The Bevis Frond (Wurlitzer Ballroom) Madrid 13/04/24
Decir The Bevis Frond es decir Nick Saloman, un francotirador resistente al servicio del rock and roll y la psicodelia, trabajando siempre desde la sinceridad, aunque esto no le haya servido demasiado para dar la divulgación que sus discos mereen. Sea como sea, el londinense lleva cuidando de la salud de la banda desde mediados de los ochenta y no era cuestión de dejar pasar la oportunidad de ver este concierto.
Con las entradas agotadas desde hacía semanas, algún despistado se atrevía a preguntar por estas en la larga fila que, desde muy temprano se formaba en el Wurlitzer Ballroom. Y es que la gira, propiciada por Last Tour, había sido presentada como la última de la formación, lo que – posiblemente – la puso el radar en más asistentes. El caso es que fue el propio Nick Saloman el que se encargó de desmentir esto en el concierto de Barcelona, según las crónicas y también – de manera algo criptica – a través del compañero Juanjo Mestre en la entrevista de Exile Magazine.
Con unas temperaturas altas, sobre todo en primeras filas de la sala, comenzaba un concierto sin fisuras, rondando las dos horas, quizás para resarcirse de aquel concierto en el Azkena que no llegó a la media hora por culpa de las inclemencias del tiempo.
No me voy a andar con rodeos y no creo que exagere si digo que, el concierto de Madrid fue brutal y posiblemente algo único y eso que un servidor reconoce a The Bevis Frond en las distancias más cortas, o en los cortes más pop. Su concierto – por extenso – pudo pendular en mucho de su vasta discografía, sin embargo: se dio más notoriedad a su lado más The Jimi Hendrix Experience. No es ningún secreto la predilección del bueno de Saloman sobre la figura de este.
Con una entrada triunfal de la banda, pudimos averiguar temas como el himno power popero “Flood Warning”, la lucha encarnizada de guitarras de “Hole Song 2”, o “Maybe” que irremediablemente nos retrotrae a Crazy Horse & Neil Young, algo que siempre está en el imaginario de Saloman.
Y aunque supuestamente venían a presentar su aclamado último trabajo, el doble disco Focus on Nature (Fire Records) tan solo cayeron – al menos que yo reconociera – “Mr Fred’s Disco”, “Heat”, “Big Black Sky”, que sirvieron para certificar la buena forma de Nick Saloman, tanto en directo como en valor compositivo.
Si viésemos el concierto como un viaje nostálgico a través de sus canciones, no hay lugar a la equivocación si digo que la simpatía que irradia Nick Saloman es proporcional a la pasión que ha definido su música a lo largo de las décadas. Y eso queda patente cuando, como si la guitarra que porta no fuese lo suficiente marciana, agarra el sitar eléctrico apostado en una esquina del escenario y se arranca con “Superseded”, una locura de más de diez minutos a caballo de guitarras psicodélicas y arreglos en directo del mencionado instrumento.
Otros de los momentos que indudablemente se quedarán enmarcados en un lugar privilegiado de nuestras memorias, fue “He’d Be a Diamond”, que en su día inmortalizaron Teenage Fanclub, rindiendo justa pleitesía a The Bevis Frond, o la salvaje versión que se marcaron ya finalizando el bolo de Open Mind; “Magic Potion”.
Por supuesto no puedo dejar de mencionar la banda, sublime en todos los sentidos, Louis Wiggett al bajo y a los efectivos coros, Dave Pearce, sigiloso a la batería, como un ninja, pasando desapercibido y como si la cosa no fuera con él, pero imprimiendo nervio al mismo tiempo que matemática, sin fallar nada y Paul Simmons en una esquina a la guitarra, callado y hablando con las seis cuerdas.
Si te lo perdiste no sé si podrás remediarlo, porque al igual que ese cometa raro pero brillante que solo se ve una vez cada varias décadas, The Bevis Frond es uno de esos fenómenos que emerge esporádicamente con actuaciones y canciones que iluminan el universo pop y dejan una luminaria duradera antes de volver a desvanecerse. Se siente.
Fotos The Bevis Frond: Fernando del Río
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