SAULT – Nine (Forever Living Originals)
Más vale que se den prisa, porque esta reseña no llega precisamente veloz como el rayo y el disco tan sólo va a estar disponible durante 99 días (hasta el 22 de octubre). El misterioso y semi-anónimo colectivo Sault da así nuevas muestras de su poderío mediático al añadir una nueva referencia a su ya nutrida -y excelente- obra, despertando el interés de oyentes y prensa lanzando, como siempre hacen, un nuevo proyecto discográfico sin ningún tipo de promoción, ni lanzamiento convencional, ni caras visibles, excepto la del productor Inflo y algunas voces habituales, como la de Cleo Sol.
Es algo así como aquello de este mensaje se autodestruirá en…. No en vano los títulos numéricos de sus álbumes están siempre construidos con cerillas en sus cubiertas. Acabarán quemándose, como una falla. Dan de esta forma una potente añadidura al ya de por sí espeso halo de misterio que rodea al colectivo, que suministra siempre mensajes rápidos, directos y nada acomodaticios, manifestando preocupaciones sociales y fuerte compromiso. Una especie de ataque de guerrilla que genera conciencia y sobre todo, buena música, totalmente libre de constreñimientos.
El quinto álbum (pese al título Nine) de Sault viene a completar lo ya andado por los simples 5 y 7 y por los dobles aparecidos el año pasado sin título, pero subtitulados respectivamente Black Is y Rise. Completa, por tanto, un complejo y brillante puzzle que conforman todas estas obras, la mayoría de las cuales encierra un determinado concepto en sus surcos. Nine no es una excepción a esta regla y la cosa va de crecer en el Londres más suburbial, el de las viviendas de protección oficial, algo que es un nexo común, tal como afirmaron en su cuenta de Instagram, de todos los miembros del colectivo.
Crecer en este tipo de barrios de Londres significaba carecer de infancia, golpearse con la realidad más dura día a día y tener que permanecer siempre alerta. Ellos lo canalizan a través de sonidos urbanos que han conformado la banda sonora del contexto que pretenden analizar, algo que no está exento de cierta ironía (“Trap life” no tiene nada de trap) ni mensajes drásticos lanzados a modo de mantra para ser cuanto más gráficos, mejor (“Fear”).
En su estructura musical, Nine se presenta con dos partes diferenciadas, en cada cara del vinilo. La primera es muy rítmica, casi violenta y está basada en sonidos urbanos que tienen que ver con el Afro-punk de bandas como ESG o con la música de club más underground. Sin embargo, la segunda es mucho más reposada y bebe de jazz, rhythm and blues y funk suave. Un contraste que tiene que ver también con la narración: la primera parte de la historia retrata ese crecimiento en la calle sin inocencia, con ansias de sobrevivir y con mucha suerte, llegar a ser alguien, mientras que el camino al desenlace se inunda de todas las insatisfacciones generadas en el proceso (“Alcohol”) o de complejos sentimientos de pertenencia a un lugar que te ha herido tanto como tú lo has amado, como sucede en “You from London?”, con la intervención estelar de la genial rapera Little Simz.
Sault siempre tienen que colar en sus discos alguna obra maestra en formato canción y en este caso está bastante claro: la pequeña odisea que propone la titular “Nine”, que la habitual del colectivo Cleo Sol adorna con voz sedosa, recuerda tanto a los devaneos psycho-soul de Sly & The Family Stone como al pop exacerbado de The Beatles. Una auténtica maravilla de cinco minutos de duración que nos lleva casi por tantas disyuntivas como lo hace el álbum completo.
Sólo les queda despedirse y lo hacen con otra gran canción en tono espiritual “Light’s in your hands” habla de toda aquella inocencia desperdiciada, de todos los sueños rotos. Una voz irrumpe diciendo: “nunca tuve una infancia, estaba constantemente al límite, constantemente al límite”. Duro saldo para una vida, pero es que Sault jamás han sido amables. Siempre han contado las cosas tal como suceden. Por eso son tan necesarios. Y por eso este es otro disco trascendental que añaden a una cesta ya llena de discos mayúsculos. El tiempo vuela hacia su autodestrucción, así que yo no dejaría -al menos- de escucharlo mientras aún ande por las redes.
Escucha SAULT – Nine
Qué buena es esta gente