Soleá Morente y Los Evangelistas – Encuentro (Sony)
La unión entre Soleá Morente y Los Evangelistas se fraguó en el disco que el año pasado rendía tributo (siempre merecido, nunca suficiente) a la gigantesca figura de Enrique Morente. De ese encuentro entre la hija del cantaor y los miembros de Lagartija Nick y Los Planetas que se congregan en Los Evangelistas surge esta colección que, si bien no luce el bautismo evidente del anterior, no deja de ser un homenaje más al enorme trabajo de expansión y normalización (de y) entre géneros que hizo Morente.
Encuentro (El Volcán, 2013) es un mini LP de cinco canciones que explora, por sendas paralelas, lo que ya hicieron Lagartija Nick y el mítico cantaor en ese inigualable Omega que tantas epifanías provocaba en directo. Lo que hace este disco es simplemente abrir una de las múltiples puertas de los jardines que aquel disco descubrió en toda su extensión y frondosidad. Las cinco canciones de Encuentro transcurren por veredas más pop; más naïve, si hubiera que hilar un poco más fino. No hay espacio para la contundencia espiritual de «Manhattan» o «Vuelta de paseo», por ejemplo.
En cambio, lo que sí hay son programaciones, ecos y bastante vaporosidad. Escrito a tres bandas por J, Antonio Arias y Soleá Morente, el disco es luminoso por encima de todo. Salvo en «Dormidos», la canción más larga y probablemente la que mejor encajaría con Morente padre, la producción de Martin Glover ´Youth´ (miembro fundador de Killing Joke) ayuda a potenciar esa certeza etérea, amable e inocente por la que se decantan los autores de este jardín de flamenco y pop-rock. Las letras, a medio camino entre la tradición folclórica y la tradición indie, ayudan; como en «Si tú fueras mi novio», donde se mezclan frases tan planetistas como «al que me saque de esta, le entrego lo que me pida» con otras que dejan menos lugar a la imaginación («si tú fueras mi novio, a besos te comería«), en pleno huracán flamenco-pop.
El resto de las composiciones resultan menos ligeras. «No sólo yo» enlaza perfectamente con «Malagueña de la Trini», que tiene ciertas reminiscencias a los mejores Maga, y en la que la presencia de J se hace más palpable, no sólo porque ponga su voz. «La sangre de mi corazón», más académica, cierra una colección que además tiene anexadas tres remezclas electrónicas seguramente prescindibles.