasta, por supuesto, las guitarras (como las de “Convencionals” o la coda de “Pel jardín de les espines”, por elegir dos), o los coros soul de Paloma y Marta Chiner, y Ana Conca y María José Peris (Las Reinas Magas). Llegados a este punto, es fundamental destacar que una parte importante del aparatoso ascenso de Gener recae en la crucial transición de proyecto en solitario a banda como tal.
En conjunto, Oh, Germanes! se presenta inabarcable en su esplendor; sus once canciones, una detrás de otra y sin espacio para la asimilación, desencadenan un síndrome de Stendhal musical que sólo se puede mitigar con la pausa. En su interior, el disco sale casi a hito por canción. El viraje psicosoul de la iniciática “Vudú contra els senyors de la guerra”, el perfecto artefacto pop-rock de “Convencionals” (“com una Polly Jean de l’Horta Sud”), el estribillo de “Qui t’estima” y, por encima de todo, las baladas de desarrollo inapelable como “La gràcia que tens quan camines”, “Bruixa bruixa (Al·leluia)”, “El meu amor es diu Dolors” o “A Eunice”. Esa exuberancia rock, bañada de inspiración pop y con hechuras soul, convierten al segundo disco de Gener en una de las obras más brillantes del año.
El triunfo de estas once canciones constituye, además, un par de triunfos más de rebote. Dos avances que no pueden quedar en anécdota. Para empezar, el de todo lo bueno que pueda traer consigo el tributo femenino que Chiner ha pergeñado con este disco elaborado a partir del impulso de la mujer en la cultura popular; para continuar, el de una escena tradicionalmente arrinconada y estigmatizada, la de los discos en valenciano, que últimamente empieza a sacudirse los complejos puestos y autoimpuestos desde Valencia gracias a músicos como Carles Chiner o Micalet Landete.