Ghostwoman – Hindisght Is 50/50 (Full Time Hobby)
Ghostwoman, banda creada en 2016 por el cantante y multiinstrumentista canadiense Evan Uschenko que ha colaborado con artistas de la talla de King Gizzard & the Lizard Wizard o La Luz, ahora acompañado de los guitarristas Travis Salty y Nick Hay, el bajista Jon Lent y la batería Eli Browning, nos sorprende con la metamorfosis de su nuevo álbum, Hindsight is 50/50.
Si sus anteriores entregas, Anne, if (2020) y Ghostwoman (2022), bebían del garage, la psicodelia y el pop fresco en composiciones surf con guitarras cálidas como “All the time”, “Along” o “Do you”, o la rítmica “Dead and Gone” o “The end of a gun”, que nos transportaban al garage rock y psicodelia de los 60 y 70, ahora nos arrastran a las cavernas pantanosas y la oscuridad pantanoso del sonido gótico con este nuevo trabajo.
Para la ocasión, han viajado de la costa Oeste de Canadá y se han adentrado en los bosques de Seattle a través de un crucero oscuro, buscando un sonido más tenebroso y sucio, para que los oyentes experimentemos la vida detrás de esas ventanas oscuras con un tono siniestro que nos transporta a una atmósfera inquietante a lo Black Sabbath.
Si antes las voces y lírica se mantenían en primera línea, ahora son casi imperceptibles flotando dentro de nubes de reverberación y deformando la vibración de las guitarras, que añaden el misterio psicológico que rodea sus letras.
Ya en la apertura del disco, “Bonehead”, nos preparan para lo que viene con ese riff contundente y una batería incesante que acelera el pulso. Le sigue la grandiosa “Alright, alright” con ese poso blues que no han perdido, acompañado de la pandereta que aporta el toque rítmico a la voz susurrante de Uschenko. Lo corona el riff hipnotizante de su guitarra noise. “Highly Unlikely”, con esa intro que explota en guitarras enérgicas, pero que dulcifica la voz de del cantante culminando en una masa de ruido. “Otessa”, un tema con aires surf desgastados en el que Eli Browning se permite mostrar su voz para hacer más cálido el riff de guitarra, recordando a las Breeders en su momento rriot girl ahondando en la exploración psicológica y mental.
Le sigue la destacable “Yoko”, con ese ritmo frenético de guitarra que culmina con una marea noise y que lo hacen uno de los momentos más redondos del disco. Pero tras esta amalgama de ruido y oscuridad, se permiten en “Wormfeast” un espacio de calma en un tema instrumental en el que Uschenko muestra su guitarra desnuda y limpia para vibrar con la máxima intensidad.
Aunque vuelven al punto de partida con el corte de mayor duración, “Juan”, excusa perfecta para que la batería Eli Browning luzca su talento y virtuosismo. Canción que en su lírica refleja la oscuridad (“In a long black veil”, “Left behind again/ Black water”, “Blackbook daughter”) y esa atmósfera siniestra y asfixiante de la que queremos salir como de un agujero negro.
En “Hindsight is 50/50” vuelven al pop melódico de su trabajo anterior, pero sin perder ese estado inquietante a través de un reverb de guitarra que añade el halo de misterio. Y es que como ha indicado Uschenko, es el primer disco que “finalmente captura la verdadera esencia de la banda”. De hecho no es difícil captar las influencias de Ghostwoman, desde los antes comentados Black Sabbath al grunge de bandas como Alice in Chains, Seaweed o Screaming Trees.
Un álbum con un eje sonoro analógico y uniforme pero con pocas melodías vocales que dirijan las composiciones. Una decisión consciente de Uschenko, que muestra no tener ninguna intención más que hacer ruido y centrarse en melodías desconcertantes. Como dice la banda “estas canciones fueron hechas para tocarse en vivo” y efectivamente es un disco que seguro funcionará perfectamente y con intensidad en el club más oscuro.
Una propuesta innegablemente auténtica, pero que en ciertos momentos se pierde en esa vorágine intensa de sonidos oscuros afilados, conduciéndonos a un callejón del que en algunos momentos deseamos salir, para volver a hallar esas anteriores melodías pop que derrochan luz y buenas vibraciones.