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The Darts (U.S.) (Fun House) Madrid 19/04/23

Hubo una época en la que el país se llenó de bandas estadounidenses que abrazaban el garaje, la psicodelia y el punk casi a partes iguales. Las promotoras prepandémicas se lanzaron a programar interesantísimos grupos de aquella escena que muchos de nosotros asociamos a la imagen de vampirellas y teclados, gafas de sol y actitud entre tenebrosa y festiva, pero existía cierta deuda con una de sus formaciones de referencia: The Darts.

Para la primera ocasión que las de Arizona y L.A. visitaban Madrid, la atmósfera que reinaba en el Fun House (guarida madrileña otrora de toda esa escena mencionada anteriormente y que, a buen seguro, recuperará con creces) tenía matices de curiosidad y de muchas ganas. Presumían las norteamericanas de un directo curioso, con reboce por el suelo y tralla directa, lo que no tardó en ocurrir. Por eso, a The Darts hay que verlas casi agazapado, pendiente de todo para no perderte nada.

Una hora y poco para desplegar ese recorrido de energía que comenzó con “My Hearts Is A Graveyard”, una buena elección tanto nominal como musical para desplegar sin miramientos su esencia. Y todo a pesar de problemas técnicos, al parecer en el farfisa de Nicole Laurenne, vocalista y organista de la ceremonia, que pudo ser subsanado a tiempo. Aunque uno se pregunta “¿para qué?”, porque (y adelantando acontecimientos) el problema de ese teclado es mucho menor si se compara con la violencia con el que se trata. Cosas del choubisnis, quizá.

Pronto se vio también la potencia en directo de las canciones de su último lanzamiento, ese Snake Oil que atesora la celeridad y rabia garajera necesaria y que progresa con temazos como “Love Tsunami” o “Spy Girl” desde sus temas anteriores, esos que en la velada intercalaron de manera dinámica con la incansable Louise Sordoillet, la guitarrista francesa elegida para la ocasión y reemplazar a Meliza Jackson, y su guitarra como arma homicida Ahí tocaron de manera contundente “The Cat’s Meow” o “The Bullet”, piezas esenciales en sus directos y un buen punto de origen desde el que trazar la trayectoria en directo y discográfica del combo.

 

Hubo palabras para Jello Biafra, dueño de esos Alternative Records donde tienen a bien grabar estas chicas y que es sello de calidad. Será por eso que, a tenor de lo expresado, trabajar con él sea un poco un suplicio, pero joder, ¡qué esperaban! Siguieron rodando por el suelo los temas y ellas, en una ensayada y algo excesiva parodia de la máxima expresión del garaje más genuino, dando también paso al reconocimiento de la magnífica y muy técnica aportación de Christina Nunez, al bajo, y de Mary Ross Gonzales, a la batería, fundamentales en el resultado de un buen producto sonoro.

Si “Intersex” y la colaborativa “Shit Show” marcaban el final de esa primera parte más arquetípica, el tiempo reservado para la vuelta lo coparon los temas más sincréticos de su repertorio, entendiendo por ellos esas dinamitas a medio camino entre las riot grrrl, la música de raíz o el punk más explícito, y que tuvieron en “Breakup Makeup” y “My Way” a sus representantes en una noche de buen sabor de boca y de salir con la sensación que espectáculo y técnica no tienen por qué estar reñido con el salvajismo, la parodia y la buenísima actitud.

Fotos The Darts (U.S.): Álvaro de Benito

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