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Grandaddy – Blu Wav (Dangerbird)

Siete años después de revivir a la banda con Last Place (30th Century Records, 2017), un periodo en el que publicó el desconcertante y ambiental NYLONANDJUNO (Dangerbird, 2019) a su propio nombre y algunas revisiones de sus discos clásicos, Jason Lytle vuelve a sacar del armario a Grandaddy con un nuevo álbum. Un trabajo titulado Blu Wav (Dangerbird, 2024) que bien podría haber sacado otra vez a su nombre, puesto que los nombres de sus compañeros supervivientes (Kevin Garcia falleció en 2017) solo aparecen mencionados en los agradecimientos, no en los créditos. Dejando aparte los motivos por los que publica con un nombre u otro, él sabrá, siempre es una buena noticia que nos llegue material nuevo de Grandaddy.

Jason Lytle afirma haberse inspirado en la canción “Tennessee Waltz”, una popular torch song country escrita a mediados de los 40 por Redd Stewart y Pee Wee King que vendió millones, en 1950, con la voz de Patti Page. La canción juega con el doble significado de “waltz” como baile y también como dejar a alguien por otra persona (“waltz away”). A Jason se le debió iluminar alguna bombilla en su cerebro, siempre atraído por las desgracias, ya que prácticamente todo el disco gira alrededor de lo que le inspiró aquella escucha. De entrada, vemos rápidamente que la canción que lo abre, “Blue wav”, tiene un sonido a balada country cósmica pero también un sutil ritmo de vals. Sucede lo mismo en muchas otras canciones.

El título, Blu Wav, parece hacer referencia a la idea de combinar bluegrass con new wave, aunque aquí predomina bastante más lo primero que lo segundo. Sí que hay un lastimero pedal steel cortesía de Max Hart, así que vence por goleada la parte country. Ninguna sorpresa, puesto que Grandaddy, desde sus inicios, guardaban en las entrañas de sus canciones una buena parte de música de raíces norteamericana. Aquí esa parte, a veces oculta entre sus juguetonas instrumentaciones, sale a la superficie más que nunca.

Ese encanto ensoñador de las canciones de Grandaddy se ve perturbado (o no, esto también es habitual de un tiempo a esta parte) por unas letras deprimentes y sofocantes que exploran las aristas más dolorosas de las relaciones humanas, de la soledad, del abandono. Otro efecto secundario de haberse inspirado en “Tennessee Waltz”, como comentaba al principio. No le hacía falta, Jason Lytle lleva mucho tiempo sin ser la alegría de la huerta, pero canciones como “Cabin on my mind”, “Long as I’m not the one” o “You’re going to be fine and I’m going to hell”, con títulos bastante explícitos, recogen la tradición más fatalista del folk y el country para contarnos historias sobre corazones rotos y soledades no escogidas.

Hay también algo de espacio para la experimentación y para esas sorpresas que Jason Lytle nos reserva en cada disco, aunque aquí reducidas a una mínima expresión: “Let’s put this pinto on the Moon” y “Yeehaw Ai in the year 2025”, las piezas más experimentales, las que recuerdan a los Grandaddy más arriesgados, apenas duran un minuto y medio.

Al final el disco acaba dejando un sabor agridulce, y no es por falta de calidad aunque siempre será un trabajo menor en comparación con los clásicos de la banda. Es que la belleza de canciones como “East Yosemite” no debería combinarse con letras tan desoladoras. Solo faltaba el sonido de pedal steel para arrancarnos una lágrima. Pero así es Lytle, y así debemos quererlo.

Escucha Grandaddy – Blu Wav (Dangerbird)

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