Pink Must – Pink Must (15 love)
Pink Must, propuesta que nos traen More Eaze y Lynn Avery se encuadra en un pop que juega al despiste con el oyente. Unas partituras de intrincada belleza y de querencia por los sonidos y la estética hipnagógica, y que está claramente enfocado a una escucha atenta ya que se yuxtaponen muchos elementos que animan a que la actividad auditiva sea dinámica. Música mutante, experimental a veces, y en otras ocasiones reimaginando espacios sonoros transitados por las autoras desde la adolescencia.
Estas dos mujeres han grabado la música contenida en Pink Must (15 love, 2025) desde la distancia. More Eaze está afincada en Texas mientras que Lynn Avery reside en Nueva York, así que cuando la primera podía escaparse a Brooklyn quedaban para poner en consenso todo el material que se iban enviando. Lo que en principio podría sonar como algo interesante pero desubicado por las limitaciones de espacio-tiempo, suena a trabajo eminentemente orgánico, como si estuviera grabado sin esas dificultades logísticas de por medio.
More Eaze es, quizás, la más conocida en el proyecto de Pink Must ya que mmantiene una estrecha relación con Claire Rousay, otra artistas tejana con la que han compartido discos e inquietudes por el arte sonoro, las teorías tonales, así como el gusto por grabar sonidos para después integrarlos en su obra. Por su parte, Avery es integrante del grupo iceblink (junto a Cole Pulice) en donde dan rienda suelta a su gusto por la new age, los sonidos derivados de Broadcast y el folk. Además de estas confluencias entre las dos compositoras, parece que se hayan tendido puentes entre la experimentación del medio oeste americano y la europea: el sello 15 love alberga en sus filas gente tan interesante como ML Buch y Raisa K, esta última estrecha colaboradora de Mica Levi. Igual estas afinidades hace que estas artistas colaboren en un futuro no muy lejano. Tiempo al tiempo.
Las analogías con el grunge, aunque deformado a base de glitch que va fracturando el sonido, se muestra en temas como “Morphe Sun” que bien podría ser una canción de PJ Harvey, o en “Dissapointed” en donde electrónica y loops de cuerda ensalzan las virtudes de una apuesta arriesgada por otro tipo de pop.
La pieza más larga del conjunto es “Himbo”, un ejemplo de experimentación tonal, música concreta y field recordings. Una suerte de instalación sonora en la cual hibridar ecos de Laurie Spiegel, Eliane Radigue y los sonidos de guitarra voluptuosos que parece que nos hacen despertar del letargo. En “Corporate Ladder” coquetean con el trip hop, y de nuevo los arreglos de cuerda se cuelan en la métrica de la canción, mientras que en “Cost Of Living” recrean espacios de brumoso shoegaze a cámara lenta.
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