Un Pingüino En Mi Ascensor (El Sol) Madrid 23/06/22
Ante una sala El Sol completamente abarrotada y encendida, Un Pingüino en mi Ascensor volvió a demostrar que el tiempo juega a su favor, algo que resulta un tremendo éxito creativo si tenemos en cuenta que la inmensa mayoría de su cancionero es deudor del momento en que fue alumbrado, jugando con referencias, anuncios (¡cómo no!) y nombres tan concretos que para un público nuevo resultaría imposible conectar y sin embargo funciona, y no solo con el público que ha crecido con discazos como El Balneario (1988) sino también con un montón de caras jóvenes que coreaban todos los hitos del Pingüino y que tal vez se hayan sumado a la fiel colonia con Sex, Drugs & Nasal Pop (2012) o Piromanía (2004).
Un fantástico Mario Gil al teclado, guitarra, coros y animación (¿hay que recordar su papel en La Mode o Aviador Dro?), y el siempre recreativo José Luis Moro poniendo voz, teclado y una teatralización a su particular universo tan efectiva como impasible ma non troppo empezaron por “Asaltar El Capitolio”, una de sus canciones más recientes, para enseguida pasar a clásicos como “Juegas Con Mi Corazón”, “Arqueología En Mi Jardín” o “Tú Me Induces Al Mal”. Cuando llegaron piezas como “Espiando A Mi Vecina”, ya en los bises, o “El Balneario”, una de las mejores canciones de todo el pop español, El Sol era algo así como una barra libre de emociones, como si la humanidad hubiese hallado la Teoría del Todo.
Lo mejor es que este tipo de éxtasis, siempre tan deseados en los conciertos del Pingüino, estuvieron sabiamente intercalados con nuevas canciones también coreadas con fuerza como “Hace Sol y es Viernes” o “Supergilipollas”, y aún deben añadir al repertorio esa vertiente que es la Obra Social de Un Pingüino En Mi Ascensor, donde en vez de fabricar nuevos temas cuyo proceso siempre es contaminante, se reciclan piezas ajenas ya en uso desde hace tiempo para darles una nueva vida, evitando así el impacto medioambiental de la creación, por ejemplo “Love Is In The Air” pasa a ser “Vuelo en Ryanair” o la suma de “Holding Out For a Hero” y “We Don’t Need Another Hero” se transforman en “Mándame un Giro”.
Y así se pasaron dos horas volando, con un cierre que volvía a situarnos cara a cara con esa singular magia de Un Pingüino En Mi Ascensor a la hora de ir más allá con cada idea, con cada pensamiento que lo asalta y explora desde todos los puntos de vista posibles para dar con una canción capaz de adelantarse a su tiempo, tal es el caso de “En La Variedad Está La Diversión” con una letra que en su momento, 1993, parecía salvaje y perversa pero que tan solo era pionera del extenso menú de relaciones sexo afectivas que nos acechan hoy en día. A ver quién lo supera.
Fotos: Gemma Peris